El último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la crisis originada por el coronavirus aniquiló 255 millones de empleos en 2020, sumando reducción de horas de personal y despidos. Además, la OIT también detalló que América Latina fue la región más afectada por la emergencia sanitaria, con una reducción del 8,8% de cantidad de horas trabajadas.
La pandemia de COVID-19 desató una crisis económica inesperada en todas partes del mundo. Miles de empresas cerraron al no poder mantener su infraestructura con una economía mundial paralizada por la emergencia sanitaria. Por otra parte, los negocios que pudieron continuar adelante sufrieron el impacto de la crisis y tuvieron que suspender o despedir a gran parte de sus trabajadores. Otros quedaron a medio camino entre el cierre total y la posibilidad de volver al ruedo, pero colmados de deudas y amenazas de remates o ejecuciones.
¿Qué pasó en Argentina?
Según un estudio de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), durante los primeros ocho meses de 2021 se registraron 136.215 trabajadores menos que en 2020. Este rubro fue el más afectado y sufrió la mayor reducción en su cantidad de trabajadores, que disminuyó un 3,4%. Los comercios relacionados con gastronomía como restaurantes y similares, aún siguen en un profundo pozo económico.
Según un informe de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA), la actividad gastronómica se contrajo un 39% en estos dos años, producto de la crisis que desató el COVID-19. Los números del INDEC también mostraron las caídas en estos sectores; durante 2020, en comparación con 2019, el sector alojamiento tuvo una caída del 68%. Además, el organismo oficial indicó que la merma en Gastronomía fue del 44% respecto al año pasado.
Los "caídos en pandemia"
Detrás de los números, hay nombres y apellidos; son las personas que sufrieron en carne propia la merma en sus actividades económicas, el recorte en sus horas laborales y el desempleo. Es el caso de Héctor Yepez, mozo de "Ña Serapia", uno de los 82 bares notables de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que tuvo que cerrar sus puertas a principios de noviembre, luego de 58 años. El bar se vio forzado a bajar sus persianas debido a la difícil situación pandémica, que les impidió pagar los servicios y provocó una orden de desalojo del local ubicado en Av. Las Heras 3357. "Cerramos por las deudas del alquiler y las expensas, no nos quedó otra lamentablemente", explicó Yepez a IP.
El cierre del histórico bodegón de típicas comidas argentinas al paso, también es sufrido por Sergio Pereira, el cocinero del lugar. "Fuimos a todos lados pero no hubo caso; la orden de desalojo está en manos del dueño. Si me pongo a pensar en la tristeza que tengo, tiro todo y me voy, pero tengo que ser fuerte", reflexionó Pereira.
Las trabajadoras sin consuelo
En el rubro de servicios, varias emprendedoras que lograron ser dueñas de sus negocios con años de esfuerzo sufrieron y sufren las consecuencias de la crisis. "Llegamos casi al fondo, nos falta muy poco, y estoy hablando sin llorar porque estoy medicada", explicó Dora D'Ugo, dueña de "La Floreada", el restaurant ubicado en Álvarez Thomas 13433.
En sintonía con la angustia de Dora, se inscribe Mabel Asat, dueña de una casa de fiestas con 25 años en el rubro de organización de eventos. Ambas coinciden en que uno de los problemas más graves que tuvieron durante la pandemia fue la falta de ayuda estatal y el aumento de costos generales. "Tenemos todo por pagar porque nadie nos bajo nada. No hubo ni una quita de impuestos, ni subsidios. En la actualidad estamos sufriendo muchísimo las condiciones de la pandemia", indicó Asat. Las trabajadoras también remarcaron que no quieren cerrar sus negocios y que continúan luchando por sus puestos de trabajo.