El acuerdo de paz entre Israel y Hamás: una tregua sin soluciones definitivas
Israel y Hamás han firmado un acuerdo de alto al fuego que marca la primera fase de un plan propuesto por Donald Trump para Gaza. Este pacto incluye una serie de medidas, como la liberación de prisioneros, una retirada parcial de las tropas israelíes y la entrada de ayuda humanitaria, pero deja sin resolver las cuestiones clave del conflicto.
El acuerdo establece un alto al fuego inmediato y la retirada parcial del Ejército israelí, que comenzará en las próximas 24 horas. Hamas se compromete a liberar a los 48 rehenes israelíes, mientras que el país hebreo excarcelará a unos 1950 prisioneros palestinos. Sin embargo, las principales diferencias entre las dos partes siguen sin resolverse. Hamás no ha aceptado desarmarse ni ceder el poder en Gaza, en tanto que Israel rechaza una retirada total de la zona. Además, ambos actores mantienen posiciones encontradas sobre el futuro político de la Franja y la creación de un Estado palestino.
A pesar del intento de entendimiento, Israel confirmó que no liberará a miembros de Hamas que estuvieron directamente involucrados en el ataque del 7 de octubre, ni a líderes históricos del movimiento. Esta decisión fue un punto clave en las negociaciones, así como la exclusión de figuras clave del grupo islámico, como Ahmed Sadat, Hasan Salameh y Abás al Sayed, que fue un tema central en las discusiones del acuerdo.
Este tratado, aunque representa un respiro en el corto plazo, no aborda los problemas fundamentales del conflicto. Israel manifestó que no retirará por completo sus tropas de Gaza, y no hay garantías de que se detendrán los ataques en la región una vez se cumpla la primera fase del pacto. Por su parte, Hamás exigió que el futuro gobierno de Gaza esté bajo control palestino y que se avance hacia la creación de un Estado, demandas que no cuentan con el respaldo de Israel.
Además, el acuerdo no menciona a Cisjordania, una región clave en el conflicto, donde las políticas de ocupación y anexión por parte de Israel continúan en marcha. De hecho, el pacto parece centrarse exclusivamente en Gaza, sin abordar las tensiones en otras partes del territorio palestino, lo que refuerza la percepción de que la ocupación israelí sigue intacta.
Aunque la comunidad internacional celebró el acuerdo, la falta de claridad sobre su implementación y las diferencias aún existentes entre las partes hacen que el acuerdo no sea una solución definitiva al conflicto.