Milei irónico: "El camino hacia la prosperidad llevará tiempo"

Este miércoles, en una entrevista con Eduardo Feinmann, Javier Milei reafirmó su postura sobre la política económica del país y ofreció su perspectiva sobre el futuro cercano. Si bien el presidente se mostró firme en su enfoque económico, algunos puntos de la conversación dejaron entrever las tensiones inherentes a una gestión que intenta equilibrar la deuda externa, la inflación y la percepción popular.

El primer tema que tocó Feinmann fue la cuestión cambiaria, preguntando directamente si habría cambios después del 26 de octubre. Milei respondió que “no”, reiterando que las bandas cambiarias actuales se mantendrán sin alteraciones. Según él, la estabilidad fiscal y una política monetaria estricta son claves para evitar la inflación, la cual, en su visión, se debe a un exceso de oferta de dinero.

Milei destacó que la base monetaria de Argentina hoy es significativamente más baja que en el pasado, con pasivos monetarios que pasaron de los 35.000 millones de dólares a 25.000 millones de dólares. A su juicio, esto indica que el país ha logrado un control efectivo sobre el dinero en circulación, lo que debería traducirse en una eventual contención de la inflación. Sin embargo, no dejó de criticar a algunos economistas, a quienes acusó de generar alarmas infundadas sobre la demanda de dólares en el país.

En cuanto a la crisis económica, Feinmann le preguntó a Milei sobre las dificultades de los argentinos para llegar a fin de mes. El presidente se mostró tajante al respecto: “¿Qué quiere que lo emita? ¿Que haga como el kirchnerismo?”, descalificando la idea de imprimir dinero como solución a la crisis. Según él, la emisión descontrolada solo generaría más inflación y empobrecería aún más a los ciudadanos.

Milei insistió en que el camino para mejorar la situación económica pasa por reducir el tamaño del Estado y evitar el gasto público excesivo. En lugar de aumentar los impuestos o recurrir a la deuda, propuso que el país debe enfocarse en las reformas estructurales que está implementando, las cuales, aseguró, son más de 9.000.

A lo largo de la conversación, el mandatario insistió en que los argentinos deben ser pacientes y no esperar resultados inmediatos. Habló de la importancia de tener un enfoque a largo plazo y mencionó como ejemplo su plan para convertir a Argentina en un país más próspero, similar a España o incluso a Alemania, en un plazo de entre 7 y 20 años.

En cuanto a las críticas de algunos sectores que sienten desilusión por su gestión, Milei apeló a la memoria. “Miren lo que prometí y miren lo que está pasando”, dijo. Reafirmó que cumplió con varias de sus promesas, como poner en orden las cuentas públicas, reducir la inflación y la pobreza. A su juicio, aunque el camino es largo, los avances son indiscutibles.

Cuando Feinmann insistió en preguntarle sobre cuándo los argentinos podrían ver un alivio concreto en sus bolsillos, Milei mencionó que una vez que se despeje el riesgo político, el riesgo país disminuirá y el país experimentará una expansión económica gracias a las inversiones extranjeras. Según el presidente, ya están aprobados proyectos por 20.000 millones de dólares y más de 60.000 millones más están en proceso.

Feinmann fue directo al punto y le preguntó a Milei sobre sus posibles alianzas y la difícil tarea de convocar a otros dirigentes políticos a su causa, especialmente en un clima electoral tan polarizado. La respuesta del presidente fue, en principio, algo evasiva. Reconoció que está trabajando en la creación de consensos, pero subrayó que muchos de estos acuerdos no son del todo públicos, tal como ocurrió con la apertura del cepo cambiario, una medida clave tomada en su gobierno. Según Milei, solo unos pocos sabían sobre la medida antes de que fuera anunciada, sugiriendo que maneja su gobierno con un control estricto sobre la información.

El presidente también aprovechó para defender la postura de su gobierno frente al apoyo de Trump, asegurando que este es “total y absoluto”, y explicó que el respaldo estadounidense se da dentro de un marco ideológico claro: no hay espacio para los “comunistas”. No obstante, Feinmann no dejó de lado las dudas sobre cómo Milei manejará las presiones internas y externas de cara a la coyuntura electoral, preguntándole sobre su balance entre convicción y cálculo electoral en sus decisiones.

Milei, con su estilo característico, respondió que siempre actúa conforme a sus principios y valores, asegurando que no se deja llevar por el cálculo electoral, sino que se enfoca en lo que considera correcto para el país. A pesar de esta afirmación, algunos analistas proponen que la presión de las urnas y las expectativas del electorado podrían influir más de lo que admite públicamente.