El exintegrante del tribunal que llevó adelante el Juicio a las Juntas, Ricardo Gil Lavedra, brindó sus sensaciones sobre la película "Argentina, 1985" y confesó que "está bien hecha, atractiva y bien ambientada en la época", aunque admitió que "es posible que los guionistas hayan querido despolitizarla un poco, ya que está destinada a ser un producto comercial".
Durante una entrevista para IP Noticias, el excamarista federal recordó el juicio a las Juntas Militares y manifestó que en esos momentos "todos nos encolumnamos detrás del 'Nunca Más' y del sí a la democracia". "Muchos nos preguntaban si íbamos a terminar el juicio. Teníamos miedo que se nos fuera de las manos", reconoció.
"Argentina, 1985"
"La película la vi dos veces, y me gustó más la segunda vez. Está bien hecha, atractiva y bien ambientada en la época. Las actuaciones de Ricardo Darín y Peter Lanzani fueron muy buenas también", analizó Gil Lavedra y manifestó que es un film de "ficción" pero que "el resultado nos sorprendió a todos por la enorme convocatoria".
"Es como si la sociedad argentina necesitara recrear o conmemorar un momento épico de situación democrática. En ese momento, todos nos encolumnamos detrás del ‘Nunca Más’ y del sí a la democracia. Todo esto ha calado hondo en la gente", dijo.
Y reflexionó: "Puede que la película tenga algo de antipolítica. De todas maneras Alfonsín está en un buen rol, es posible que los guionistas hayan querido despolitizar un poco la película, por las mismas razones que digo que es una película destinada a ser un producto comercial".
"En algunas cosas noto perezas, si hubieran ido más sobre los documentos y hechos de la realidad, es probable que hubiera tenido mejores elementos que algunas tramas dramáticas que inventaron", dijo. Y agregó: "Hubo cosas en la película que no pasaron. Por ejemplo, en el final, sugieren que hubo una presión de la Fuerza Aérea. Si de algo no podía haber presión era de la Fuerza Aérea, que fue la menos involucrada en la represión y la más leal al gobierno de Alfonsín. Es absurdo eso".
El juicio a las Juntas
Gil Lavedra recordó que “cuando tuve enfrente a Videla y a todos los que teníamos que juzgar, yo sentía un poco de curiosidad sobre qué se les pasaba a ellos por la cabeza. Algunos te miraban desafiante y con gestos provocadores, como Massera y Viola, y otros bajaban la cabeza con sumisión”.
Sobre el rol que la película Argentina, 1985 le da a los jueces, aseguró que “el tribunal fue el arquitecto del juicio. Mucha gente se hace la pregunta cómo se pudo hacer en tan corto tiempo un juicio monumental”.
“La película toma el segmento de la acusación, y es un justo homenaje, porque la acusación es extraordinaria, el trabajo de la fiscalía seleccionando los casos, el grupo de chicos que no son tan chicos. No tengo más que palabras de elogios y también para la labor de los fiscales que formaron un gran equipo”, enfatizó.
Julio Strassera
Sobre el fiscal Julio Strassera, opinó que "fue un funcionario judicial de toda la vida, con esa personalidad de cabrón, vehemente, apasionado y porteñazo. Pero cuando comenzó el juicio oral se transformó y se comió la cancha".
"Julio era un provocador, yo lo he visto hacer gestos. Julio ponía cara de boludo y miraba para el otro lado cuando se lo remarcaban. En la película, Darin lee parte de la acusación verdadera, que es un texto impresionante en el cual trabajó junto a Julio, Carlos Somigliana, el dramaturgo", aseveró.
Amenazas
El excamarista federal reconoció: "Muchos nos preguntaban si íbamos a terminar el juicio. Ni nosotros creíamos que podíamos llegar a terminarlo. Teníamos miedo que se nos fuera de las manos, que fracasemos. Recibimos amenazas, pero había que tener en cuenta el contexto histórico".
"Durante el juicio a las Juntas, en la primera audiencia, la secretaria nos pasaba papelitos diciendo que teníamos que desalojar la sala porque en 30 minutos explotaba una bomba. Votamos por unanimidad y nos quedamos. Si nosotros accedíamos a esa primera vez, nos la iban a hacer siempre", rememoró.
Sentencias y absoluciones
Gil Lavedra reconoció que "se establecieron las penas en la pizzería Banchero, para darle a Roberto Eduardo Viola 17 años de prisión, a Lambruschini 8 y a Agosti 4 años y 6 meses".
Esa sentencia, dictada el 9 de diciembre de 1985 condenó a otros cinco de los militares acusados y absolvió a cuatro. Videla y Massera fueron condenados a reclusión perpetua con destitución.
"En cuanto a las penas, Straserra apeló a la Corte y las defensas también. Y la Corte nos ratificó a nosotros en cuanto a los criterios de responsabilidad e incluso bajó las penas", concluyó.