Psicópata, peligroso y perverso: las conclusiones del peritaje a Robledo Puch

A sus 19 años, Carlos Eduardo Robledo Puch fue condenado a reclusión perpetua indeterminada. Conocido como El Ángel de la Muerte, fue acusado por diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, diecisiete robos, dos raptos y dos hurtos.

Esa seguidilla de homicidios lo convirtió en uno de los asesinos seriales más feroces de la historia argentina.

Robledo Puch se convirtió en el hombre con mayor cantidad de años preso en nuestro país tras ser apresado el 4 de febrero de 1972. Recluido en la Unidad Penal Número 26 de Olmos, El Ángel Negro solicitó la libertad a sus abogados por considerar "caducada" su pena. 

 

"Psicópata, antisocial, peligroso y perverso"

Las pericias oficiales describieron al mayor asesino múltiple de la historia criminal argentina, como un "psicópata, antisocial, peligroso y perverso". 

El médico legista Osvaldo Raffo, indicó que Robledo Puch era un "antisocial por temperamento", con un "resentimiento general hacia sus semejantes" a los que consideraba "como objetos y como tales" los trataba.

"No padece una psicopatía; él es un psicópata", afirmó Raffo y agregó: "El componente perverso está encarnado en su personalidad".

A su vez, en 2013, Raffo seguía sosteniendo que si bien Robledo Puch había cumplido su condena siempre iba a ser peligroso. "Robledo es un psicópata agresivo, cruel homicida, incendiario, violador, destructivo y cobarde", señaló el médico legista en su página web.

"Quiero morir en libertad, no quiero morirme preso"

Los abogados de Puch, Diego Dousdebes y Martín Ebra, solicitaron la libertad condicional ante la Cámara de Apelaciones de San Isidro. El argumento principal es que ya cumplió 70 años, "pasó más de 50 en prisión" y no quiere morir en la cárcel. 

"Más allá de que los crímenes que pueda haber cometido hayan sido aberrantes, a él se le impuso una pena que no tiene punto final. Él fue condenado en tiempos de dictadura, donde había otros parámetros de legalidad que por suerte no rigen ahora. Me pregunto por qué nunca se ha revisado esta pena", declaró Dousdebes. 

"El sistema no resocializa"

"Te das cuenta cómo el sistema destruye a una persona. Porque no resocializa, no readapta y no reinserta a nadie. No es con Robledo. Pasa con todos los presos", agregó el letrado. 

Los abogados de Robledo también solicitaron a la Justicia que se le realicen las pericias psicológicas, psiquiátricas y socio-ambientales determinadas por la ley para cada preso. 

"La última pericia que le realizaron a Robledo fue psiquiátrica y tuvo lugar en 2016. Lo que dice este informe es que él tiene dos niveles de tratamiento: uno es el trastorno de personalidad, que es de base y no es tratable; pero está asociado con su estado de ánimo, que sí puede ser tratado psiquiátricamente con una medicación determinada y con entrevistas semanales con un especialista", detalló Dousdebes.