Irán: se eleva a 17 la cifra de muertos en protestas por la muerte de una mujer
La televisión iraní informó que son 17 las víctimas fatales en el marco de la represión de protestas ante la muerte de Mahsa Amini, la joven detenida por no llevar bien puesto el velo.
"Diecisiete personas, incluyendo manifestantes y policías, perdieron la vida en los acontecimientos de los últimos días", dijeron en la TV estatal sin aportar más datos, aunque el presentador dijo que se espera la difusión de "estadísticas oficiales", hasta ahora no comunicadas por el Gobierno de Irán.
Las movilizaciones iniciaron el fin de semana del 17 de septiembre en la capital Teherán y se replicaron los días siguientes en la ciudad santa Mashhad y en Sanandaj, del Kurdistán; en todos los casos intervinieron las fuerzas de seguridad, que dispararon a manifestantes, realizaron arrestos y lanzaron gases lacrimógenos.
Con el correr de los días, los reclamos en las calles se extendieron a 15 ciudades, entre ellas la noroccidental Tabriz, además de Rasht en el norte, Isfahan en el centro y Shiraz en el sur.
Inicialmente, las cifras reportadas por la ONG de derechos humanos Hengaw constataron que cuatro personas habían muerto y 75 resultado heridas durante las primeras protestas. A casi una semana del fallecimiento de Amini, la ONG Derechos Humanos de Irán (IHR) integrada por iraníes en el exilio en Oslo, Noruega, dijo que los muertos en las protestas por Amini son al menos 31.
La agencia de noticias iraní Fars informó que durante las manifestaciones "varios cientos de personas gritaron lemas contra las autoridades y algunas se quitaron el velo" ante la conmoción por la muerte de la joven de 22 años, que permaneció tres días en una comisaría después de ser arrestada por la Policía de la Moralidad.
En las redes sociales se difundieron videos de mujeres con la cabeza al descubierto pidiendo "muerte a la República Islámica" entre las multitudes movilizadas. Otra vía de protesta son las redes sociales, donde usuarias se mostraron sin velo y con el pelo corto.
Según rescató la fuente iraní y replicó la prensa europea, mucha gente "piensa que Mahsa murió torturada".
Medidas del gobierno iraní
De acuerdo a lo informado por Fars, las conexiones de Internet se ralentizaron desde el inicio de las manifestaciones. Luego, las autoridades bloquearon el acceso a Instagram y WhatsApp.
"Por decisión de las autoridades, no es más posible acceder en Irán a Instagram desde la noche del miércoles y el acceso a WhatsApp también está interrumpido", difundió la fuente semioficial. Según detallaron, la restricción fue tomada como medida contra "las acciones realizadas por los contrarrevolucionarios contra la seguridad nacional mediante esas redes sociales".
Instagram y WhatsApp son las aplicaciones más usadas por los iraníes tras el bloqueo de otras plataformas como YouTube, Facebook, Telegram, Twitter y Tiktok.
El caso de Mahsa Amini
Mahsa Amini había sido detenida el martes 13 de septiembre por la unidad especial de la policía encargada de hacer cumplir las reglas de indumentaria que la religión islámica impone a las mujeres en Irán.
La joven originaria de la ciudad kurda Saqqez se encontraba de visita con su familia y fue demorada por las autoridades por no cubrirse adecuadamente el pelo. Tres días después, luego de pasar varias horas en coma, la mujer murió en un hospital de Teherán.
Las circunstancias del deceso no están claras, aunque luego de iniciadas las protestas se difundieron testimonios que implican a los efectivos de la sede policial. Algunos aseguraron que Amini había sido golpeada durante su detención.
Por otra parte, un video del sistema de vigilancia transmitido por la televisión estatal muestra el momento en que se la ve junto a otras mujeres en la comisaría, donde reclama ante el personal y después se desploma. Sin embargo, activistas de derechos humanos acusaron a la televisión estatal de "censurar las imágenes para crear una historia falsa".
Los restos de la joven fueron inhumados en su ciudad de origen, donde un grupo de personas inició una protesta para exigir al Gobierno la investigación de los hechos.
La respuesta de las autoridades
En su discurso en la reunión anual de gobernantes de la Asamblea General de la ONU, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, rechazó acusaciones por la muerte de Amini. "La República Islámica de Irán rechaza el doble rasero de algunos Gobiernos con los derechos humanos" advirtió el mandatario en la cumbre diplomática.
En esa línea, y en alusión al repudio por las protestas que se realizaban en simultáneo en su país, sostuvo que Irán "ha desarrollado formas efectivas de proteger los derechos humanos en base a sus valores espirituales".
Apenas trascendido el fallecimiento de Mahsa Amini, la policía de Teherán informó que se la había detenido "junto con otras mujeres para recibir explicaciones e instrucciones" sobre el código de vestimenta.
"De repente, sufrió un problema cardiaco (...) y fue trasladada inmediatamente al hospital. Por desgracia, falleció y su cuerpo ha sido transferido al instituto médico-legal", aseguraba el comunicado que replicó la agencia de noticias AFP. Desde el cuerpo policial aseguraron, además, que "no hubo contacto físico" con la mujer, contrario a los testimonios que despiertan dudas sobre su accionar.
En ese marco, la Presidencia iraní señaló que el mandatario Ebrahim Raisi encargó al ministro del Interior Ahmad Vahidi la investigación del caso: horas después el funcionario afirmó públicamente que la víctima tenía "problemas previos".
Esa versión fue desmentida inmediatamente por Amjad Amini, padre de Mahsa, quien advirtió que su hija estaba "en perfecto estado de salud". El hombre también denunció que las imágenes transmitidas por televisión estaban tergiversadas.
En tanto, el jefe del servicio forense de Teherán declaró en la televisión estatal que "el análisis del caso llevaría unas tres semanas".
Controversia por la ley islámica
Desde la Revolución Islámica de 1979 la ley impone a las mujeres de cualquier procedencia, etnia y religión usar un velo en la cabeza. La norma fue instalada por el ayatolá Ruholá Jomeiní, quien declaró que sin él las mujeres estaban "desnudas", lo cual constituye una ofensa al Islam, por lo que se las obliga a usar "ropa islámica modesta".
De no cubrirse el cuerpo y la cabeza, pueden ser penalizadas con prisión, latigazos y multas. Por eso son cada vez más frecuentes las campañas contra el hiyab obligatorio, a lo que los gobiernos han respondido con represión de la Policía de Moralidad, cuyo accionar violento ha sido cuestionado con mayor intensidad en los últimos meses.