El 13 de octubre de 1972, el Vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que viajaba con destino a Santiago de Chile, se estrelló en el medio de la Cordillera de Los Andes. Sin alas y con el fuselaje partido, la nave que llevaba a 45 pasajeros terminó en un lugar remoto cerca de la frontera entre Argentina y Chile. Unas 29 personas murieron.
Roy Harley, por entonces de 20 años, viajaba en ese vuelo como parte de una gira con todos sus compañeros del Old Christians Club, un equipo de rugby amateur de la ciudad de Montevideo. Lo que no se imaginó era que le esperarían 72 días en la montaña: con frío, sin ropa y con muchos de sus compañeros y familiares muertos. "Para los que creemos que existe el infierno, yo esa noche viví un infierno", cuenta 49 años después en diálogo con IP Noticias.
"Era el primer viaje en avión que hacía en mi vida. En un momento te encontrás parado en el medio de la cordillera, a 4000 metros de altura, con 16 amigos muertos y algunos muy malheridos", agrega Harley.
Luego de la suspensión oficial de la búsqueda, y gracias a una larga caminata de los jóvenes Fernando Parrado y Roberto Canessa, el 22 de diciembre de 1972 el Cuerpo de Socorro Andino dio con los sobrevivientes.