Si bien la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados en el plano de la medicina, aún queda mucho por explorar respecto de los seres humanos y la salud. Tal es el caso de los trastornos del espectro autista (TEA), que son discapacidades neurológicas que afectan el desarrollo cognitivo. El investigador del CONICET, Rodrigo Echeveste, desarrolló un proyecto científico con Inteligencia Artificial para investigar sobre el autismo: "Empezamos a pensar en la posibilidad de adaptar esas herramientas para comprender mejor cómo sucede la percepción en el caso del autismo, y cómo diferencias que se observan a nivel fisiológico repercuten en cambios en la percepción de las personas del espectro", señaló en Ciencia IP.
La investigación que desarrolló junto a Diego Milone y Enzo Ferrante trabaja con "estímulos visuales" para entender "lo que pasa en la corteza visual primaria". "Tenemos neuronas que detectan bordecitos y orientaciones en distintas partes del campo visual, y para eso se tiene que combinar la información que entra a través de los ojos con la experiencia previa", indicó. "Las personas del espectro tienden a pesar la información que llega a través de los sentidos con la información previa de forma ligeramente diferente, tendiendo a sobrepesar la información sensorial y a pesar de menos la exxperiencia previa", explicó y luego añadió: "La Inteligencia Artificial nos permite tender puentes entre estos dos mundos".
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