Día de la hamburguesa: porque merece ser celebrada
La hamburguesa es el alimento que simboliza el frenesí de la vida moderna y su creación es celebrada todos los 28 de mayo, cuando obtuvo la forma con la que la conocemos hoy. El fanatismo no tiene que ver tanto por su método de cocción sino por su capacidad de poder llevarla a dónde sea y compartirla, lo que la hizo uno de los mejores aliados para la sociedad moderna.
Y aunque la producción masiva sea la instancia que la inmortalizó en el panteón de la cultura pop, la hamburguesa fascinó a la humanos de la antigüedad gracias a su practicidad. No fueron otros que los mongoles, la tribu nómade que se expandió bajo el yugo de Gengis Khan en el siglo XII D.C, quienes inventaron el corte de carne. Como se pasaban sus días a caballo, popularizaron el picar y triturar la carne debajo de sus sillas de montar y el mismo calor del animal terminaba por cocinar lo que quedaba. Cuando el ejército del Gran Khan se expandió a Rusia, Ucrania y Kazajistán, llevaron su “comida rápida” al territorio, que muy pronto lo adoptó debido a la facilidad y rapidez de preparación de la comida.
Pero solo cuando la receta llegó a Alemania se convirtió oficialmente en “hamburguesa” ya que la región de Hamburgo fue la que especializó la cocción de la carne condimentada y una máquina para picarla a la perfección. El 28 de mayo de 1881, Otto Krause se dio cuenta que una hamburguesa entre panes redondos y con verduras era un plato completo. El plato se expandió a Estados Unidos luego de la Primera Guerra Mundial, donde comenzó a venderse la hamburguesa en puestos callejeros. Esto no inspiraba para nada la confianza de los consumidores, pero los creadores de la cadena de comida rápida White Castle lo solucionaron en 1921: no solo establecieron un protocolo sanitario que hacía que sus restaurantes fueran impecables, sino que picaban la carne que utilizarían en frente a sus clientes. Gracias a ellos, veinte años después, Dick y Mac McDonald abrieron el primer restaurant de hamburguesas estilo “servicio rápido”. Y desde allí, el mundo entendió el poder de la comida rápida, motorizada por una hamburguesa que tardó casi mil años en perfeccionarse.