Viruela del mono: cómo distinguirla de enfermedades similares
El reciente brote de viruela símica, también conocida como viruela del mono, en doce países no endémicos de Europa, Oceanía y Norteamérica alertó a las autoridades sanitarias, que ahora investigan los síntomas y vías de transmisión de la enfermedad. Aunque se trata de una infección zoonótica ya conocida y poco frecuente, su similitud en ciertos aspectos con otras enfermedades puede generar confusiones de diagnóstico ante posible contagio. Por eso, la recomendación de los expertos a la población es acudir a profesionales de la salud en caso de notar síntomas compatibles.
Generalmente, las personas con esta enfermedad presentan fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías (inflamación de ganglios) y cansancio. Estos signos coinciden con los que se manifiestan en la varicela, a excepción de la afección en los ganglios, y en algunas enfermedades de transmisión sexual como la sífilis.
En general, la viruela de mono produce una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en hasta 3 semanas. Sin embargo, en algunos casos la enfermedad puede tornarse grave.
Diferencias entre la viruela de mono y la varicela
La viruela símica es provocada por uno de los virus del género Orthopoxvirus, originados en especies de animales no humanos y transmitidos con mayor facilidad entre ellas. La varicela es una enfermedad altamente contagiosa causada por el virus de la varicela-zoster, un tipo de herpes.
Uno de los síntomas comunes entre ambas enfermedades es la aparición de ampollas o pústulas en zonas de la cara, el torso, la espalda, pies y manos. Las áreas genitales también pueden verse afectadas. No obstante, estas erupciones se diferencian cuando se trata de una u otra enfermedad: en el caso de la viruela del mono, las heridas provocan dolor intenso, pero no pican, como sí sucede cuando se padece varicela. Los expertos señalan que el sarpullido característico de la viruela símica puede picar cuando está cerca de curarse, que es el momento en el que las costras se caen y empieza a formarse una nueva capa de piel. Además, suele propagarse en el cuerpo de manera progresiva, mientras que en la varicela la expansión puede ser simultánea.
Por otra parte, el período de incubación de la viruela del mono suele ser de 6 a 13 días, pero puede oscilar entre 5 y 21 días. El de la varicela, en tanto, se localiza en un lapso de entre 10 y 21 días, con una media de 14 a 16 días.
Diferencias con la viruela humana
Aunque la viruela símica y la viruela humana, producida por el virus Variola, presentan cuadros clínicos similares, hay algunas diferencias. En ambas enfermedades los pacientes sufren fiebre, malestar corporal, dolor muscular y cansancio. Los exantemas o sarpullidos cutáneos son también parecidos.
Sin embargo, con el paso de los días la viruela del mono produce inflamación de ganglios linfáticos maxilares, cervicales, axilares y de las ingles, lo que no ocurre cuando se cursa la viruela “original”. Las infecciones también difieren en sus periodos de incubación, ya que en la viruela humana esta puede durar entre 7 y 19 días, aunque la duración media era entre 10 y 14 días.
Diferencias con enfermedades de transmisión sexual
Gran parte de los contagios reportados en Europa y el Reino Unido el último mes se produjeron en encuentros sexuales. Así lo indicó el director general adjunto de la OMS, Ibrahima Socé Fall, quien apuntó además que “es una información nueva que tenemos que investigar adecuadamente para entender mejor la dinámica de la transmisión local”.
No obstante, la viruela de mono es una infección zoonótica y no se considera una enfermedad de transmisión sexual (ETS). Sus principales vías de transmisión son a través de saliva o secreciones respiratorias, o por contacto con las llagas, secreción de las lesiones o el material de las costras. También se puede contagiar por el contacto con ropa compartida, toallas, sábanas o materiales similares contaminados con fluidos de una persona infectada. Otra situación que implica riesgo de contagio es el contacto con animales vivos y/o muertos a través de la caza y el consumo de carne de animales silvestres.
En cuanto a la hipótesis de que la viruela del mono pueda haber desarrollado la capacidad de transmitirse por vía sexual, los científicos sugieren que se debe a la fricción corporal propia de estos encuentros, pero no porque el virus esté presente en fluidos como el semen o fluidos vaginales, lo cual no ha sido comprobado con evidencia suficiente.
“Es posible que no se transmita realmente por vía sexual, sino por el contacto estrecho asociado a las relaciones sexuales. Se necesitan más trabajos para comprobar si el virus se encuentra en el semen para decir que se transmite realmente por vía sexual”, sostiene el profesor Keith Neal, epidemiólogo de la Universidad de Nottingham.
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