Cada vez es más difícil encontrar taxis para trasladarse en la Ciudad de Buenos Aires y existen algunos fenómenos que explican esta tendencia: "El cambio cultural: cada vez menos gente sale a la calle a buscar un auto; la competencia con aplicaciones y que cada vez hay menos taxis" analiza Sebastián Davidovsky en este informe para IP.
Hoy, de los 39.602 vehículos registrados en el padrón de taxis, circulan en CABA un 60% menos, es decir, por debajo de 20.000. Las regulaciones que establece la ley 3.622 exigen que estos conductores cumplan con una serie de acondicionamientos para los vehículos. Esto en general no ocurre en el caso de las plataformas.
Regulaciones para taxis y para aplicaciones
Para manejar un taxi, es necesario contar con licencia profesional D1 y D2, libre deuda de infracciones y seguro para pasajeros. Además, hay tarifas obligatorias como la renovación anual de la licencia, la verificación y el recambio de obleas. En tanto, las aplicaciones requieren licencia de conducir vigente, seguro automotor, cédula verde o azul y que el auto sea modelo 2010 en adelante.
"Cuando viene una competencia desleal a hacer lo que quiere, a desequilibrar esa oferta y demanda pasa lo que sucede ahora: un mercado desbocado, imponiendo sus propias condiciones de juego", advierte el taxista Marcelo Boeri. "Los que nos adecuamos a derecho, los que estamos en torno a la regulación, tenemos exigencias técnicas, administrativas, ergo, económicas", resalta.
Agustín Ramírez, quien conduce para una de las aplicaciones, sostiene: "El auto ya tiene matrícula de taxi, entonces eso ya es un gasto. Se suma el hecho de tener que ir a Sacta todos los meses y tener el auto perfecto. Hay trabas que no te dejan terminar de trabajar bien y contento".
Fabio Biaggi, taxista y conductor de una de las aplicaciones, asegura que las condiciones son iguales en ambos casos, mientras el auto cuente con las habilitaciones. "Para mi, lo que no está bien es que el auto no esté habilitado".
Diferencias de precios para los viajeros
"En los taxis, el costo se calcula por la bajada de bandera, mas las fichas que varían si es de día o de noche. En las aplicaciones, la tarifa la regula cada empresa, y los precios varían y se multiplican dependiendo de la demanda, incluyendo si es de frío, si es de noche, o si llueve", explica Davidovsky.
Ante esta realidad, que suele generar grandes diferencias de costo final para los pasajeros entre una y otra opción, los conductores toman posición. "Yo prefiero cobrar la tarifa del taxi a toda la gente como corresponde, como hacemos todos los taxistas", asegura Fabio.
"Hoy [la gente] se encuentra con que le saquean el bolsillo entonces quiere volver a la opción legal, pero en el proceso de estos 6 años hemos desaparecido. Entonces la gente a la noche literalmente está varada, ¿me explico? No quiere pagar $3000 o $4000 un viaje de $500 y no consigue un taxi para volverse a su casa", explica Marcelo.
Y concluye: "Esto no es una condición normal, no es que hay menos trabajo, hay menos taxis. Los que quedamos, los sobrevivientes, tenemos la ventaja de que somos menos para repartir. Pero yo soy muy consciente de que estas condiciones el servicio no existe, y si el servicio no existe, en algún momento el pasajero no te va a tener en cuenta".