Renace la pelea por el desdoblamiento en el peronismo
El resultado electoral en la provincia de Buenos Aires volvió a sacudir al peronismo y reabrió una interna que parecía contenida. La decisión de Axel Kicillof de desdoblar las elecciones bonaerenses de las nacionales, que en su momento buscó preservar la gestión provincial del arrastre negativo del escenario nacional, ahora se transformó en el centro de las críticas tras la derrota.
El oficialismo, bajo la alianza Fuerza Patria, había logrado en septiembre una ventaja de 13 puntos en la provincia, pero en las generales terminó perdiendo por dos. El cambio de tendencia generó un vendaval político. En los entornos de La Cámpora no tardaron en señalar responsabilidades: “Cristina tenía razón, no había que desdoblar”, fue la frase que se repitió en redes y pasillos, acompañada por un tuit de Mayra Mendoza que avivó el debate interno.
Desde el kicillofismo, en cambio, sostienen que la estrategia fue correcta y que, sin ese movimiento, el golpe podría haber sido peor. “Los intendentes pedían despegarse del panorama nacional para cuidar los municipios”, repiten cerca del gobernador, quien defendió la idea de priorizar la identidad bonaerense en medio de un contexto político y económico adverso.
A esa situación se sumaron factores externos que pudieron influir en el voto. En los días previos a las elecciones, declaraciones de Donald Trump en apoyo a Javier Milei reactivaron la discusión sobre el vínculo con Estados Unidos, mientras el miedo a una nueva suba del dólar y el repunte de la inflación alimentaron el malhumor social. La combinación de incertidumbre económica y desgaste político terminó pesando en las urnas.
El resultado en Buenos Aires no fue un hecho aislado. El peronismo perdió en la mayoría de las provincias, con la excepción de algunos distritos del norte y la Patagonia. En la lectura política general, el mapa se tiñó de violeta, el color de La Libertad Avanza. El voto opositor, y en especial el voto “anti kirchnerista”, marcó el pulso de una elección que el justicialismo creía tener controlada.
El golpe electoral encendió una nueva etapa de pases de factura dentro del oficialismo. Máximo Kirchner mostró gestos de incomodidad durante el discurso de Kicillof la noche de la derrota, y en varios sectores del PJ bonaerense se empieza a discutir cómo será la reconstrucción del espacio de cara a 2027.