A dos años del día en que Notre Dame se prendió fuego
Muchos se cuestionan qué es lo que realmente pasó el 15 de abril de 2019: ¿Fue, acaso, el incendio de la catedral de Notre Dame un atentado? Si bien no hay certezas, todo pareciera indicar que el fuego había comenzado por algún cortocircuito de su infraestructura eléctrica o por algún cigarrillo mal apagado. Esa pequeña chispa bastó para que el mundo entrara en pánico y para que tantos otros se indignaran por la urgencia de rescatar el edificio en lugar de atender otras emergencias sociales.
Lo cierto es que la catedral de Notre Dame es más que un símbolo religioso: una construcción testigo de la historia occidental. Las últimas investigaciones arqueológicas revelaron que antes de la construcción total de la pequeña basílica, el lugar solía ser un templo romano dedicado a Júpiter, para luego convertirse en una pequeña iglesia cristiana en el siglo IV d. C., hasta mutar en una basílica merovingia.
Detrás de la tristeza por el incendio de Notre Dame, existe una nostalgia por aquello que sobrevive por sobre los cambios de la humanidad. La catedral esquivó, milagrosamente, a los bombardeos alemanes de la Primera Guerra Mundial, y salió ilesa de las 1.500 locaciones atacadas durante la Segunda Guerra Mundial.
Además, su majestuosidad le valió el protagonismo en la novela de Víctor Hugo El jorobado de Notre Dame; y sus campanadas fueron las que anunciaron la liberación de Francia en la ocupación alemana. Así, el archivo histórico cultural que guardan sus paredes despierta la curiosidad de miles de turistas.