45 años sin Rodolfo Walsh: el recuerdo de su nieta
El periodista, escritor y militante argentino Rodolfo Walsh se convirtió en un símbolo de la práctica periodística comprometida con la realidad política y social. Este 25 de marzo se cumplen 45 años de su desaparición en el marco de la dictadura cívico-militar. Walsh fue secuestrado un día después de publicar la Carta abierta a la Junta Militar, donde narró las violaciones a los derechos humanos y el mal manejo de las políticas sociales y económicas de los militares.
Aquel 25 de marzo de 1977, el periodista fue interceptado en la esquina de San Juan y Entre Ríos por el Grupo de Tareas 3.3 de la Escuela de Mecánica de la Armada. Walsh estaba camuflado y vestía ropa de una persona mucho mayor ya que desde la instauración del régimen militar permanecía escondido. Durante la emboscada, el autor de "Operación Masacre" se resistió a los tiros y fue herido por el grupo de tareas que lo subió a un auto y lo llevó a la ESMA. Desde aquel día, el escritor se convirtió en un desaparecido del gobierno de facto.
Walsh, el periodista militante
El intelectual desarrolló su rol periodístico sin olvidar la militancia política de la que fue activo participante. Walsh integró las organizaciones de izquierda Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y Montoneros. En esta última, destacó por la redacción de cuatro documentos que criticaban a la cúpula militante por haberse alejado del pueblo. Las publicaciones fueron conocidas como Los papeles de Walsh, que además cuestionaban a Montoneros por violar tratados de guerra internacionales.
En 1957 publicó Operación Masacre, la primera novela considerada de "no ficción". En ella, expuso los crímenes cometidos por la autodenominada Revolución Libertadora de 1955 en los fusilamientos de José León Suárez. La obra se convirtió en un clásico del periodismo y la literatura universal.
Sin embargo, estos desencuentros no evitaron que el escritor de Operación Masacre continuara su militancia activa mientras seguía escribiendo. El 25 de marzo de 1977 lo encontró repartiendo a mano las copias de su Carta abierta de un escritor a la Junta Militar por los buzones de la Ciudad de Buenos Aires. Esta fue su última actividad militante ya que fue interceptado por un grupo de tareas que lo hirió y lo llevó de manera ilegal a la ESMA. Si bien existen varios testigos que lo vieron herido en aquel lugar de tortura, los militares nunca dieron información sobre su paradero. Es por esto que se lo incluye en las listas de detenidos desaparecidos por el Terrorismo de Estado.
Su actividad en Prensa Latina
Rodolfo Walsh fue uno de los fundadores de la agencia de noticias "Prensa Latina", en Cuba. La creó en 1959, junto a otros literatos comprometidos con las ideas revolucionarias latinoamericanas, como Rogelio García Lupo, Jorge Masetti y Gabriel García Márquez. Uno de sus logros fue la decodificación de un manual criptográfico que enviaba mensajes en clave entre agentes de la CIA.
Aliado al gobierno de Fidel Castro, practicó el espionaje para la Revolución junto a Masetti, que fue desaparecido el 21 de abril de 1964 en un enfrentamiento con el Ejército Argentino en Salta. Tres años antes, Walsh envió un reportaje a una publicación en Buenos Aires, con detalles sobre el espionaje que realizaba en Cuba. Este gesto le valió una llamada de atención del gobierno cubano y su posterior renuncia.
Regreso a la Argentina y militancia en Montoneros
Luego de la experiencia cubana, Walsh volvió al país en 1961 y continuó su labor periodístico militante. Asentado en una casa alquilada en el Delta del Tigre, allí escribió la mayoría de sus obras consagratorias como Operación Masacre, Esa mujer y Un kilo de oro. En este lugar conoció a Lilia Ferreyra, en 1967, quien sería su compañera hasta el día de su desaparición. La relación de Walsh con el peronismo de izquierda fue creciendo cada vez más durante este período.
En 1970 empezó a militar con las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) organización que rápidamente se fusionó con Montoneros. En ese espacio, Walsh construyó lo que serían sus años de militancia dura, con pseudónimos como "Esteban" "Profesor Neurus" y "El Capitán". Sus desencuentros con la dirigencia de Montoneros no tardaron en llegar, debido a que Walsh consideraba que la organización debía "volver a integrarse al pueblo, separarse en células de combate estancas e independientes, distribuir el dinero entre las mismas y tratar de organizar una resistencia masiva, basada más en la inserción popular que en operativos del tipo foquista", tal como escribió en una de sus cartas.
El Proceso, su secuestro y desaparición
Walsh vivió sus años más oscuros con la llegada del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. La dictadura cívico militar lo persiguió hasta su detención y desaparición. Además, el escritor sufrió la pérdida de su hija María Victoria, el 29 de septiembre de 1976. Conocida como "Vicky", la hija de Walsh era una militante guerrillera de 26 años que fue emboscada por el Ejército en el Combate de la calle Corro. Al verse rodeada, María Victoria y su pareja Alberto Molina, se dispararon en la sien. Walsh, que había pasado a la clandestinidad, quedó muy shockeado por el hecho, sumado al asesinato de su amigo, el poeta Paco Urondo.
Sus últimos movimientos lo ubican aquel 25 de marzo de 1977, cerca de la Plaza Constitución, donde fue emboscado y secuestrado por un grupo de tareas de la Junta Militar.
La captura de "Chispa", el secuestrador de Walsh
Gonzalo "Chispa" Sánchez, represor acusado de cometer delitos de lesa humanidad, entre ellos la captura de Rodolfo Walsh, fue extraditado a nuestro país en mayo de 2020, donde será juzgado por sus crímenes.
El recuerdo de su nieta
A 45 años de la desaparición y muerte del periodista Rodolfo Walsh a manos de la dictadura cívico-militar, su nieta Fiorella Metetieri lo recordó en IP Noticias: “Estoy orgullosa de que se honre la memoria de mi abuelo y de los 30 mil compañeros desaparecidos”, expresó.
“Fue extraño crecer en la familia de Rodolfo Walsh, en mi adultez sigo intentando comprender la magnitud de su militancia y su enorme valentía. Fui leyendo su obra de a pedacitos y me sorprende que hasta el día de hoy sus denuncias tengan vigencia”, contó Fiorella.
Quizás para romper con el mandato familiar de estudiar periodismo, la joven se metió en la carrera de ingeniería ambiental, además de ser pianista. “No soy periodista como mi abuelo y mi mamá, pero de ellos intento aprender sobre el apego por la verdad y llevarlo a mi militancia personal. En mi contexto abogo ser la voz de quienes quieren denunciar”, sostuvo.