Quino, así se llamaba para todos Joaquín Salvador Lavado Tejón, el dibujante hijo de españoles que nació el 17 de julio de 1932. Desde muy joven sabía que lo suyo estaba en el dibujo, que su personalidad estaba encauzada por lo que podía hacer con el lápiz y que mucho de lo que el mundo necesitaba exteriorizar requería de de un código secreto disfrazado de tira cómica.
Fue la sutileza de los comentarios de su Mafalda la que traspasó los límites de la censura de una época marcada por la dictadura. Chiquita, inocente, mujer: ¿cuál podría haber sido su mensaje? Y si bien en España las recopilaciones si llevaron una faja que indicaba que era una "tira cómica para adultos", muchos censores no entendían la ironía de la niña que hablaba de lo poco que le gustaba la sopa como de lo retorcido de las condiciones políticas mundiales.
El genio y la admiración de sus colegas
Para la dibujante colombiana Adriana Mosquera, creadora de Magola y ganadora del Gran Premio Diógenes en Argentina, gracias a sus personajes interiorizó que "las niñas tenían derecho a protestar, tener voz propia y querer cambiar el mundo".
“Yo no sabía que Quino era hombre, yo creí que Mafalda la hacía una mujer. Dice tantas cosas que son de actualidad, humanidad, ecología, planeta, de política y lo dice una niña y eso para mí era sorprendente. Yo estaba acostumbrada a ver que todo lo hacía hombres, superhéroes y luego sale Mafalda con una fuerza demoledora”, expresó la artista.
Parte de esa sensibilidad venía como sello registrado de la personalidad del dibujante, quién siempre se mostró humilde y receptivo. Según sus colegas, en su tiempo libre se dedicaba a contestar todas las cartas de sus lectores, inclusive años después que dejara de dibujar a Mafalda. Uno de sus compañeros de editorial recuerda que cuando le llegó una carta de una muchacha adolescente, muy preocupada porque no se dibujaba más Mafalda, Quino respondió: "mientras tenga lectoras como vos, Mafalda no desaparecerá. La dibujé durante 10 años, imaginate a vos misma desde tus 3 años hasta ahora haciendo la misma cosa ¿hubieras sido capaz? Lo dudo. Vivir es ir cambiando...además la vida nos cambia queramos o no".
Mafalda está incluido en la cultura pop nacional que logró atravesar los límites del territorio: en la estación Argentine del metro de París hay un mural dedicado a las figuras nacionales siendo observadas por la niña, sus tiras cómicas fueron traducidas en 30 idiomas, incluyendo al chino y al finlandés. Quino rechazó varios doctorados honoris causa alrededor del mundo en vida, ya que para él su tiempo estaba dedicado a dibujar. Su filosofía se cristalizó en una entrevista del diario español El País, donde apenas años antes de su fallecimiento se le preguntó: "Quino, ¿Pensaba usted que tantos años después se iba a seguir dedicando al dibujo?"
"Sí, bueno no esperaba vivir tanto. Pero sí sí, como nunca hice otra cosa, ni sé hacerlo, bueno sí: ir al cine, beber buen vino y escuchar música. Pero nunca pensé en otra cosa que en dibujar", respondió.