Caso Luciano Olivera: separan de su cargo al responsable de la comisaría de Miramar

El jefe de la Policía de Seguridad Comunal de General Alvarado fue desplazado de su cargo luego que la fiscal de la causa presentara entre las pruebas el peritaje al arma utilizada por el agente en el homicidio de Luciano Olivera.

El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, decidió separar de su cargo a Edgardo Vulcano, responsable de la comisaría de Miramar donde trabajaba el policía bonaerense que baleó a Luciano Olivera, el adolescente de 16 años asesinado en Miramar.

En su lugar asumirá el comisario inspector José Ramón Segovia, quien se desempeñaba en la Superintendencia de Seguridad Región Atlántica II. El ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, reafirmó la necesidad de profesionalizar a los agentes de policía, ya que dentro de las fuerzas "hay estúpidos que actúan como mafiosos".

La fiscalía dispuso la recolección de imágenes tomadas por cámaras de seguridad privadas. Desde la entidad se declaró que una de las cámaras tuvo la posibilidad de grabar más claramente la secuencia de lo sucedido. 

"Hay una cámara que estaría a unos 20 metros del lugar, que podría dar un indicio de que la moto venía en movimiento al momento del disparo”, señaló la fiscal a cargo de la causa, Ana María Caro.

El efectivo detenido se llama Maximiliano González, de quien se aguardan los resultados de las pericias toxicológicas. Los efectivos policiales que se encontraban junto al imputado ya brindaron declaración. El agente está imputado por el delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la condición de policía".

Luciano Olivera había sido detenido pasadas las 4 de la mañana cuando una patrulla de la policía bonaerense quiso identificarlo. Según los resultados de las primeras pericias de investigación, luego de bajar de la patrulla, el agente González le disparó con su arma reglamentaria. 

Resultado de la autopsia a Luciano Olivera

El informe preliminar de la autopsia no dejó margen para la duda y ratificó que Luciano Olivera sufrió una “muerte inmediata” a causa del shock hipovolémico que le provocó el impacto del proyectil del policía. La bala ingresó por el pecho y salió por la espalda, y en el camino perforó el corazón y la parte inferior del pulmón derecho del chico, además de ocasionarle una lesión hepática mortal.

Por eso, al oficial Maximiliano González se lo acusa de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la condición de policía". En la indagatoria a la que se sometió el sábado y donde se lo notificó de la imputación, que tiene una expectativa de pena de cadena perpetua, optó por no prestar declaración ante la fiscal, tal como se lo sugirieron sus abogados defensores, Lautaro Resúa y Carla Medina.