El próximo domingo, el pueblo peruano tendrá la posibilidad de elegir mediante el voto democrático el destino de la dirigencia presidencial. Mediante un ballotage y tras atravesar una campaña que se destaca por la polarización y la violencia. Los candidatos en cuestión representan dos extremos muy polarizados en cuanto a ideología y modelo económico para el país. Por un lado, Pedro Castillo, profesor rural y sindicalista de izquierda. Por otro, Keiko Fujimori, empresaria derechista hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), la cual defiende la continuidad del modelo neoliberal que su padre impulso y consagró hace treinta años.
En medio de una crisis sanitaria, económica, política y social; la campaña presidencial se consagró como una de las más extremas en los últimos años, sobre todo dado el alto nivel ejercido de violencia verbal. Exacerbada por los medios de comunicación. Desde la derecha, se acusa a el partido de izquierda marxista de querer implantar una dictadura comunista y hasta de querer ejercer el terrorismo. El blindaje mediático mientras tanto permite a la derecha generar temor en la población, incitando discursos de odio e implantando ideas falsas de posibilidades de ejercer expropiación y de, mediante su propuesta de modelo económico, incrementar el desempleo y hambre en todo el país. Sin embargo, Castillo concluye su campaña presidencial con una ligera ventaja en las encuestas de entre uno o dos puntos. De todas formas, al día de hoy se contabilizan aproximadamente un quince por ciento de indecisos, en los mismos se definirá el ganador el domingo próximo.
La disputa se desarrolla en un marco de tensión e incertidumbre. Los analistas políticos del país no se animan a pronosticar resultados. Ambos candidatos cuentan con el apoyo de diferentes sectores importantes, los cuales les favorecerían en posibilidades de obtener una victoria. Keiko, por su parte, cuenta con el apoyo de los medios de comunicación y los sectores económicos más poderosos de la región. El terrorismo mediático ejercido ha tenido un impacto muy incipiente sobre la clase media, la cual teme perder derechos y bienes conseguidos en los últimos años. Sin embargo, Castillo consagra la mayoría de sus votos en los sectores populares. El empate es técnico, aunque Castillo cuente con una mínima ventaja.
Perú registra la tasa de muertes por COVID-19 más alta del mundo, tras revisar la cifra de 180.764 fallecidos, muy superior al balance anterior, de 69.342 muertos. Al día de hoy, se registran aproximadamente 2 millones de contagios. En este contexto, Castillo cerró su campaña de la siguiente manera: "A partir del 28 de julio, los peruanos tendremos que agendar que primero es la vida y la salud del pueblo peruano, y que la salud tiene que ser un derecho constitucional".