La activista por los derechos del niño Gabriela Arias Uriburu visitó Algo que Contar y dialogó con Agustina Kämpfer sobre la lucha que emprendió para recuperar a sus tres hijos: "Fue una labor artesanal", dijo. Además, reflexionó sobre su experiencia con las constelaciones familiares y su relación con la religión musulmana.
"Estuve en el infierno muchos años, hubo noches en las que me fui a dormir pensando en suicidarme", contó sobre lo que significó en su vida que en 1997 su exmarido mulsumán secuestrara a sus tres hijos y se los llevará a Jordania.
"Con Imad veníamos de un divorcio muy difícil, pero nunca iba a quitarle a los chicos el vínculo con su padre. Imad desapareció con los chicos, no los volví a ver hasta un año después y recién a los tres meses supe que estaban en Jordania", recordó.
Constelaciones familiares
"Llegué a las constelaciones familiares en 2006 y no me fui más. Fue comprender todo el presente en la huella familiar", señaló la activista al mencionar que su historia repitió un patrón.
"En la historia familiar, cuando mis abuelos paternos se separaron, él se quedó con los hijos. Esto que pasó ya venía en el sistema familiar. Cualquier papá o mamá en conflicto con sus hijos tiene que mirar su árbol", recomendó.
Arias Uriburu repasó sus años en terapia y reconoció que llegó a conocer "la soledad extrema", lo que la llevó a "encontrar la luz y la fuerza". "El trabajo fue por dentro y por fuera. El camino es fuerte, porque tenes que meterte con un dolor muy grande", analizó.
El rol de lo femenino
"En terapia me dijeron que la madre no iba a encontrar más recursos para todo lo que había que seguir haciendo porque la mujer estaba muerta. Cuando encontré a mi arquetipo de mujer completamente muerto, entré en una depresión profunda", contó.
Y sostuvo: "Hoy mi tarea es trabajar con la mujer, es necesario transformar los vínculos con una misma. El plan es con una misma, cuando te das cuenta de eso todo se transforma".
La relación con la religión musulmana
"Cuando empecé a trabajar en la ONU con mi caso, no le tuve que explicar a nadie por qué no me podía instalar en Jordania por mis hijos, la explicación se la tuve que dar solo a Argentina", contó Arias Uriburu.
Y detalló: "Estaba casada bajo la religión musulmana, donde la mujer pertenece a su marido y el clan. Cuando Imad se fue a Jordania las reglas del juego cambiaron, yo era una mujer sin una estructura musulmana que para entrar al país necesitaba de una defensa diplomática para que no se me ejecutara el Islam".
"Me paré frente al mundo musulmán y dije, 'cuando se agriete, me voy a meter'. Llegué a lo profundo de la religión y cuando entras, sabes quién es la que manda. En esa cultura, para mi fue más difícil la mujer que el hombre. Ellas son las que educan al hombre y las que dicen cómo tratar a la mujer", agregó.
Podés ver Algo que contar con Agustina Kampfer de lunes a viernes a las 23.30 por la pantalla de IP.