Argentina y Uruguay, enfrentados por la flexibilización del Mercosur

En el día en que se llevó a cabo la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, Estados Asociados e Invitados Especiales, Uruguay remarcó su decisión de “avanzar” en la búsqueda de negociados por fuera del bloque regional. El valor del arancel externo común y la posibilidad de realizar acuerdos comerciales sin el aprobado de todo el organismo son las dos problemáticas centrales.

“El mundo va muy rápido, se está entrelazando comercialmente”, dijo el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, para quien el final de la pandemia potenciará el comercio. “Les queremos decir que hacia allá va el Uruguay. Ojalá vayamos todos juntos”, aseveró, al tiempo que explicó que todos los integrantes del bloque tienen el mismo objetivo aunque “quizás con estrategias diversas”. Por casi veinte años, Uruguay bregó por una mayor apertura del Mercosur y en los últimos años ganó el apoyo de Brasil.

La importancia del consenso

El Tratado del Mercosur estableció, originalmente, la Resolución 32/00 en la que se remarcó la necesidad de que quienes integren el bloque lleguen a un acuerdo a la hora de tomar decisiones de este estilo. Sin embargo, para Lacalle Pou, su postura “no significa vulnerar ni violentar la regla de consenso”. En este sentido, desde el país vecino expresaron que dicha normativa “nunca fue internalizada”.

El presidente uruguayo había declarado en la cumbre anterior que “el Mercosur no debe ser un lastre, no estamos dispuestos a que sea un corset”. A lo que Alberto Fernández respondía: "No somos lastre de nadie, es un honor ser parte del Mercosur. Si somos un lastre, que tomen otro barco". En la misma línea, el canciller Felipe Solá había subrayado que el bloque es “la principal plataforma desde la cual avanzar hacia la inserción en el comercio mundial” y que para esto el “consenso” es sustancial.

Esta idea fue reforzada nuevamente por Fernández en la nueva reunión virtual: “El consenso es el camino más racional para preservar nuestros intereses comunes. Fortalece la convivencia y pone sobre la mesa de debate cuánto nos necesitamos unos a otros”. Por su parte, la Cancillería argentina calificó la decisión de Uruguay como "inconsulta e inoportuna".