Se debaten los vetos de Milei en Diputados

El oficialismo llega a la sesión con pocas chances de sostener sus vetos al Garrahan y al financiamiento universitario. En la Casa Rosada temen la reacción de los mercados y apuestan a que las divisiones opositoras permitan evitar un revés total.

El Congreso vuelve a convertirse en el centro de la política nacional. La Cámara de Diputados tratará este miércoles los vetos presidenciales de Javier Milei a la ley de emergencia pediátrica (que garantiza fondos para el Hospital Garrahan) y a la ley de financiamiento universitario. Mientras en las calles organizaciones sociales, estudiantiles y gremiales prometen una movilización masiva, en el Gobierno ya se preparan para recibir otra derrota legislativa.

En Balcarce 50 reconocen que el clima no es favorable. Aunque hace dos semanas Milei giró $12.500 millones en Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a cuatro provincias y en el Presupuesto 2026 incluyó aumentos en educación, salud, jubilaciones y discapacidad, esos gestos parecen no alcanzar. “Hasta octubre serán todos golpes”, admiten en la Casa Rosada, con la vista puesta en las elecciones bonaerenses.

Dentro del oficialismo ya dan por perdido el veto que frenó la emergencia pediátrica. La oposición tiene garantizada la mayoría de dos tercios necesaria para insistir con la ley. “El número está”, repiten en distintos bloques, convencidos de que la amplia mayoría lograda en la primera votación volverá a repetirse.

Si Diputados rechaza el veto, el texto pasará al Senado, donde la oposición también cuenta con números suficientes para ratificarlo. Sería un golpe fuerte para Milei, que intentó mostrar disciplina fiscal incluso en áreas tan sensibles como la salud infantil.

La verdadera batalla está en el financiamiento universitario. Allí, la oposición todavía no asegura los votos necesarios para reunir los dos tercios. La Libertad Avanza, junto al PRO, confía en que el giro de fondos a provincias y la promesa de mayores partidas en el Presupuesto 2026 puedan convencer a algunos diputados provinciales de evitar el rechazo.

En los despachos opositores, en cambio, apuestan a que la movilización prevista frente al Congreso incline la balanza. “La calle tiene que meterse en el recinto”, describió un legislador, aunque otros admiten que no alcanza solo con la presión popular: la clave estará en las presencias y en que no falten votos del interior.

En paralelo, organizaciones sociales, la CGT, las dos CTA, La Cámpora y referentes del kirchnerismo como Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Juan Grabois convocaron a la tercera Marcha Federal Universitaria. En el Gobierno relativizan la protesta: creen que la “partidización” de la convocatoria les permite minimizar el impacto político.

Más que la masividad de la marcha, lo que inquieta a la Casa Rosada es la reacción de los mercados ante una nueva derrota. El recuerdo de la suba del dólar y la volatilidad financiera tras anteriores traspiés legislativos está fresco. “Lo que define es el recinto, no la calle”, reconoció un funcionario.

De todos modos, algunos funcionarios no descartan un resultado menos adverso. “La diferencia no es tanta, son 7 u 8 diputados. Alguna chance hay de defender universidades”.

Más allá de los números, el debate de hoy vuelve a mostrar el desafío central del Gobierno: gobernar sin mayorías en el Congreso. En un escenario de debilidad legislativa, cada votación se convierte en un test político y cada derrota, en una señal para los mercados.

Si la oposición logra rechazar ambos vetos, Milei sufrirá un golpe político en el corazón de su estrategia de ajuste. Si consigue sostener el veto a universidades, aunque sea parcialmente, podrá mostrar que todavía tiene capacidad de maniobra.

En cualquiera de los dos casos, el mensaje de fondo será el mismo: el Congreso ya no es terreno fácil para la Casa Rosada.