Matías Bagnato: "Formé una familia y tenía miedo de que él me la quitara"
Matías Bagnato, único sobreviviente del incendio intencional que mató a su familia y a un amigo en 1994, habló públicamente luego de que se confirmara el fallecimiento de Fructuoso Álvarez González, asesino condenado por el hecho conocido como "la masacre de Flores".
En el video, el testimonio de la víctima y su abogada, Luciana Carrasco.
"Me gustaría contarles, por primera vez lo puedo hacer, nunca lo hice porque tenía miedo, que durante estos años yo logré formar una familia. Muchas veces me preguntaban y yo nunca lo decía porque tenía pánico de que él me quite a esta nueva familia, como me quitó a mis viejos y a mis hermanos", dijo Matías en conferencia de prensa.
Álvarez González falleció el 30 de abril, luego de haber pedido nuevamente la excarcelación, esta vez por haberse lesionado la cadera en el penal donde cumplía reclusión perpetua.
"Esta persona había manifestado que me quería matar, que tenía gente afuera siguiéndome. Por un tema de seguridad, no podía comentarle todo esto a ustedes. Se paralizó nuevamente mi vida", reconstruyó el sobreviviente.
"Mi mayor motor durante todo este tiempo fue mi abuela, y desde que no está ella me costó mucho seguir adelante, pero sobre todo enfrentar, cada seis meses, estos pedidos de libertad continuos y no poder salir a la calle, vivir con custodia las 24 horas del día. Literalmente, pasé cada seis meses a estar detenido yo", recordó, en medio de agradecimientos a quienes lo acompañaron en 29 años de lucha.
Luciana Carrasco
La abogada de Matías, Luciana Carrasco, aseguró que la sociedad debe asumir "un debate maduro, responsable sobre el papel de las víctimas y los derechos de las víctimas". Y agregó que "un sistema de justicia nunca va a ser justo si no tiene en cuenta los derechos de las víctimas".
A continuación, sintetizó la falta de respuestas a Matías desde los momentos en que se pudo haber prevenido el crimen y durante los años de vaivenes judiciales.
"El Estado le falló a Matías varias veces. En un primer momento, cuando no hizo nada por las amenazas, con todo lo que pasó la abuela. Después, el asesino fue y mató a toda la familia. Le falló una segunda vez, cuando el asesino volvió a entrar a la Argentina teniendo prohibido el ingreso al país; estuvo un año prófugo y Mati encerrado con custodia, sin poder vivir. Y después, todos estos años, que cada seis meses frenaba su vida esperando a ver qué pasaba con los pedidos de libertad", dijo la defensora.