En un contexto de inflación mundial con mayor impacto para Argentina, la crisis económica que atraviesa el país se traduce en efectos más profundos para las mujeres.
Según la estadística reciente, el género continúa siendo un diferencial en temas clave como el acceso al trabajo, el nivel de ingresos, la distribución de tareas y horas laborales y los costos de vida, entre otros.
En el video, Paula Giménez describe el impacto de la desigualdad económica y laboral para las mujeres.
Los datos reunidos por la Encuesta Permanente de Hogares, elaborados por el INDEC y relevados por Ecofeminita permiten, actualizar la información sobre la desigualdad de género en lo referido a la economía.
Mercado laboral
El fenómeno por el cual los estereotipos de género influyen en la segmentación del mercado laboral se conoce como Paredes de Cristal o segregación horizontal.
Desde esta perspectiva, las tasas de actividad, empleo, desempleo y subocupación revelan las asimetrías en cuanto al género en la composición del mercado de trabajo en Argentina. Esto quiere decir que existen trabajos masculinizados y otros feminizados, y el resultado de esta relación es perjudicial para las mujeres.
El servicio doméstico, por ejemplo, tiene una tasa de feminización del 96,9 por ciento. Asimismo, las trabajadoras de hogares particulares representan casi un 14 por ciento dentro del total de ocupadas mujeres: es decir, una de cada 7 ocupadas en Argentina trabaja en este sector de la economía.
Otros trabajos feminizados son los vinculados al cuidado, la enseñanza, las tareas de reproducción, los servicios sociales y de salud. Todos estos representan, en promedio, los que proveen menores niveles de ingreso mensual.
Brecha laboral
El concepto de brecha se utiliza para evaluar dos puntos de diferencias entre la posición de varones y mujeres en los puestos de trabajo: el nivel de ingresos y la cantidad de horas trabajadas. Ambos se relacionan entre sí y responden a factores vinculados, también, al fenómeno de Paredes de Cristal.
Según los datos reunidos para febrero de 2023, la brecha entre mujeres y varones respecto al ingreso total individual es de 24.5%. Este índice incluye todos los ingresos que se perciben, sean de origen laboral o no laboral (como jubilaciones y pensiones, cuotas alimentarias, subsidios, etc.)
Dentro del mercado de trabajo, las mujeres ganan en promedio un 22.6% menos que los varones, cualquiera sea su categoría ocupacional, calificación o jerarquía. Si se toman en cuenta los ingresos sin descuentos jubilatorios, las mujeres ganan en promedio un 33.6% menos que sus pares varones.
Las cifras también benefician a los hombres si se mide el ingreso por trabajo calificado o no calificado. Los varones que trabajan en ocupaciones profesionales tienen un ingreso medio un 22.5% mayor que las mujeres. En los puestos no calificados, la brecha crece al 40.6%.
El costo de menstruar
Un cálculo elaborado por la campaña #MenstruAcción y Ecofeminita en septiembre de 2022 revela el costo económico anual que implica acceder a productos de higiene menstrual.
El relevamiento se realizó tomando como base la cantidad de personas que menstrúan por provincia, tomando la franja etaria de entre 13 y 49 años, dado el promedio estimado para la menarca y la menopausia, respectivamente. En cuanto a los precios de los productos, se reunieron valores desde 2019.
En una relación de 13 ciclos menstruales por año, con 22 productos utilizados por ciclo a un precio promedio por unidad de 25.78 pesos, el gasto anual por persona en toallitas dio 7373.43 pesos.
En un cálculo idéntico, pero con precio promedio de 27.08 pesos por unidad, el gasto anual por persona en tampones dio 7745.14 pesos.