A 30 años del debut de los Illya Kuryaki and the Valderramas, el precursor de la música urbana se prepara para lanzar su quinto álbum de estudio en plan solista. Lo presentará el 5 de febrero en Parque Centenario. Decreta: “Tocar me hace latir el corazón”.
Aspira a que este disco sea el mejor de su carrera, pero no se deja engolosinar por el reconocimiento: “El éxito laboral va y viene. La plata también. La familia, sin embargo, es la que siempre está y estará ahí”, asegura.
Al recordar sus comienzos, admite que “no fue nada fácil”. Dice que “en los ‘90 te miraban mal porque te iba bien. Estaba eso de ‘Che, se vendieron’. Pero seguíamos siendo nosotros, solo que nos iba bien. Entendí que esa gente no te quiere, te quiere en el piso”.
También rememora su infancia como “llena de cosas mágicas y con impulsos artísticos muy grandes. Era una escuela constante”.
En un análisis de la actualidad, es consciente de que “cuando la gente ve algo nuevo o diferente tiende a ponerse violenta al pedo. Y antes, con IKV, nos pasaba mucho. Me pone feliz que ahora lo urbano sea popular”. Y destaca: “Es muy groso que se haya mezclado con los sonidos de antes. El mundo está más apto para el mestizaje musical”.
La charla fue en el marco de El Planeta Urbano, que se emite por IP todos los sábados a las 23 h, con la conducción de Luis Corbacho.