Macabro crimen en Las Toninas: fingió ser su jefe desaparecido para quedarse con todo

Lo que comenzó como una desaparición inquietante en la localidad costera de Las Toninas terminó revelando un caso digno de una novela negra. Encontraron el miércoles por la noche el cuerpo de Aarón González, un comerciante de 46 años y dueño de una reconocida fábrica de pastas, que estuvo oficialmente “ausente” durante un mes y medio. Mientras tanto, su empleado, Maximiliano Sosa, tomaba su lugar en silencio: contestaba sus mensajes, atendía el local y hasta vendía sus bienes.

Según confirmaron fuentes judiciales, la historia que Sosa difundió a amigos y familiares era simple y creíble: González se había ido a Brasil en busca de un retiro espiritual. Pero con el paso de los días, algo no cerraba. Cuando alguien intentaba hablar directamente con él, siempre había excusas técnicas: “el audio del celular no anda”, decía Sosa haciéndose pasar por su jefe.

El engaño comenzó a desmoronarse cuando un amigo cercano a la víctima notó detalles que no coincidían. Las antenas telefónicas nunca registraron una salida del país y Migraciones no tenía registros de González. El celular seguía ubicado en Las Toninas.

El punto de quiebre llegó cuando la policía, con ayuda de perros rastreadores, halló el cuerpo de González enterrado en el fondo de la casa que compartía con su empleado. El mismo lugar donde Sosa había seguido viviendo como si nada hubiese pasado.

En este tiempo, el acusado vendió dos autos de la víctima, compró uno nuevo y continuó con la rutina laboral como si fuese el dueño legítimo. Lo más perturbador: mientras sostenía esta doble vida, mantenía la suya propia con total normalidad.

Sosa, de 34 años, habría aprovechado la confianza que su jefe tenía en él. Según testimonios, González incluso lo hospedó varias veces en su casa por razones económicas. Este vínculo cercano le permitió conocer todos sus movimientos, lo que facilitó la macabra estrategia.

La investigación apunta a un crimen premeditado. Los investigadores sospechan que Sosa preparó el plan con tiempo, ganándose el acceso a la vida personal de la víctima. Aún no está claro si actuó solo ni si hubo algún desencadenante inmediato.

Una mujer que sería su pareja también podría ser citada a declarar en las próximas horas, aunque por el momento no se la considera sospechosa. La justicia ya imputó a Sosa por homicidio agravado y usurpación de identidad, entre otros cargos. La investigación sigue en curso y no se descartan nuevas detenciones.

El caso conmociona a toda la comunidad de Las Toninas, donde González era una figura muy querida.