La actriz se horriza con solo pensar que hay periodistas que creen que su carrera comenzó con su papel en El Potro, la película de Netflix sobre la vida del cantante cordobés. Malena Sánchez debutó en cine a los 18 años, junto a la legendaria Norma Aleandro, y todavía tiene mucha más tela para cortar.
La actriz reconoce que tuvo el privilegio de calcular sus roles y construir su carrera con papeles con los que no debía comprometer sus códigos: "Nunca me faltó trabajo desde que terminé el colegio y siempre fui muy respetuosa del camino y nunca dije que sí a algo que no tenía ganas o iba en contra de algo mío ideológico o ético", comentó en El Planeta Urbano.
Si bien su paso por el cine ya marcó quince años de carrera, Malena comenzó el circuito televisivo con novelas de Cris Morena como Chiquititas (2000) y Rebelde Way (2003). La televisión nacional quedó prendida de ella y si no se la encontró en un papel fijo, siempre tuvo participaciones de trascendencia en lugares en todas las señales del país. Actualmente está trabajando en Argentina, tierra de amor y de venganza, una serie de Canal 13.
Aunque la conversación estética parece una cosa del pasado, la millennial admite que meditó sobre los tratamientos estéticos, pero que lo descartó rápidamente: "Me da mucha impresión la idea que todes tengamos la misma cara. Me cuesta un montón. Creo que con esto de IG y el tema de los filtros, ya hay muchas pibas que ni se pueden mirar ni al espejo", dijo la actriz.
"Siendo actriz me parece un pecado tocarse. Perdés la expresión, solo podrías hacer de mamá operada. Se supone que los años, si hiciste bien tu laburo, significan conocerse más", acotó Sánchez.
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