Basurales a cielo abierto: los problemas de vivir olvidados por el Estado

En Luján se encuentra el basural a cielo abierto más grande del país. Los vecinos de la zona denuncian que las quemas les produce enfermedades crónicas, por lo que desde hace años luchan por convertirlo en una planta recicladora y crear un centro ambiental.

"Es difícil vivir acá, acarreamos problemas de salud de todo tipo. Hay muchos chicos y grandes con enfermedades crónicas", señaló el activista Sergio Almada a IP Noticias.

Y agregó: "Un informe del municipio reveló que el 40% de las atenciones en centros de salud de la periferia son por culpa de las quemas. De ese porcentaje, el 30% será un enfermo crónico de por vida".

El basural

El basural a cielo abierto de Luján es el más grande del país. Está ubicado en un predio municipal de 12 hectáreas y se lo llama "La Quema".

Se estima que al lugar por día llegan alrededor de 120 toneladas de basura que no reciben ningún tratamiento previo.

Según la última encuesta que el municipio realizó, en el lugar trabajan unas 200 familias de las cuales el 33% son mujeres en busca de alimentos y ropa.

El problema de los vecinos

Daniel Suárez es vecino de la zona y desde hace tres años fue diagnosticado con epoc, una enfermedad respiratoria crónica.

"Cuando viene el humo de las quemas teníamos que irnos porque sino terminamos llamando a la ambulancia. El humo del basural es pesado, espeso y te quita el aire", contó.

María Franzon vive en las inmediaciones del basural y señaló que sus hijos enfrentan problemas de salud a causa del olor que emana la basura.

"Los centros de salud nos dijeron que el problema era a base del humo de artefactos de calefacción, pero no del basural. Mi hija usa medicamentos para respirar desde que nació", señaló.

Y lamentó: "Tiraban químicos que causaban infecciones y de noche no se podía dormir. Los chicos se llenaban la piel de infecciones".

Marina Fragatti también contó su situación: "Cuando queman basura hay que poner toallas mojadas debajo de puertas y ventanas para que no entre el humo. Mi hijo nació con problemas de bronquios y tuvo varias internaciones".

"Ver y sentir el humo de la quema es meter la cabeza en un tacho de basura", sostuvo.