Alfredo Oliván, uno de los abogados de los tres policías acusados de disparar al auto en el que viajaba Lucas González con sus amigos, habló en IP sobre la actualidad del caso. "Hay que determinar de qué arma salieron los disparos", dijo. Luego agregó que “hay que esperar a que se generen pruebas” y que no era posible “afirmar algo en esta instancia”.
Además, el representante del inspector Gabriel Isassi, el oficial José Nievas y el oficial mayor Fabián López planteó que “hay que conocer todo el panorama y no quedarse solo con la versión de quienes iban en el auto”. En cuanto a los detenidos, aseguró que le manifestaron un “profundo dolor”. “Antes que policías son personas”, dijo.
Por último, mencionó que los policías "estaban haciendo tareas dispuestas por el Ministerio Público Fiscal de CABA relacionadas con el narcotráfico”, aunque reconoció no saber el motivo por el que estaban trabajando vestidos de civiles a la hora del trágico suceso.
Lucas González, de 17 años, falleció producto de las graves heridas que le causaron los dos disparos en la cabeza que recibió por parte de tres agentes de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
El adolescente volvía de entrenar junto con tres amigos en el barrio de Barracas. Julián, el chico que manejaba el auto en el que se trasladaban contó que los policías los trataron de "villeros" y los amenazaron con "pegarles un tiro en la cabeza a cada uno". La familia insiste en la hipótesis del gatillo fácil.
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