Los países escandinavos tienen muchas cosas en común, una de ellas es el sostenido desarrollo económico y el funcionamiento del Estado de Bienestar. En el imaginario colectivo estas sociedades son vistas como libres, pioneras en derechos, con altos niveles de igualdad de género y un gran uso de las tecnologías de última generación. En pocas palabras, son lugares en donde conseguir lo necesario para disfrutar de la vida no pareciera ser muy difícil.
Sin embargo, podemos decir que, si bien lo que está en el imaginario colectivo es real, estos países también tienen su parte oscura. Para entender un poco cómo funcionan las economías de estas sociedades, Fernando Duclós entrevistó a Martín Schapiro, especialista y docente en política exterior.
El analista explica que "si bien el Estado de Bienestar funcionó y todavía sigue funcionando, si miramos los sistemas de estos países están crujiendo" y agrega que "donde quizás se puede ver más ese crujido es el alto número de refugiados que hubo históricamente en estos países. La postura que tomaron estos países después de la guerra de altos grados de solidaridad frente a las poblaciones en conflicto, hoy ha pasado de una integración armónica a una integración problemática. Si uno mira la cantidad de personas de esta población que nacieron en el exterior son altos, están por encima de la media europea. Dinamarca, por ejemplo tiene una de las legislaciones más restrictivas con la inmigración.
Otro de los puntos 'oscuros' de estas sociedades, tiene que ver con las formas de gobierno. Schapiro explica que "todos estos países han integrado a partidos de extrema derecha en coaliciones de gobierno".
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