El Gobierno de Milei gastará $12.000 millones para borrar a Espert de las boletas

En una jugada que generó indignación en todo el arco político, el gobierno de Javier Milei declaró tener más de $12.000 millones disponibles para reimprimir las Boletas Únicas de Papel (BUP) en la Provincia de Buenos Aires. El motivo: eliminar la imagen de José Luis Espert de la papeleta de La Libertad Avanza (LLA).

El ministro del Interior, Lisandro Catalán, fue quien comunicó a la Justicia Electoral que existe un sobrante de $15.500 millones en el presupuesto destinado a los comicios. Con ese dinero, aseguró, se puede afrontar sin problemas la producción de 14 millones de nuevas boletas. Una afirmación que contrasta con la sistemática negativa del Ejecutivo a financiar programas esenciales como hospitales públicos, universidades, y asistencia a sectores vulnerables.

El pedido de reimpresión llega luego de que se conocieran los vínculos de financiamiento —posiblemente narco— detrás de la campaña de Espert, lo que motivó su renuncia. El oficialismo busca eliminar cualquier rastro del economista libertario de la boleta, aunque esto implique un desembolso millonario y a contrarreloj.

La Junta Electoral bonaerense, sin embargo, parece no estar dispuesta a avalar el pedido. Según un informe interno, ya se imprimió el 90% del material electoral y los tiempos logísticos hacen prácticamente imposible una reimpresión sin poner en riesgo el cronograma establecido.

Los detalles técnicos son elocuentes: las boletas comenzaron a controlarse el 30 de septiembre y presentan múltiples errores —desde numeración duplicada hasta tapas rotas— que deben ser subsanados manualmente. A este ritmo, apenas se llegan a revisar 5.500 talonarios por día.

Mientras tanto, los partidos opositores denunciaron que el intento de modificar las boletas no solo es inviable por razones técnicas, sino también por su dudosa legalidad. La ley establece que las BUP deben ser financiadas por el Estado y no por los partidos, lo cual vuelve inaceptable que se use dinero público para tapar una crisis interna de LLA.

A todo esto se suma la polémica por el intento de reemplazar a Espert por Diego Santilli en el primer lugar de la lista. El juez Ramos Padilla rechazó el pedido, argumentando que desplazar a una candidata mujer —Karen Reichardt— violaría la normativa de paridad de género. La decisión, aunque apelable, también choca contra los plazos que exige el Correo Argentino para la distribución de boletas.

En la Casa Rosada, algunos deslizaron la posibilidad de que Reichardt renuncie, despejando así el camino para que Santilli encabece. Sin embargo, esa maniobra tampoco resolvería el problema logístico de fondo: no hay tiempo para hacer nuevas boletas.

Desde el oficialismo no descartan renunciar a la apelación judicial para concentrarse en la reimpresión. Pero incluso esa alternativa parece ineficaz. El plazo límite para que las boletas estén listas es el 16 de octubre, y el calendario simplemente no alcanza.