La risa de Pachu Peña es en uno de los símbolos del humor argentino de las últimas décadas. Hoy se dedica al teatro y la comedia en nuevos formatos, luego de una carrera en VideoMatch y otros programas que marcaron una época de la televisión.
En una entrevista con Agustina Kämpfer en Algo que contar, el actor y comediante recordó sus inicios y reflexionó sobre la evolución del humor.
"Nunca quise estudiar mucho ni seguir una carrera universitaria. Empecé como cadete, después administrativo, siempre iba a aprendiendo de la persona que estuviera adelante mío", dijo previo a relatar cómo conoció a Pablo Granados, su compañero de trabajo a quien considera "un hermano".
Con él formaron la pareja humorística Pablo y Pachu que los llevó al éxito en los canales más importantes de los 90 y 2000. "Era disfrutar el momento. Me acuerdo porque yo en esa época no manejaba y tomaba mucho taxi. Los taxistas me decían disfrutá, juntá y guardá porque esto no te va a durar siempre. Y no les hice caso" contó entre risas.
Pasados esos años, parte del contenido humorístico que realizaban Peña y sus compañeros pasó a ser cuestionado por su impronta machista.
"No soy de ver videos viejos. Por ahí llegan cosas de VideoMatch u otros programas, y te habías olvidado que hiciste eso. Lo tomo pensando en que en esa época era lo que se consumía y funcionaba bien. Pero después, cuando empezamos a evolucionar para bien y a entender todo dijimos: ¿cómo hacíamos esto?" dijo Pachu.
La risa como trabajo
En otro tramo de la charla, Peña habló de las situaciones cotidianas que se producen por el grado de exposición que le da su trabajo:
"Soy tímido, pero sé que cuando se prende una cámara mi punto es tratar de divertir a la gente que mira del otro lado. A veces me da timidez hacer las compras, porque te miran y esas cosas. Te ven y te dicen: 'dale, contate un chiste', y no voy a contar un chiste en la cola del banco, porque no da", contó.
A continuación, se refirió a su rol en el elenco de la obra teatral Una noche en el hotel, y a cómo usa la risa para producir otros efectos sobre el escenario. "En el teatro me pasaba que me tentaba al final con algo que hacíamos y lloraba de risa. Ese llanto de risa lo transformaba en un drama; me emocionaba y lo volcaba por otro lado. Quedaba bueno, la gente se lo creía" relató.
A propósito de esa experiencia, y ante la posibilidad de trabajar en otro género de la actuación, señaló: "Me encantaría hacer drama. No sé si sería bueno o qué, pero me gustaría". Por último, comentó sobre los acercamientos que tuvo con la actividad política.
"Siempre me interesó el tema social. Escuchar a quienes la pasan mal, cuales son sus necesidades más urgentes. Colaboré con acciones sociales y me interesé, pero hacer política es muy complicado, no es lo mío. Para ayudar sí estoy, pero creo que para ser político se nace, como cuando se es comediante o humorista, no se crea de un día para el otro", señaló.
Podés ver Algo que contar con Agustina Kämpfer de lunes a viernes a las 23.30 por la pantalla de IP.