Alfredo Alcón, el alquimista de la actuación

Existieron personas que nacieron para revolucionar las miradas del mundo. En Argentina, un día como hoy nació Alfredo Alcón, uno de los actores que más importancia tuvo en la evolución del cine nacional.

Cuando tenía once años comenzó a digerir la obra de Shakespeare, los cual era una adquisición extremadamente curiosa para un artista argentino en formación. Pero de la investidura del escritor inglés y de los manerismos de quienes adoptaban su modo teatral, Alfredo pudo inspirarse en construir un metalenguaje artístico que lo definiría como una leyenda.

Descubrió el teatro cuando fue a ver a Carmen Amaya, una imponente bailarina gitana que se salía de la norma. "Estaba en un palco y de pronto miré a la platea y vi que la gente estaba con cara de espanto. Lo que ella hacía daba miedo. Me dio envidia que esa persona tan chiquitita pudiera causar esa impresión tan grande", contó el actor en entrevista con La Nación.

Desde ese comienzo lo absorbió todo y jamás paró de aprender: desde Bette Davis a Marlon Brandon, Alcón supo entender el espíritu camaleónico del arte. Gracias a su poder de observación entendió cómo sobreponerse al público, convertirse en un gigante dentro de la alquimia de la actuación.