Escalada de violencia entre Israel y la organización palestina Hamás
En la madrugada del miércoles cayeron misiles de Hamás sobre ciudades israelíes y hubo ataques aéreos de Israel a territorio palestino. Es el estallido de violencia más severo desde la guerra de 2014 y no hay un final a la vista. El ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, aseguró este miércoles que el Ejército “continuará atacando” posiciones de la organización palestina Hamás en la Franja de Gaza para conseguir “una paz completa y duradera”. “Las Fuerzas Armadas de Israel continuarán atacando y traerán una paz completa y duradera. No hay fecha de finalización y no recibiremos sermones morales de ninguna organización sobre nuestro derecho a proteger a los ciudadanos”, publicó Gantz vía en su cuenta de Twitter.
El grupo Hamás, a cargo del gobierno en Gaza, y otros grupos militantes dispararon cientos de cohetes sobre las defensas de misiles de Israel: sirenas y explosiones resonaron en Tel Aviv, el área metropolitana más grande de Israel, y otras ciudades. Los ataques aéreos israelíes han arrasado dos torres de apartamentos en la Franja de Gaza. Los disparos de advertencia permitieron a los civiles evacuar los edificios, pero las pérdidas materiales son inmensas.
El número de muertos en Gaza ascendió a 43 palestinos, incluidos 13 niños y tres mujeres, según el Ministerio de Salud. Casi 300 personas han resultado heridas, incluidos 86 niños y 39 mujeres. Seis israelíes, entre ellos tres mujeres y un niño, murieron por disparos de cohetes el martes y la madrugada del miércoles, y decenas de personas resultaron heridas.
El conflicto se enmarca un tiempo convulso por la anulación de las elecciones palestinas y las órdenes de desalojo en el barrio de Sheij Jarrá, en Jerusalén Este. Esta parte de la ciudad sagrada para los tres grandes religiones mundiales -cristianismo, judaísmo, islamismo, fue el epicentro del repunte de la violencia entre las autoridades israelíes y palestinas, de cara a la celebración de unas elecciones legislativas convocadas para el 22 de mayo, después de que el Gobierno de Israel impidió la celebración de actos de campaña y la votación en esta zona de la ciudad. La Autoridad Palestina postergó el acto electoral, que iba a ser el primer en 15 años en la ciudad que considera futura capital de un Estado todavía no reconocido.