Adolfo Bioy Casares: ¿Cómo fue la vida del escritor, mejor amigo de Borges?
Adolfo Bioy Casares es considerado uno de los escritores más importantes de la literatura argentina, por obras como La Invención de Morel y Diario de la Guerra del Cerdo. Nació hace 107 años.
Hijo único de una familia de clase alta porteña, "Bioy" dedicó su vida a las letras desde muy chico, egresando del Instituto Libre de Segunda Enseñanza de la Universidad de Buenos Aires. Allí cultivó su amor por la filosofía antigua en autores como Platón, Aristóteles y Descartes. Estos intereses se fueron incrementando al salir del colegio y continuar en carreras como Derecho y Filosófía y Letras, ambas abandonadas al corto tiempo de haberlas empezado.
De gran vida social, supo cosechar odios y amores en distintos círculos literarios, alternando una vida de dandy que veraneaba en Mar del Plata con la soledad de los libros. Estas amistades, entre las que se encontraban Victoria Ocampo y Jorge Luis Borges, también colaboraron a su crecimiento como escritor.
Bioy y el "Grupo de Florida"
La relación de Bioy Casares con las hermanas Ocampo fue fundamental para su proyección autoral. A principio de los años ´30 ya había conocido a la escritora Victoria Ocampo y en 1934 comienza una relación con Silvina, hermana de Victoria, que era once años mayor que él. El vínculo con Jorge Luis Borges también se afianza en esos años y se vuelven inseparables. Victoria comienza una labor de mecenas cultural, de las más importantes del SXX, y funda la revista Sur, emblema de la literatura argentina. “Escribir es agregar un cuarto a la casa de la vida”, fue una de las frases con las que se recuerda su amor por los libros.
Este entorno de autores y amigos se conoció con el nombre de Grupo Florida, que contaba con plumas ilustres como los poetas Oliverio Girondo y Roberto Mariani. En este entorno, Bioy desarrolla varias obras en colaboración, como las Crónicas de Bustos Domecq, con Borges, y Los que aman, odian, con Silvina Ocampo. El grupo promovía constantes reuniones con otros autores, con charlas hasta largas horas de la madrugada, en la que se intercambiaban opiniones literarias de todo tipo. Sus cedes "patricias" eran la casa mansión de Victoria Ocampo, la confitería Richmond y los cafés Tortoni y La Biela, lugar en que Borges y Bioy compartían una mesa y que hoy tiene dos estatuas que los recuerdan. Su narrativa brillante, nostálgica y fantástica, amplió los horizontes de la ficción latinoamericana con series de cuentos como La trama celeste , El lado de la sombra y El héroe de las mujeres. También fue reconocido internacionalmente con el Premio Alfonso Reyes y el Premio Miguel de Cervantes, ambos en 1990. Murió en Buenos Aires, el 8 de marzo de 1999, a los 84 años.