Cumbre del BRICS: qué busca Argentina y cómo será la agenda del encuentro
Argentina aún no confirmó su presencia en la cumbre del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que se realizará entre el 22 y el 24 de agosto en la ciudad de Johanesburgo.
Participar del encuentro sería clave por la gestión que el gobierno del presidente, Alberto Fernández, inició desde hace meses para ingresar a ese grupo de países emergentes. Esto le permitiría al país contar con apoyo económico y geopolítico en el marco de la negociación de la deuda externa, entre otros beneficios.
El cumplimiento de ese objetivo depende, en primer lugar, de que la agenda establecida para la cumbre incluya la discusión para incluir a otros miembros. Es que, al igual que Argentina, países como Bangladesh, Indonesia, Arabia Saudita, Egipto, Nigeria, México, Irán, Venezuela y Nicaragua también aplicaron para entrar.
En principio, la incorporación argentina cuenta con el respaldo de China, India y Brasil. No obstante, según la posición establecida por las administraciones del país vecino y el asiático, a ambos le preocupan aspectos técnicos y estratégicos de la expansión del bloque.
Acuerdos económicos y el Nuevo Banco de Desarrollo
Los BRICS representan cerca del 40% de la población mundial y casi una cuarta parte de su economía. A la vez, el grupo concentra cerca del 23% del PIB global, el 30% del territorio del planeta y maneja el 18% del comercio internacional total.
En concreto, la membresía le daría a Argentina un acceso privilegiado al Centro de Innovación Tecnológica y al Nuevo Banco de Desarrollo.
La cercanía con esa entidad económica, de base en Shangai y presidida por la expresidenta brasileña Dilma Rouseff, facilitaría la obtención de créditos y otras herramientas que mejoren la posición argentina en la gestión de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otros temas vinculados a la economía.
Sin embargo, la alineación diplomática y comercial de los países con Argentina podría ser uno de los puntos de desacuerdo sobre una posible incorporación. Esto se debe al contexto de fuerte disputa geopolítica entre China y Estados Unidos, con éste último involucrado políticamente en las operaciones que el FMI lleva adelante desde Washington.