La tregua comenzó a las 2 de la madrugada del viernes (hora local, las 20 hs del jueves en Argentina). El gabinete de seguridad de Israel votó a favor de aceptar un "alto el fuego". Previamente, enviados de potencias mundiales trabajaron con fervor para poner fin a la violencia mientras el gabinete de seguridad de Israel debatía diplomáticamente los detalles del restablecimiento de la calma. Después de 11 días consecutivos de enfrentamiento las negociaciones parecerían estar rindiendo sus frutos.
Con muy pocos disparos de cohetes hacia Israel durante las últimas horas y con la concentración de ataques de la aviación israelí únicamente sobre objetivos militares de Hamás, la escalada bélica de Gaza se encaminaba al inicio de este jueves hacia un principio de alto el fuego. El miércoles pasado Joe Biden se comunicó telefónicamente con el primer ministro Benjamín Netanyahu para exigir la inmediata desescalada del conflicto. La presión ejercida por el presidente de los Estados Unidos pareciera haber surtido efecto.
En la negociación, como condiciones Hamás exigió a Israel que no vuelva a penetrar con sus fuerzas de seguridad en la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén, y cancele los procesos de desahucio contra decenas de familias palestinas amenazadas con ser expulsadas de sus viviendas en el barrio de Sheij Yarrah, al norte de la Ciudad Vieja. Sin embargo, los jefes del Ejército israelí reconocían a la prensa que la misión estaba prácticamente cumplida en Gaza. Entre algunos de sus objetivos, destacaron la destrucción de gran parte de las capacidades ofensivas y defensivas de Hamás y la Yihad Islámica; la eliminación física de muchos de sus comandantes de alto y bajo rango y la reinstauración de la aplastante disuasión bélica de Israel; por nombrar sólo algunos resultados de la confrontación asimétrica ya próxima a su fin.