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Malditos Nerds: la pandemia accidental de World of Warcraft que predijo al COVID-19
"El Incidente de la Sangre Corrupta", fue una enfermedad virtual simulada dentro del juego online World of Warcraft (WoW), que anticipó ciertos comportamientos de la vida real durante la pandemia de COVID-19. El juego explotó esta historia el 13 de septiembre de 2005, 15 años antes de que ocurriera la alerta sanitaria de coronavirus. Los jugadores del aclamado multiplayer masivo en línea experimentaron esta "enfermedad virtual" que se extendió hasta el 8 de octubre de 2005 y afectó a gran parte de los avatars creados para jugar.
¿Cómo empezó el incidente?
El incidente es llamado así porque, si bien fue incluido de manera voluntaria por los creadores del juego, partió de un error de programación inesperado que generó un contagio sin control. La línea de partida fue la mazmorra de Hakkar, un jefe final que tiraba un hechizo contagioso con el nombre de "Sangre Corrupta" y licuaba la vida de los jugadores contagiados muy rápidamente. La enfermedad virtual había sido programada para que dure por tiempo limitado dentro de la mazmorra, pero un error en la programación hizo que algunas mascotas se contagiaran y llevaran el virus al mapa general. La pandemia virtual se esparció rápidamente y afectó a gran parte de los jugadores, que cuando eran de bajo nivel morían al instante. El WoW, tenía en ese momento unos 2 millones de jugadores en línea y las calles de sus mapas se vieron repletos de cadáveres avatars, que lograban resucitar porque la muerte no era un estadio permanente del juego.
Las consecuencias de la epidemia
Gran parte de los jugadores comprendieron antes que nadie, las reacciones de los seres humanos -al menos virtualmente- durante una pandemia. Muchos de los personajes contagiaban a propósito a los más débiles, sólo por diversión, mientras otros elegían salvarlos y algunos optaban por escapar o recluirse en soledad. Esto trajo como consecuencia principal el éxodo de las ciudades del World of Warcraft que quedaron abandonadas, en la primera experiencia pandémica vista desde un juego multijugador. Blizzard, la compañía a cargo del WoW, enmendó el error y pidió disculpas a sus competidores, pero la historia quedará como una marca en lo que fue el anuncio de algo que luego ocurrió en la vida real.
"El Incidente de la Sangre Corrupta", fue una enfermedad virtual simulada dentro del juego online World of Warcraft (WoW), que anticipó ciertos comportamientos de la vida real durante la pandemia de COVID-19. El juego explotó esta historia el 13 de septiembre de 2005, 15 años antes de que ocurriera la alerta sanitaria de coronavirus. Los jugadores del aclamado multiplayer masivo en línea experimentaron esta "enfermedad virtual" que se extendió hasta el 8 de octubre de 2005 y afectó a gran parte de los avatars creados para jugar.
¿Cómo empezó el incidente?
El incidente es llamado así porque, si bien fue incluido de manera voluntaria por los creadores del juego, partió de un error de programación inesperado que generó un contagio sin control. La línea de partida fue la mazmorra de Hakkar, un jefe final que tiraba un hechizo contagioso con el nombre de "Sangre Corrupta" y licuaba la vida de los jugadores contagiados muy rápidamente. La enfermedad virtual había sido programada para que dure por tiempo limitado dentro de la mazmorra, pero un error en la programación hizo que algunas mascotas se contagiaran y llevaran el virus al mapa general. La pandemia virtual se esparció rápidamente y afectó a gran parte de los jugadores, que cuando eran de bajo nivel morían al instante. El WoW, tenía en ese momento unos 2 millones de jugadores en línea y las calles de sus mapas se vieron repletos de cadáveres avatars, que lograban resucitar porque la muerte no era un estadio permanente del juego.
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Gran parte de los jugadores comprendieron antes que nadie, las reacciones de los seres humanos -al menos virtualmente- durante una pandemia. Muchos de los personajes contagiaban a propósito a los más débiles, sólo por diversión, mientras otros elegían salvarlos y algunos optaban por escapar o recluirse en soledad. Esto trajo como consecuencia principal el éxodo de las ciudades del World of Warcraft que quedaron abandonadas, en la primera experiencia pandémica vista desde un juego multijugador. Blizzard, la compañía a cargo del WoW, enmendó el error y pidió disculpas a sus competidores, pero la historia quedará como una marca en lo que fue el anuncio de algo que luego ocurrió en la vida real.
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Floppy Tesouro: "No alcanza con lo estético. Tenés que dar algo si te subís al escenario"
“La distancia es difícil”, dice Floppy Tesouro en Comer para creer, mientras comparte un almuerzo con Lourdes Sánchez en el restaurante Chana, en Puerto Madero. Habla de su noviazgo: “A cualquiera le puede pasar encontrar el amor en un lugar distinto al que uno vive, pero le encontraremos la vuelta para algún día vivir juntos”. De todos modos, asegura que a pesar de que con su novio viven en distintos país, “hay mucho encanto en el reencuentro”. Dice que están juntos hace tres meses pero que ya viajaron a Ibiza, Madrid, Disney y Miami.
Tesouro habló de su carrera y de su programa de televisión, en el que compartía sus rutinas de ejercicio: “Es importante porque atraviesa un tema de salud”. Además, aclaró que le encanta interactuar con su público (cuenta con 1.4 millones de seguidores en Instagram).
En referencia a su preparación, dijo que sus papás siempre la incentivaron a prepararse. “Me vieron la veta, pero siempre insistieron en que estudie algo relacionado a eso. No alcanza con lo estético. Tenés que dar algo si te subís al escenario, tener contenido”.
Comer para creer se emite todos los domingos en la pantalla de IP, de 12 hs a 13 hs. Podés ver el programa completo en el sitio web de Canal 9.
“La distancia es difícil”, dice Floppy Tesouro en Comer para creer, mientras comparte un almuerzo con Lourdes Sánchez en el restaurante Chana, en Puerto Madero. Habla de su noviazgo: “A cualquiera le puede pasar encontrar el amor en un lugar distinto al que uno vive, pero le encontraremos la vuelta para algún día vivir juntos”. De todos modos, asegura que a pesar de que con su novio viven en distintos país, “hay mucho encanto en el reencuentro”. Dice que están juntos hace tres meses pero que ya viajaron a Ibiza, Madrid, Disney y Miami.
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De jubilado a influencer: cómo es la vida de "Beto", el "carpintero de Instagram"
Alberto "Beto" Giménez, se jubiló y decidió explotar su pasión por la carpintería en Instagram y hoy tiene casi 6 mil seguidores.
"Empecé haciendo trabajos chicos como regalos empresariales: llaveritos, ceniceros y almanaques, todo en madera. Así empecé a crecer juntando información sobre algunas máquinas para trabajar. Lo hice de a poco, nadie nace sabiendo", contó "Beto", en diálogo con +IP. El adulto mayor oriundo de Berazategui, inauguró "Don Carpincho Carpintería", un emprendimiento personal que crece día a día en Instagram. "En pandemia tuve la certeza de que este tema de estar adentro de casa iba para largo, así que empecé a trabajar de lleno con la carpintería, como cuando era joven, porque me salió la jubilación en marzo".
Reiventarse sin prejuicios
Además, "Beto", remarcó la importancia de querer plasmar las ganas en algo concreto, con pasión por lo que uno hace. "Empecé con un serrucho, haciendo maceteros. Lo que voy creando es un collage de objetos que me imagino antes de pasarlos a la madera. Después empezó el furor de las lámparas vintage, que son veladores de noche que me las piden mucho", detalló. También explicó que sus especialidades son cosas pequeñas, como zapateros, mini bodegas tipo cavas y encargos especiales. "Me siento muy feliz y esto es algo hermoso. Dios quiera que tenga muchos años para poder seguir disfrutando de esto que estoy haciendo", remató.
Alberto "Beto" Giménez, se jubiló y decidió explotar su pasión por la carpintería en Instagram y hoy tiene casi 6 mil seguidores.
"Empecé haciendo trabajos chicos como regalos empresariales: llaveritos, ceniceros y almanaques, todo en madera. Así empecé a crecer juntando información sobre algunas máquinas para trabajar. Lo hice de a poco, nadie nace sabiendo", contó "Beto", en diálogo con +IP. El adulto mayor oriundo de Berazategui, inauguró "Don Carpincho Carpintería", un emprendimiento personal que crece día a día en Instagram. "En pandemia tuve la certeza de que este tema de estar adentro de casa iba para largo, así que empecé a trabajar de lleno con la carpintería, como cuando era joven, porque me salió la jubilación en marzo".
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