Estados Unidos limitará la compra de carne argentina debido a la fiebre aftosa
En medio de las negociaciones comerciales entre Argentina y Estados Unidos, las declaraciones de la secretaria de Agricultura de EE. UU., Brooke Rollins, generaron controversia sobre la futura importación de carne argentina. En una entrevista con CNBC, Rollins aseguró que las importaciones de carne de Argentina “no serán muchas” y mencionó que el país enfrenta un “problema de fiebre aftosa”. Sin embargo, esta afirmación es incorrecta, ya que Argentina ha estado libre de fiebre aftosa desde 2001, tras años de exitosas campañas de vacunación.
Rollins también comentó que en los próximos días podría haber más detalles sobre el acuerdo comercial entre ambos países, que incluiría una posible ampliación de la cuota de carne argentina con arancel cero. Actualmente, Argentina exporta 20.000 toneladas de carne de alta calidad a EE. UU., pero las nuevas negociaciones podrían incrementar esa cifra a 60.000 o 70.000 toneladas, aunque con un arancel del 10%, inferior al actual.
La secretaria también destacó que el gobierno de Trump, impulsado por el secretario de Salud Robert Kennedy, está promoviendo una mayor ingesta de proteínas a nivel nacional, lo que abriría la puerta a nuevas importaciones. Sin embargo, la cantidad mencionada por Rollins sigue siendo relativamente baja, considerando que EE. UU. produce aproximadamente 12 millones de toneladas métricas de carne al año.
Por su parte, los ganaderos estadounidenses mostraron su descontento con la posibilidad de aumentar las importaciones de carne, señalando que esto podría perjudicar la industria nacional. Bill Bullard, director ejecutivo de la asociación ganadera R-CALF USA, afirmó que la medida podría “desmantelar la cadena de suministro nacional de carne” al deprimir los precios de la carne en EE. UU.
La discusión sobre la carne argentina se da en un contexto de incertidumbre, con ambos países negociando en secreto un acuerdo comercial que podría incluir la ampliación de las importaciones. Sin embargo, las contradicciones en las declaraciones de los funcionarios estadounidenses sobre la fiebre aftosa y las críticas internas en EE. UU. generan dudas sobre el futuro de esta relación comercial.
Lo que está claro es que, a pesar de las declaraciones erróneas de Rollins sobre la fiebre aftosa, Argentina sigue siendo un proveedor clave de carne de calidad para el mercado estadounidense. El futuro de esta relación dependerá de cómo se resuelvan las tensiones comerciales y los intereses de los ganaderos de ambos países.