Pensar a Maradona: un ejercicio desafiante

La figura de Maradona siempre dividió aguas. La discusión en redes sociales escala entre devotos y detractores: por un lado el ídolo que despierta pasión y por el otro, el personaje escandaloso.

La figura de Diego Armando Maradona siempre dividió aguas. La discusión en redes sociales escaló en medio de mensajes de tristeza. Por un lado el ídolo futbolístico despierta pasión y alegría y por otro lado, el ídolo errante, envuelto en escándalos públicos. ¿Hay dos Diegos o era uno solo? 

Para algunos, en un año atravesado por la pandemia y la cuarentena, en donde quienes perdieron a seres queridos se vieron imposibilitados de velarlos, hacer un funeral público y multitudinario fue insultante. Para otros no había otra opción: era lo que Diego se merecía. Eso y más.

A su vez, la muerte de Diego Maradona, el miércoles 25 de noviembre, coincidió con el Día Contra la Violencia de Género y esto ocasionó un enfrentamiento entre distintos colectivos feministas. Los argumentos de quienes no toleran reivindicar la figura de una persona denunciada por violencia en varias ocasiones se contrapone con las que, lejos de negar estas acusaciones, ponen en consideración el contexto de dónde vino, la difícil vida del ídolo y el irrefrenable amor popular.

En definitiva, nadie sabe cómo fue estar en los zapatos de Diego y como dice el sociólogo Luis Quevedo: "Diego Maradona fue una persona con contradicciones como cualquiera de nosotros o nosotras, el tema es que la vida de Diego no fue la de cualquiera."