Estafas virtuales: perder todo en un clic

Las estafas virtuales son parte de la contracara de la tecnología cada vez más presente en la vida de las personas. Las redes sociales y aplicaciones de citas tienen sus beneficios, pero también configuran la vía de entrada para crímenes cada vez más frecuentes.

En el video, un informe de IP Telenueve con testimonios de víctimas y especialistas en ciberseguridad.

En la mayoría de los casos, este tipo de estafas y engaños apuntan al patrimonio económico y material de los usuarios.

El método puede variar según el medio de entrada: los más frecuentes son mensajes directos en redes sociales, rupturas de seguridad en sitios web, robo de contraseñas o simples engaños a través de mensajes o llamadas.

Del otro lado de la pantalla

Según estimaciones del Ministerio Público Fiscal, las estafas virtuales crecieron más de un 500% en los últimos dos años. Las denuncias aumentaron exponencialmente entre 2021 y 2022: de 4.900, pasaron a 25.000.

En muchos casos, los ciberdelitos se cometen a través de programas maliciosos que pueden alterar o extraer datos informáticos sin autorización. Sin embargo, también son comunes las estafas que apelan a la participación de la víctima como parte de un intercambio entre personas.

Los delitos virtuales económicos apuntan a cuentas bancarias, depósitos de criptomonedas, información de tarjetas de crédito o compras falsas, entre otros objetivos.

Para evitarlos es muy importante resguardar datos personales, evitando compartirlos cuando son solicitados por vías no oficiales, como correo electrónico o mensajes de texto y WhatsApp.

En otros casos, la virtualidad sirve a los delincuentes como vía de acercamiento a un robo o ataque presencial. Por eso, es recomendable chequear la identidad de las personas con las que se interactúa en medios digitales y no compartir información sensible en esos espacios.