Candela Sol Rodríguez fue vista con vida por última vez el 22 de agosto de 2011, cuando esperaba con sus amigas para ir a una reunión de boy scouts al que pertenecía. La niña tenía once años cuando fue secuestrada en la localidad de Villa Tesei, provincia de Buenos Aires. Nueve días después de su desaparición, su cuerpo apareció con signos de asfixia al costado de la colectora de la Autopista del Oeste.
Los medios del momento replicaban entrevistas y todas las declaraciones en las que su madre, Carola Labrador, pedía desesperadamente por su aparición con vida. A pesar de la búsqueda y el operativo desplegado por la Policía, no pudieron encontrar a Candela a tiempo.
Unas semanas después, las autoridades hallaron ADN de la niña en una casa de Villa Tesei. A partir de esa pista, lograron capturar a quienes estaban mezclados en una causa que reveló un ataque mafioso contra la familia Rodríguez.
En el primer juicio realizado en el 2017, los acusados fueron Hugo Bermúdez, Leonardo Jara, Fabián Gómez, Miguel "Mameluco" Villalba y el "Topo" Moreyra (estos dos últimos estaban presos por peligro de fuga al comienzo del proceso). La investigación demostró que el secuestro y asesinato de Candela ocultaba una fuerza de crimen organizado que involucraba a la Policía. Durante casi un año, la Cámara de Apelaciones de Morón y la sala IV del Tribunal de Casación Bonaerense se pelearon por el proceso sin decidir concretamente qué hacer con los imputados.
Finalmente, Miguel "Mameluco" Villalba fue condenado a 23 años de prisión por liderar la banda narco involucrada con el secuestro. Mientras tanto, Hugo Bermúdez y Leonardo Jara fueron condenados a prisión perpetua y a Fabián Gómez, ocho años de cárcel. Las autoridades concluyeron que el posible móvil del asesinato de la niña fue un ajuste de cuentas con su padre que estaba involucrado en un caso de piratería de asfalto -y estaba en la cárcel en el momento-. La madre de Candela insiste con que hay más involucrados a parte de los condenados.
Pero, aunque se espera que luego de la pandemia comience un segundo juicio oral por el caso, Carola no tiene esperanza de encontrar nuevas pistas. "Ya no me importa nada el juicio. Hoy no confió en nadie y hubo jefes policiales a los que hicieron zafar de toda culpa".
"Ya cumplimos diez años sin Candela que se fue al cielo, pero también seguimos esperando que cierre la gran herida que tenemos. Es sabido que todos los culpables tienen que pagar", declaró la madre de Candela.