Georgina Orellano: "La prostitución VIP está aceptada y la de Constitución recibe el castigo social"

La trabajadora sexual y secretaria general del sindicato AMMAR, Georgina Orellano, apuntó a la desigualdad en el trato mediático, judicial y por parte de las fuerzas de seguridad hacia la prostitución según criterios de clase social.

En el video, un fragmento de la entrevista a la militante en el programa Algo que contar.

"Hoy había una situación de alerta de dos compañeras en el barrio de Constitución, que estaban mandando videos de que la Policía las quería desvestir en la vía pública, y generar un procedimiento totalmente irregular. Eso pasa acá, en la ciudad de Buenos Aires", relató Orellano.

Y agregó: "Tiene que ver con el clamor social: si le pasa a alguien en Constitución, es como que está habilitado, y cuando le pasa algo a una compañera que trabaja en OnlyFans, tiene más repercusión en los medios de comunicación".

"Nos ha pasado todo este tiempo: durante la pandemia había compañeras que estaban siendo violentadas por la Policía, pero lo que se veía era que ciertos medios de comunicación tenían puesto el ojo en ver cuánto se ganaba en OnlyFans y sacar entrevistas de manera particular", reiteró.

El trabajo sexual para los medios y la Justicia

A continuación, la activista feminista puso el foco en la representación del trabajo sexual que hacen los medios de comunicación masivos.

"Yo creo que tiene que ver con una cuestión de clase. Está más aceptada la prostitución VIP, que siempre ha existido, y cuando se aborda en los medios de comunicación es con mucho cuidado. Ahí se habla de trabajadoras sexuales, y las que somos criminalizadas, perseguidas, humilladas, somos las trabajadoras sexuales de los sectores populares", aseguró.

Por otra parte, se refirió al tratamiento de los casos de violencia por parte del Poder Judicial.

"Las causas se archivan. Son muy pocos los fiscales que cuando archivan las causas dan cuenta de que hay una vulneración constante hacia los derechos de las trabajadoras sexuales, pero eso después no se traduce en que se derogue el código con el cual la Policía se ampara para desplegar su accionar", remarcó.

La trabajadora sexual y secretaria general del sindicato AMMAR, Georgina Orellano, apuntó a la desigualdad en el trato mediático, judicial y por parte de las fuerzas de seguridad hacia la prostitución según criterios de clase social.

En el video, un fragmento de la entrevista a la militante en el programa Algo que contar.

"Hoy había una situación de alerta de dos compañeras en el barrio de Constitución, que estaban mandando videos de que la Policía las quería desvestir en la vía pública, y generar un procedimiento totalmente irregular. Eso pasa acá, en la ciudad de Buenos Aires", relató Orellano.

Y agregó: "Tiene que ver con el clamor social: si le pasa a alguien en Constitución, es como que está habilitado, y cuando le pasa algo a una compañera que trabaja en OnlyFans, tiene más repercusión en los medios de comunicación".

"Nos ha pasado todo este tiempo: durante la pandemia había compañeras que estaban siendo violentadas por la Policía, pero lo que se veía era que ciertos medios de comunicación tenían puesto el ojo en ver cuánto se ganaba en OnlyFans y sacar entrevistas de manera particular", reiteró.

El trabajo sexual para los medios y la Justicia

A continuación, la activista feminista puso el foco en la representación del trabajo sexual que hacen los medios de comunicación masivos.

"Yo creo que tiene que ver con una cuestión de clase. Está más aceptada la prostitución VIP, que siempre ha existido, y cuando se aborda en los medios de comunicación es con mucho cuidado. Ahí se habla de trabajadoras sexuales, y las que somos criminalizadas, perseguidas, humilladas, somos las trabajadoras sexuales de los sectores populares", aseguró.

Por otra parte, se refirió al tratamiento de los casos de violencia por parte del Poder Judicial.

"Las causas se archivan. Son muy pocos los fiscales que cuando archivan las causas dan cuenta de que hay una vulneración constante hacia los derechos de las trabajadoras sexuales, pero eso después no se traduce en que se derogue el código con el cual la Policía se ampara para desplegar su accionar", remarcó.

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La Policía de la Ciudad detuvo a Georgina Orellano cuando intentaba ayudar a una compañera

La secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), Georgina Orellano, fue detenida por efectivos de la Policía de la ciudad de Buenos Aires luego de que intentara ayudar a una trabajadora trans que había sido apresada.

La aprehensión tuvo lugar a la madrugada en la calle Juan de Garay al 1100 del barrio porteño de Constitución. Según contó la activista y dirigente luego de ser liberada, se había acercado para asistir "a una compañera que entró en una crisis y de común acuerdo decidimos que una la acompañara a la comisaría".

"Cuando entramos acá adentro ya la situación estaba desmadrada, hubo un forcejeo con el subcomisario que me agarra del cuello para intentar sacarme e intentamos defendernos y ahí me dicen que quedo detenida por resistencia a la autoridad", completó.

Desde el entorno de Orellano agregaron que "el subcomisario agarró a Georgina del cuello y ella se defendió dándole un cachetazo", por lo que a continuación quedó detenida e incomunicada.

Protesta en la comisaría

Un grupo de testigos y personas que apoyaban a la titular de AMMAR en la asistencia a la trabajadora apresada se dirigieron a la Comisaría Vecinal 1C, donde ambas fueron trasladadas en un patrullero.

Ahí pidieron por su liberación y difundieron el caso en redes sociales, donde advirtieron que su detención se llevó adelante "mientras ayudaba a una compañera que no quería que policías le quitaran su dinero". En ese marco, los efectivos arrojaron gas pimienta a quienes reclamaban en la puerta.

La dependencia judicial en cuestión tiene antecedentes graves en materia institucional y de violencia policial. Estos incluyen órdenes judiciales de allanamiento por pedido de coimas y hasta una condena firme a prisión perpetua a una policía que mató a una persona inocente durante un operativo por robo.

A eso se suma que casi la totalidad de las denuncias registradas hasta 2022 por hostigamiento policial a las trabajadoras sexuales son por casos ocurridos en Constitución.

Estas demoras y aprehensiones por parte de la policía porteña se enmarcan en el Código Contravencional y de Faltas de CABA que, a diferencia de la legislación nacional, criminaliza el trabajo sexual.

En concreto, la penalización no es por la prostitución en sí misma, sino por su  "ostensibilidad", lo cual da lugar a una interpretación arbitraria de cada caso por parte de las fuerzas de seguridad. 

La versión policial del caso

Según informaron fuentes policiales consultadas, la primera detención se llevó adelante "luego de que las cámaras del Centro de Monitoreo Urbano advirtieran sobre la presencia de una mujer, de 26 años, que estaba comercializando estupefacientes".

Al detenerlas por instrucción de la Unidad Fiscal Este hallaron "entre sus pertenencias dinero en efectivo y varios envoltorios con cocaína".

Respecto de la protesta por la liberación de Orellano, apuntaron contra los manifestantes, "quienes con una actitud violenta realizaron una protesta cortando la calle y quemando elementos".

La secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), Georgina Orellano, fue detenida por efectivos de la Policía de la ciudad de Buenos Aires luego de que intentara ayudar a una trabajadora trans que había sido apresada.

La aprehensión tuvo lugar a la madrugada en la calle Juan de Garay al 1100 del barrio porteño de Constitución. Según contó la activista y dirigente luego de ser liberada, se había acercado para asistir "a una compañera que entró en una crisis y de común acuerdo decidimos que una la acompañara a la comisaría".

"Cuando entramos acá adentro ya la situación estaba desmadrada, hubo un forcejeo con el subcomisario que me agarra del cuello para intentar sacarme e intentamos defendernos y ahí me dicen que quedo detenida por resistencia a la autoridad", completó.

Desde el entorno de Orellano agregaron que "el subcomisario agarró a Georgina del cuello y ella se defendió dándole un cachetazo", por lo que a continuación quedó detenida e incomunicada.

Protesta en la comisaría

Un grupo de testigos y personas que apoyaban a la titular de AMMAR en la asistencia a la trabajadora apresada se dirigieron a la Comisaría Vecinal 1C, donde ambas fueron trasladadas en un patrullero.

Ahí pidieron por su liberación y difundieron el caso en redes sociales, donde advirtieron que su detención se llevó adelante "mientras ayudaba a una compañera que no quería que policías le quitaran su dinero". En ese marco, los efectivos arrojaron gas pimienta a quienes reclamaban en la puerta.

La dependencia judicial en cuestión tiene antecedentes graves en materia institucional y de violencia policial. Estos incluyen órdenes judiciales de allanamiento por pedido de coimas y hasta una condena firme a prisión perpetua a una policía que mató a una persona inocente durante un operativo por robo.

A eso se suma que casi la totalidad de las denuncias registradas hasta 2022 por hostigamiento policial a las trabajadoras sexuales son por casos ocurridos en Constitución.

Estas demoras y aprehensiones por parte de la policía porteña se enmarcan en el Código Contravencional y de Faltas de CABA que, a diferencia de la legislación nacional, criminaliza el trabajo sexual.

En concreto, la penalización no es por la prostitución en sí misma, sino por su  "ostensibilidad", lo cual da lugar a una interpretación arbitraria de cada caso por parte de las fuerzas de seguridad. 

La versión policial del caso

Según informaron fuentes policiales consultadas, la primera detención se llevó adelante "luego de que las cámaras del Centro de Monitoreo Urbano advirtieran sobre la presencia de una mujer, de 26 años, que estaba comercializando estupefacientes".

Al detenerlas por instrucción de la Unidad Fiscal Este hallaron "entre sus pertenencias dinero en efectivo y varios envoltorios con cocaína".

Respecto de la protesta por la liberación de Orellano, apuntaron contra los manifestantes, "quienes con una actitud violenta realizaron una protesta cortando la calle y quemando elementos".

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Georgina Orellano: "En el trabajo sexual, la información es poder"

A través de su militancia y trabajo, Georgina Orellano representa a más de 6.000 trabajadoras sexuales nucleadas en la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR).

Hoy es presidenta de ese sindicato y lucha a diario contra las injusticias y estigmatizaciones que pesan sobre un sector del mundo laboral al que no se le reconocen derechos básicos para llevar adelante su vida.

En una charla con Agustina Kämpfer en Algo que contar, la dirigente sindical y trabajadora sexual reflexionó sobre la importancia de la organización política para su actividad.

"He ido presa varias veces ejerciendo el trabajo sexual en la calle, cuando no estaba organizada. He tenido que pagar coimas en más de una oportunidad porque tenía un desconocimiento muy grande hacia nuestros derechos y el marco jurídico del trabajo sexual. Pensaba que lo que estaba haciendo era un delito. Después, cuando me organice y conocí mis derechos, mi realidad cambió", relató.

Según comentó, el maltrato policial e institucional atraviesa al trabajo sexual debido a la informalidad e invisibilización: "Si le pagamos a la Policía tiene que ver con la clandestinidad de nuestro trabajo, por no saber de nuestros derechos. Con no tener una oficina estatal donde ir a denunciar y que nos asesoren y acompañen. Somos un sujeto inexistente porque para el Estado no existimos", advirtió.

Trabajo sexual y vida familiar 

Durante la entrevista, Georgina comentó acerca de la relación con su hijo, Santino, de quince años: "Mi hijo ha hablado de mi trabajo en la escuela. Y he tenido que hablar con él para decirle que no toda la gente lo va a entender. Y hay algo de insistencia en decir: '¿Por qué lo tengo que ocultar?, si a mi no me molesta el trabajo que vos hacés'", destacó.

Ambos forman una familia monoparental a partir de la separación de Georgina con el padre del niño, a quien ella conoció en su trabajo.

"Cuando quedé embarazada decidí dejar el trabajo sexual y me fui a vivir con él. Yo tenía 19 años y la convivencia fue muy difícil, vivimos en la casa de los padres de él, y ahí había situaciones de mucha violencia de género que yo en mi infancia no había vivido nunca", recordó.

Aseguró, además, que al tomar la decisión de criar sola a su hijo se apoyó en el ejemplo de su madre: "El ejemplo más claro era mi mamá: si mi mama pudo con seis, porque yo no voy a poder con uno".

Los clientes

Georgina Orellano reveló detalles sobre su relación son quienes la contratan. "Las mujeres se están animando mucho más. Antes siempre lo hacían en pareja y por deseo del varón", dijo.

Por otro lado, también mencionó la ocasión en la que trabajó para un chico con síndrome de down. "Él tenía 18 años. Me contactó la madre y me explicó que veía la necesidad de su hijo de disfrutar sexualmente".

En ese sentido, detalló: "Yo también tenía prejuicios sobre las personas con discapacidad y las pensaba como seres asexuados. Al final fue él quien me enseñó que hay otras maneras de disfrutar"

"La información es poder"

Consultada por el momento de volcarse por completo a su trabajo, Orellano señaló que eligió "vivir una vida donde nadie me cuestione más". Resaltó, además, que empezó a militar para agradecer a AMMAR por el apoyo en situaciones de violencia. 

"Muchas personas que desconocen el trabajo sexual piensan que es un mundo aparte, y en realidad nosotras habitamos esta sociedad: caminamos la misma calle, vamos al supermercado, mandamos a nuestros hijos a la escuela. Y toda esa parte no se ve, la gente piensa que disponemos de nuestro tiempo y que estamos siempre en la esquina", sostuvo.

 Podés ver Algo que contar con Agustina Kämpfer de lunes a viernes a las 23.30 por la pantalla de IP.

A través de su militancia y trabajo, Georgina Orellano representa a más de 6.000 trabajadoras sexuales nucleadas en la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR).

Hoy es presidenta de ese sindicato y lucha a diario contra las injusticias y estigmatizaciones que pesan sobre un sector del mundo laboral al que no se le reconocen derechos básicos para llevar adelante su vida.

En una charla con Agustina Kämpfer en Algo que contar, la dirigente sindical y trabajadora sexual reflexionó sobre la importancia de la organización política para su actividad.

"He ido presa varias veces ejerciendo el trabajo sexual en la calle, cuando no estaba organizada. He tenido que pagar coimas en más de una oportunidad porque tenía un desconocimiento muy grande hacia nuestros derechos y el marco jurídico del trabajo sexual. Pensaba que lo que estaba haciendo era un delito. Después, cuando me organice y conocí mis derechos, mi realidad cambió", relató.

Según comentó, el maltrato policial e institucional atraviesa al trabajo sexual debido a la informalidad e invisibilización: "Si le pagamos a la Policía tiene que ver con la clandestinidad de nuestro trabajo, por no saber de nuestros derechos. Con no tener una oficina estatal donde ir a denunciar y que nos asesoren y acompañen. Somos un sujeto inexistente porque para el Estado no existimos", advirtió.

Trabajo sexual y vida familiar 

Durante la entrevista, Georgina comentó acerca de la relación con su hijo, Santino, de quince años: "Mi hijo ha hablado de mi trabajo en la escuela. Y he tenido que hablar con él para decirle que no toda la gente lo va a entender. Y hay algo de insistencia en decir: '¿Por qué lo tengo que ocultar?, si a mi no me molesta el trabajo que vos hacés'", destacó.

Ambos forman una familia monoparental a partir de la separación de Georgina con el padre del niño, a quien ella conoció en su trabajo.

"Cuando quedé embarazada decidí dejar el trabajo sexual y me fui a vivir con él. Yo tenía 19 años y la convivencia fue muy difícil, vivimos en la casa de los padres de él, y ahí había situaciones de mucha violencia de género que yo en mi infancia no había vivido nunca", recordó.

Aseguró, además, que al tomar la decisión de criar sola a su hijo se apoyó en el ejemplo de su madre: "El ejemplo más claro era mi mamá: si mi mama pudo con seis, porque yo no voy a poder con uno".

Los clientes

Georgina Orellano reveló detalles sobre su relación son quienes la contratan. "Las mujeres se están animando mucho más. Antes siempre lo hacían en pareja y por deseo del varón", dijo.

Por otro lado, también mencionó la ocasión en la que trabajó para un chico con síndrome de down. "Él tenía 18 años. Me contactó la madre y me explicó que veía la necesidad de su hijo de disfrutar sexualmente".

En ese sentido, detalló: "Yo también tenía prejuicios sobre las personas con discapacidad y las pensaba como seres asexuados. Al final fue él quien me enseñó que hay otras maneras de disfrutar"

"La información es poder"

Consultada por el momento de volcarse por completo a su trabajo, Orellano señaló que eligió "vivir una vida donde nadie me cuestione más". Resaltó, además, que empezó a militar para agradecer a AMMAR por el apoyo en situaciones de violencia. 

"Muchas personas que desconocen el trabajo sexual piensan que es un mundo aparte, y en realidad nosotras habitamos esta sociedad: caminamos la misma calle, vamos al supermercado, mandamos a nuestros hijos a la escuela. Y toda esa parte no se ve, la gente piensa que disponemos de nuestro tiempo y que estamos siempre en la esquina", sostuvo.

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Georgina Orellano: "Soy trabajadora de los sectores populares"

La militante feminista y prostituta Gorgina Orellano dialogó en Imagen Positiva acerca de la lucha del feminismo y el derecho a la prostitución. Orellano reivindica a la prostitución como un trabajo y es cuestionada por sectores feministas que no contemplan a esta práctica como tal, sino que la consideran explotación sexual. Dentro del movimiento, Georgina pelea por la despenalización del trabajo sexual. También es secretaria general del sindicato Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), fundado en 1994  para defender a los derechos de las prostitutas y abogar por la despenalización de la práctica sexual.

La palabra de Orellano

Georgina tocó varios temas relativos a la lucha feminista y a la reivindicación del trabajo sexual. Ambas luchas las lleva adelante desde sus inicios en la militancia de AMMAR, en 2010, que luego la llevaría a ser designada secretaria del organismo. "Nosotras discutimos en el interior del movimiento y ya no nos duele la palabra 'puta'", explicó en diálogo con Nicolás Artusi para la sección "Café del Día", de Imagen Positiva. La trabajadora sexual también publicó un libro llamado "Puta Feminista: historias de una trabajadora sexual", donde cuenta distintas anécdotas relacionadas a su actividad.

"Quiero tener derechos laborales: ese es el proyecto colectivo que tenemos. Hace diez años atrás te hubiese dicho que quería tener una casa propia, pero ahora ya entendí que eso no va a pasar. Si mi trabajo no está reconocido no voy a poder entrar nunca a algún programa de gobierno que me facilite esa posibilidad", explicó Orellano. 

Podés ver Imagen Positiva de lunes a viernes con Paloma Bosker y Nicolás Artusi de 9 hs a 12 hs por IP Noticias

 

La militante feminista y prostituta Gorgina Orellano dialogó en Imagen Positiva acerca de la lucha del feminismo y el derecho a la prostitución. Orellano reivindica a la prostitución como un trabajo y es cuestionada por sectores feministas que no contemplan a esta práctica como tal, sino que la consideran explotación sexual. Dentro del movimiento, Georgina pelea por la despenalización del trabajo sexual. También es secretaria general del sindicato Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), fundado en 1994  para defender a los derechos de las prostitutas y abogar por la despenalización de la práctica sexual.

La palabra de Orellano

Georgina tocó varios temas relativos a la lucha feminista y a la reivindicación del trabajo sexual. Ambas luchas las lleva adelante desde sus inicios en la militancia de AMMAR, en 2010, que luego la llevaría a ser designada secretaria del organismo. "Nosotras discutimos en el interior del movimiento y ya no nos duele la palabra 'puta'", explicó en diálogo con Nicolás Artusi para la sección "Café del Día", de Imagen Positiva. La trabajadora sexual también publicó un libro llamado "Puta Feminista: historias de una trabajadora sexual", donde cuenta distintas anécdotas relacionadas a su actividad.

"Quiero tener derechos laborales: ese es el proyecto colectivo que tenemos. Hace diez años atrás te hubiese dicho que quería tener una casa propia, pero ahora ya entendí que eso no va a pasar. Si mi trabajo no está reconocido no voy a poder entrar nunca a algún programa de gobierno que me facilite esa posibilidad", explicó Orellano. 

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