La actividad de los criaderos es lícita en casi toda Argentina. Actualmente, existen alrededor de dos mil registrados, pero se estima que no hay menos de uno por municipio, lo que elevaría la cifra de los clandestinos. En este informe de IP Noticias y Telenueve: el negocio cruel de los criaderos clandestinos.
En los criaderos ilegales suele repetirse el mismo escenario: animales hacinados, falta de medidas de higiene y en condiciones física y nutricionales deplorables. En estos casos, algunos suelen ser desmantelados gracias a las denuncias por maltrato animal de vecinos o asociaciones protectoras de animales.
La lucha contra el maltrato y los criaderos
Paloma Fernández junto a su papá dirige el refugio "Colitas sin hogar", donde rescatan a perros de criaderos y en situación de maltrato. "Los criaderos son fábricas de cachorros. Cuando compras un animal, sos cómplice. Las hembras suelen parir cantidades enormes de cachorros", cuestionó.
Por su parte, el activista por el derecho de los animales Fernando Pieroni remarcó que los criaderos son "un centro de tortura" donde alojan a "una gran cantidad de animales en jaulas" con el fin de "explotar".
"Los criaderos son un centro de tortura. Algunos llevan adelante prácticas médicas, como cortarles las cuerdas vocales para que no ladren. El fin es explotar, las hembras desde los 6 meses están dentro de una jaula pariendo crías y les realizan cesáreas innecesarias", detalló.
Por su parte, el médico veterinario Carlos Baamonde sostuvo que "en los criaderos suelen poner a más de 10 animales dentro de una jaula y como castigo le sacan la comida y el agua por más de 10 días". En tanto, sobre las hembras señaló que "suelen terminar con problemas en el sistema reproductor".
CABA, única jurisdicción en prohibir la actividad
La ciudad de Buenos Aires es la única jurisdicción del país donde la actividad está expresamente prohibida por la ordenanza Nº 41.831/87. La misma, no autoriza los criaderos y solo admite la comercialización de animales domésticos en lugares habilitados, como veterinarias y centros de mascotas, con certificado médico veterinario y en presencia del profesional. En el resto del país, no hay reglamentaciones claras.