Jim Morrison: a 50 años de la muerte del "Rey Lagarto"
Un día como hoy, hace 50 años, murió en Paris James Douglas Morrison, conocido en todo el mundo como "Jim" Morrison. Cantante y poeta, fue reconocido universalmente por ser uno de los mayores exponentes de la rebeldía del rock. Nacido el 8 de diciembre de 1943, en Melbourne, Florida, su lírica llena de giros sobre libertad, amor, drogas y existencialismo, lo convirtió en un imprescindible de la música del Siglo XX. Gran lector de todo lo que se le cruzaba, desarrolló un gusto temprano por autores como Aldous Huxley, que veían al mundo como una gran alucinación. Ese "más allá" distorsionado lo llevó a tener una vida siempre al límite, cerca de la trilogía de sexo, drogas y rock and roll.
Aquella pulsión incontrolable de mostrar su arte, se vio plasmada cuando decidió formar The Doors, una de las bandas de rock psicodélico que marcó un hito en la historia musical contemporánea. La fuerza en las letras de Morrison, unidos a sus dotes innatos de performer, lo llevaron a la idolatría de las masas que deliraban mirándolo moverse y cantar en el escenario. "Me veo a mi mismo como un humano inteligente, sensible, con el alma de un payaso que me obliga a volar en los momentos más importantes", se definió en una ocasión.
Símbolo de la contracultura juvenil de los años ´60, supo ser uno de los principales referentes de la cultura beatnik, ligada a la literatura, prueba de sustancias y composición. Morrison no sólo fue admirado por músicos contemporáneos como Jimi Hendrix o Carlos Santana, sino que despertó fanatismos en los círculos poéticos que lideraban William Burroughs y Allen Ginsberg. “Si mi poesía intenta algo, es liberar a la gente de sus límites para ver y sentir”, es una de sus frases que reflejó su deseo de libertad. Autor de canciones inoxidables como Light my fire, The end y Break on Through, es recordado como un ícono de arrogancia y belleza. También conocido como El Rey Lagarto o El Chamán, desarrolló una dependencia al alcohol y la heroína que terminarían matándolo.
Su misteriosa muerte
Morrison dejó este mundo a los 27 años, el 3 de julio de 1971. Si bien el acta de defunción indica que murió por un paro cardíaco, muchos fanáticos dudan de esta versión, porque los peritos no realizaron una autopsia que certifique la causa de muerte. Jim, fue encontrado por su novia, Pamela Courson, sin vida adentro de una bañera de su departamento en el barrio Le Marais, de París. Algunos allegados pusieron en duda esta versión, alegando "circunstancias extrañas" de su deceso. Una de las teorías más fuertes, indicó que El Rey Lagarto le tenía fobia a las agujas, por lo que no podría haber muerto de una sobredosis de heroína, tal como lo afirmó la historia oficial. "Contra el demonio dentro de ti mismo", reza el epitafio de su tumba en el cementerio de Pere Lachaise, manifestando ese misterioso espíritu que lo acompañó durante toda su vida.