La crisis del sistema educativo afecta a distintos niveles, incluyendo el secundario. En Argentina, muchos estudiantes resignan sus últimos años de formación por diferentes motivos: falta de motivación, dificultades con inscripciones e inclinación por conseguir ingresos son algunos.
En el video, un informe de Sebastián Davidovsky sobre las dificultades que implica terminar la secundaria.
Informes recientes sobre deserción escolar apuntan a las cifras porcentuales de alumnos que no completan el nivel secundario, o bien lo hacen tarde.
Sin embargo, la perspectiva denominada "fracaso escolar masivo" propone un abordaje del problema que amplía responsabilidades a la política educativa y el sistema en su conjunto.
La vida con el secundario incompleto
Los estudios que relevan el retraso o abandono de la formación en el secundario no contemplan las observaciones que los estudiantes hacen sobre sus situaciones puntuales.
En algunos casos, la falta de motivación se vuelve una carga pese a obtener buenos resultados. Estímulos viejos y poco sentido de pertenencia respecto de las realidades de cada alumno son factores que contribuyen a este obstáculo.
Más allá del arrepentimiento por no haber completado esa etapa de la educación formal, otros reconocen que la situación de trabajar desde adolescentes influyó en la decisión de abandonar los estudios. A esto se suman las trabas burocráticas que aparecen cuando se intentan retomar los estudios secundarios en la vida adulta.