"Ley del Lobizón": Tenemos una ley basada en una superstición
"Ella es Mercedes Lucía Arévalo Soraiz, tiene un año y ¡es mi ahijada!", tuiteó el presidente Alberto Fernández presentando a una nueva familiar instituida por una extraña forma legal llamada "la Ley del Lobizón".
Esta reglamentación fue oficializada en 1974 por María Estela Martínez de Perón y especifica que todo séptimo hijo o hija debe ser apadrinado por el Presidente. La ley Nº 20.843 otorga al ahijado/a un aporte económico anual, una beca para estudios primarios, secundarios y universitarios que se efectúa a través del Banco de la Nación.
¿Por qué existe la "Ley del Lobizón"?
La costumbre deviene de una tradición rusa que afirmaba que cualquier séptimo hijo (cuyos hermanos eran todos varones) era un hombre lobo, y que la séptima hija (cuyas hermanas eran todas mujeres) era una bruja... al menos que el mismo Zar ayudara a exorcizar la maldición. Esta tradición también se acuñó como una forma de evitar que los padres asesinaran o abandonaran a su progenie.
El rito emigró al país en 1907, cuando una pareja de ruso-alemanes del Volga le solicitó al presidente Figueroa Alcorta por su padrinazgo (y la cura de esta maldición). Insólitamente, Alcorta aceptó el pedido y adoptó esta leyenda para todos los séptimos nacidos en el país.