El artista que resignificó el tango

El tango no encontró a Rubén Juárez, sino que fue al revés. El famoso músico de aquel bandoneón blanco no había nacido en la época en la que el clásico porteño estaba en auge. La juventud de los '60 ya lo calificaba de viejo, apolillado, eso que escuchaban los abuelos que añoraban los tiempos de su infancia. Juárez nació en 1947 en Córdoba, aunque luego se mudó a Avellaneda, en el sur del Gran Buenos Aires. Mientras su familia lo veía como un erudito del bandoneón que tocaba ya a los 9 años, el joven escuchaba lo que sonaba en la época.

¿Había tango? No, existía el boogie y el twist. A los 16 años aprovechó que la guitarra era un instrumento más fácil con el que también podía explotar su voz. Bajo el seudónimo de Jimmy Williams formó "The Black Coats", un conjunto juvenil de rock que debutó en Radio El Mundo presentados por María Moreno y Silvio Soldán.

Hasta que un día en el club Cramer de Avellaneda escuchó cantar a Julio Sosa. "Para qué. Arrancó con el 'Pido permiso, este tango habla por mi. ¡Ay papá, qué animal!", contó Juárez en una entrevista. Ese día llegó a su casa y le anunció a su familia que quería ser cantor de tango. Sin dudas, la escena se sorprendió muchísimo con la integración; después de todo, no era usual que un chico de veinte años se interesara en un género tradicional. El paradigma juvenil se había vuelto el enemigo de esa música que escuchaban "los padres", pero el amor y el impacto que le había causado Sosa fue mayor que cualquier tendencia.

La primera vez que lo escuchó, Aníbal Troilo supo que Rubén tenía algo que llevaría adelante al género. Se ofreció rápidamente a apadrinarlo y bajo su ala se hizo conocido en los boliches tangueros. Con su actuación en Caño 14, un local legendario dedicado a esta música, comenzó a sacudir las concepciones de un género que olfateaba su retorno. En 1973, la Asociación de Comentaristas de Tango lo consagró como el mejor intérprete y artista del año con tan solo 26 años.

El mundo se convirtió en una ruta de viajes donde el tango sostenía la brújula. Visitó y llevó su 2x4 por Perú, Venezuela, Estados Unidos, Colombia y Francia. Aunque grabó una gran cantidad de discos, el fenómeno del "Negro" Juárez era en vivo. Inclusive conquistó a Charly García, una vez que pasó por Carlos Paz luego de un Cosquín Rock.

El 31 de mayo de 2010, a sus 62 años, Rubén Juárez dejó este mundo a causa de cáncer de próstata. El músico, el erudito, el aventurero que volvió a darle vida al tango, fue el apóstol que logró catapultar al género a los oyentes del siglo XXI. 

Gente que nos hace bien es una sección presentada por Maximiliano Legnani en Somos PM, que se emite por la pantalla de IP de lunes a viernes de 14 a 17, junto a Pía Slapka y Ana Sicilia.

 

El tango no encontró a Rubén Juárez, sino que fue al revés. El famoso músico de aquel bandoneón blanco no había nacido en la época en la que el clásico porteño estaba en auge. La juventud de los '60 ya lo calificaba de viejo, apolillado, eso que escuchaban los abuelos que añoraban los tiempos de su infancia. Juárez nació en 1947 en Córdoba, aunque luego se mudó a Avellaneda, en el sur del Gran Buenos Aires. Mientras su familia lo veía como un erudito del bandoneón que tocaba ya a los 9 años, el joven escuchaba lo que sonaba en la época.

¿Había tango? No, existía el boogie y el twist. A los 16 años aprovechó que la guitarra era un instrumento más fácil con el que también podía explotar su voz. Bajo el seudónimo de Jimmy Williams formó "The Black Coats", un conjunto juvenil de rock que debutó en Radio El Mundo presentados por María Moreno y Silvio Soldán.

Hasta que un día en el club Cramer de Avellaneda escuchó cantar a Julio Sosa. "Para qué. Arrancó con el 'Pido permiso, este tango habla por mi. ¡Ay papá, qué animal!", contó Juárez en una entrevista. Ese día llegó a su casa y le anunció a su familia que quería ser cantor de tango. Sin dudas, la escena se sorprendió muchísimo con la integración; después de todo, no era usual que un chico de veinte años se interesara en un género tradicional. El paradigma juvenil se había vuelto el enemigo de esa música que escuchaban "los padres", pero el amor y el impacto que le había causado Sosa fue mayor que cualquier tendencia.

La primera vez que lo escuchó, Aníbal Troilo supo que Rubén tenía algo que llevaría adelante al género. Se ofreció rápidamente a apadrinarlo y bajo su ala se hizo conocido en los boliches tangueros. Con su actuación en Caño 14, un local legendario dedicado a esta música, comenzó a sacudir las concepciones de un género que olfateaba su retorno. En 1973, la Asociación de Comentaristas de Tango lo consagró como el mejor intérprete y artista del año con tan solo 26 años.

El mundo se convirtió en una ruta de viajes donde el tango sostenía la brújula. Visitó y llevó su 2x4 por Perú, Venezuela, Estados Unidos, Colombia y Francia. Aunque grabó una gran cantidad de discos, el fenómeno del "Negro" Juárez era en vivo. Inclusive conquistó a Charly García, una vez que pasó por Carlos Paz luego de un Cosquín Rock.

El 31 de mayo de 2010, a sus 62 años, Rubén Juárez dejó este mundo a causa de cáncer de próstata. El músico, el erudito, el aventurero que volvió a darle vida al tango, fue el apóstol que logró catapultar al género a los oyentes del siglo XXI. 

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Leonardo Favio: el genio del cine argentino

Un 28 de mayo de 1938, nació en Las Catitas, Mendoza, Fuad Jorge Jury Olivera, conocido por todos como Leonardo Favio. Artista destacado y multifacético, se destacó por ser cantautor, guionista, actor y uno de los más grandes directores de cine del país. Considerado “de culto” en Latinoamérica y el mundo por su extensa y brillante filmografía, Favio marcó para siempre la historia del cine local. Llegó a Buenos Aires en 1958 y probó suerte como extra en la película El Ángel de España, dirigida por Enrique Carreras, uno de sus maestros junto a Leopoldo Torre Nilsson. Su pasión y compromiso por el cine lo llevó a dirigir muy joven. Crónica de un niño solo (1968) fue su primera producción, considerada por la crítica como la mejor película de la historia del cine argentino. 

Al éxito en pantalla grande se le sumó el prestigio internacional como cantante. El mismo año del estreno de su primera cinta, Favio publicó Fuiste mía un verano, su primer álbum de canciones románticas que lo catapultó a la fama en toda América. El asedio de los fans y las giras, agobiaban su personalidad relajada e íntima por lo que decidió dejar los escenarios para dedicarse de lleno al cine. La decisión fue acertada: sus filmes Juan Moreira (1973) y Nazareno Cruz y el lobo (1975), representaron un hito cinematográfico sin igual, llegando con Nazareno a ser la cinta más vista en salas con 3.600 mil espectadores. 

La dictadura cívico-militar argentina de 1976 lo persiguió por su fuerte compromiso con la militancia peronista a favor de los más necesitados. Durante esos años oscuros, el artista se exilió en Colombia, realizando giras por toda Latinoamérica. Regresó en 1987 para producir Gatica el Mono, estrenada en 1993 con excelentes críticas. Luego vinieron: Perón, sinfonía del sentimiento (1999) y Aniceto (2008) su última película. Falleció de neumonía el 5 de noviembre de 2012, a los 74 años. "Si hay algo que le pido a Dios, es amar todavía más a la gente. A los que no tienen posibilidades de ser escuchados. Estar con ellos; caminar con ellos. No hay ningún misterio; todo es cuestión de amor", es una de sus frases que reflejó aquel legado de esperanza y compromiso social que siempre supo mostrar. 

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Un 28 de mayo de 1938, nació en Las Catitas, Mendoza, Fuad Jorge Jury Olivera, conocido por todos como Leonardo Favio. Artista destacado y multifacético, se destacó por ser cantautor, guionista, actor y uno de los más grandes directores de cine del país. Considerado “de culto” en Latinoamérica y el mundo por su extensa y brillante filmografía, Favio marcó para siempre la historia del cine local. Llegó a Buenos Aires en 1958 y probó suerte como extra en la película El Ángel de España, dirigida por Enrique Carreras, uno de sus maestros junto a Leopoldo Torre Nilsson. Su pasión y compromiso por el cine lo llevó a dirigir muy joven. Crónica de un niño solo (1968) fue su primera producción, considerada por la crítica como la mejor película de la historia del cine argentino. 

Al éxito en pantalla grande se le sumó el prestigio internacional como cantante. El mismo año del estreno de su primera cinta, Favio publicó Fuiste mía un verano, su primer álbum de canciones románticas que lo catapultó a la fama en toda América. El asedio de los fans y las giras, agobiaban su personalidad relajada e íntima por lo que decidió dejar los escenarios para dedicarse de lleno al cine. La decisión fue acertada: sus filmes Juan Moreira (1973) y Nazareno Cruz y el lobo (1975), representaron un hito cinematográfico sin igual, llegando con Nazareno a ser la cinta más vista en salas con 3.600 mil espectadores. 

La dictadura cívico-militar argentina de 1976 lo persiguió por su fuerte compromiso con la militancia peronista a favor de los más necesitados. Durante esos años oscuros, el artista se exilió en Colombia, realizando giras por toda Latinoamérica. Regresó en 1987 para producir Gatica el Mono, estrenada en 1993 con excelentes críticas. Luego vinieron: Perón, sinfonía del sentimiento (1999) y Aniceto (2008) su última película. Falleció de neumonía el 5 de noviembre de 2012, a los 74 años. "Si hay algo que le pido a Dios, es amar todavía más a la gente. A los que no tienen posibilidades de ser escuchados. Estar con ellos; caminar con ellos. No hay ningún misterio; todo es cuestión de amor", es una de sus frases que reflejó aquel legado de esperanza y compromiso social que siempre supo mostrar. 

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Oscar Wilde: el calvario del escritor condenado por su orientación sexual

Un 27 de mayo de 1896, el escritor irlandés Oscar Wilde fue condenado a prisión por ser homosexual. Radicado desde muy joven en Londres, donde ejerció su profesión de periodista, fue en esa ciudad que, en el tope de su fama, tuvo que padecer un infierno. Wilde era una celebridad en la ciudad: reconocido por el éxito de sus puestas teatrales y su inteligencia en las tertulias de la época. En 1896, a poco de haberse estrenado La importancia de llamarse Ernesto, una de sus obras maestras, el escritor comenzó un romance con lord Alfred Douglas, el hijo del marqués de Queensberry, quien le envió una carta tratándolo de sodomita.

Wilde tomó la posta y denunció al marqués por calumnias, pero el juicio se le dio vuelta. Los jueces no solo desestimaron su acusación, sino que se le inició otro proceso en su contra, por sodomía y grave indecencia. El resultado fue el castigo del Tribunal a dos años de trabajos forzados en la Cárcel de Reading. Las crónicas de la época indican que los británicos estaban muy atrasados en cuestiones de derechos individuales y que la sentencia intentó ser un ejemplo para erradicar esas prácticas de la sociedad. Esto generó una mayor intolerancia sexual en toda Europa, con la persecución de artistas homosexuales y condenas con el mismo carácter de injusticia.

Los últimos días y "La balada de la cárcel de Reading"

El dramaturgo vivió su período en la cárcel de la peor manera: su cuerpo quedó deteriorado debido a los castigos constantes dentro del recinto. Sin embargo, eso no le impidió escribir una de sus mejores obras: "La balada de la cárcel de Reading", donde reafirma valientemente su amor por Douglas. Años más tarde, el brillante hombre de letras moriría en un hotel de París, abandonado y sin dinero. El tiempo se encargaría de restaurar su obra y su legado como un ejemplo, no solamente de talento literario, sino de lucha por los derechos de las personas. 

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Un 27 de mayo de 1896, el escritor irlandés Oscar Wilde fue condenado a prisión por ser homosexual. Radicado desde muy joven en Londres, donde ejerció su profesión de periodista, fue en esa ciudad que, en el tope de su fama, tuvo que padecer un infierno. Wilde era una celebridad en la ciudad: reconocido por el éxito de sus puestas teatrales y su inteligencia en las tertulias de la época. En 1896, a poco de haberse estrenado La importancia de llamarse Ernesto, una de sus obras maestras, el escritor comenzó un romance con lord Alfred Douglas, el hijo del marqués de Queensberry, quien le envió una carta tratándolo de sodomita.

Wilde tomó la posta y denunció al marqués por calumnias, pero el juicio se le dio vuelta. Los jueces no solo desestimaron su acusación, sino que se le inició otro proceso en su contra, por sodomía y grave indecencia. El resultado fue el castigo del Tribunal a dos años de trabajos forzados en la Cárcel de Reading. Las crónicas de la época indican que los británicos estaban muy atrasados en cuestiones de derechos individuales y que la sentencia intentó ser un ejemplo para erradicar esas prácticas de la sociedad. Esto generó una mayor intolerancia sexual en toda Europa, con la persecución de artistas homosexuales y condenas con el mismo carácter de injusticia.

Los últimos días y "La balada de la cárcel de Reading"

El dramaturgo vivió su período en la cárcel de la peor manera: su cuerpo quedó deteriorado debido a los castigos constantes dentro del recinto. Sin embargo, eso no le impidió escribir una de sus mejores obras: "La balada de la cárcel de Reading", donde reafirma valientemente su amor por Douglas. Años más tarde, el brillante hombre de letras moriría en un hotel de París, abandonado y sin dinero. El tiempo se encargaría de restaurar su obra y su legado como un ejemplo, no solamente de talento literario, sino de lucha por los derechos de las personas. 

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Miles Davis: el artista que cambió la música

Lírico, rupturista, poético y cool: todas esas características fueron atribuidas a Miles Dewey Davis III, más conocido como Miles Davis. Desde su nacimiento en Alton, Illinois, el 26 de mayo de 1926, hace 95 años, fue construyendo un mito de la música y el jazz moderno. El trompetista y compositor norteamericano encontró su reconocimiento a la par de figuras como Duke Ellington, John Coltrane, Charlie Parker y Lous Armstrong. Su impronta de vanguardia enfrascada en distintos estilos musicales como el bebop, el vanguardismo y el jazzbop, lo referencian como un intérprete singular e indiscutido. 

“Cuando creas en tí, ni el cielo será tu límite”, era una de sus frases más recordadas y una de las que aplicó en toda su carrera musical, plasmada en la libertad de sus composiciones. El sonido intimista y suave que lograba improvisar en su trompeta, lo llevó a tocar desde muy joven en clubes nocturnos de Nueva York. En 1947 grabó junto al saxofonista Charlie Parker del que fue amigo hasta sus últimos días. Incorporó agrupaciones con saxos altos, barítonos, tubas y trompetas, incursionando de manera nunca vista en los grupos de jazz de los años ´50. Esto le valió la admiración de varios colegas como Gerry Mulligan, Kenny Clarke y Lee Konitz. 

Sus primeros discos, Young man with a horn (1952), Blue period (1953) y Porgy and Bess (1958), fueron algunos de los pilares de una carrera basada en la melancolía y el aplauso. A fines de los años ´60, comenzó a experimentar en el jazz fusion, con la producción del reconocido compositor Teo Macero, con títulos como Nefertiti o In a silent way acercándose cada vez más al rock. Este género también lo recibe con los brazos abiertos, grabando con artistas que Davis se encarga de descubrir, como el bajista de los Rolling Stones, Darryl Jones o el saxofonista Kenny Garret.

La mezcla de estilos continuó en sus últimos años de vida, grabando temas de Michael Jackson y Cindy Lauper. Falleció el 28 de septiembre de 1991, a los 65 años, en Los Ángeles. “Sé lo que he hecho por la música, pero no me llaman "leyenda". Simplemente me llaman Miles Davis”, declaró en una de sus entrevistas. Así será recordado siempre.

Gente que nos hace bien es una sección presentada por Maximiliano Legnani en Somos PM, que se emite por la pantalla de IP de lunes a viernes de 14 a 17, junto a Pía Slapka y Ana Sicilia.

Lírico, rupturista, poético y cool: todas esas características fueron atribuidas a Miles Dewey Davis III, más conocido como Miles Davis. Desde su nacimiento en Alton, Illinois, el 26 de mayo de 1926, hace 95 años, fue construyendo un mito de la música y el jazz moderno. El trompetista y compositor norteamericano encontró su reconocimiento a la par de figuras como Duke Ellington, John Coltrane, Charlie Parker y Lous Armstrong. Su impronta de vanguardia enfrascada en distintos estilos musicales como el bebop, el vanguardismo y el jazzbop, lo referencian como un intérprete singular e indiscutido. 

“Cuando creas en tí, ni el cielo será tu límite”, era una de sus frases más recordadas y una de las que aplicó en toda su carrera musical, plasmada en la libertad de sus composiciones. El sonido intimista y suave que lograba improvisar en su trompeta, lo llevó a tocar desde muy joven en clubes nocturnos de Nueva York. En 1947 grabó junto al saxofonista Charlie Parker del que fue amigo hasta sus últimos días. Incorporó agrupaciones con saxos altos, barítonos, tubas y trompetas, incursionando de manera nunca vista en los grupos de jazz de los años ´50. Esto le valió la admiración de varios colegas como Gerry Mulligan, Kenny Clarke y Lee Konitz. 

Sus primeros discos, Young man with a horn (1952), Blue period (1953) y Porgy and Bess (1958), fueron algunos de los pilares de una carrera basada en la melancolía y el aplauso. A fines de los años ´60, comenzó a experimentar en el jazz fusion, con la producción del reconocido compositor Teo Macero, con títulos como Nefertiti o In a silent way acercándose cada vez más al rock. Este género también lo recibe con los brazos abiertos, grabando con artistas que Davis se encarga de descubrir, como el bajista de los Rolling Stones, Darryl Jones o el saxofonista Kenny Garret.

La mezcla de estilos continuó en sus últimos años de vida, grabando temas de Michael Jackson y Cindy Lauper. Falleció el 28 de septiembre de 1991, a los 65 años, en Los Ángeles. “Sé lo que he hecho por la música, pero no me llaman "leyenda". Simplemente me llaman Miles Davis”, declaró en una de sus entrevistas. Así será recordado siempre.

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¿Quién fue Juana Azurduy, la guerrera latinoamericana?

Un 25 de mayo de 1862, moría en Sucre, Bolivia, la patriota independentista Juana Azurduy. De espíritu idealista y revolucionario, Azurduy nació en la localidad de Toroca, al norte de Potosí, el 12 de julio de 1780. Honrada en toda Latinoamérica por sus campañas en las guerras de la Independencia, fue su padre, Francisco Díaz Valle, quien le inculcó los ideales de rebeldía y libertad. La muerte prematura de Valle y de su madre, Petrona Azurduy, la llevaron a vivir a un convento hasta los 17 años, donde las peleas con sus superioras eran constantes debido a su carácter confrontativo. 

En 1805, Juana se casó con Manuel Ascencio Padilla, un militar anticolonialista del Alto Perú. Juntos desarrollaron y divulgaron las nociones independentistas que los llevaron a pelear por la emancipación del Virreinato del Río de la Plata. De los cinco hijos que tuvieron, los primeros cuatro murieron de malaria, a muy corta edad, en un contexto de guerra y persecución permanente. Su valor en batalla la llevó a concretar una hazaña: el 3 de marzo de 1816, con un ejército de 200 mujeres indígenas a caballo, derrotó al ejército español en territorio boliviano. Esa gesta, en la que también liberó a su esposo, la llevó a conseguir el rango de teniente coronel, siendo la primera mujer en alcanzar ese rango en la historia. 

Juana lideró más de treinta batallas, organizando a unos 10 mil rebeldes en la guerra contra el Ejército Español. Colaboradora de figuras independentistas como Juan José Castelli y Martín Miguel de Güemes, fue respetada y reconocida por sus colegas como un símbolo de lucha. El general Manuel Belgrano le entregó su sable, en gratitud por el coraje demostrado y la convirtió en la primera mujer en formar parte del Ejército Argentino. A pesar de esta consideración, y de ser una de las figuras más relevantes de la independencia latinoamericana, Azurduy fue olvidada en sus últimos años de vida.

Murió prácticamente sola, al cuidado de un familiar discapacitado. Su trayectoria se reconoció luego de un siglo, con grandes homenajes póstumos: el 14 de julio de 2009, la presidenta Cristina Fernández la nombró generala y en marzo de 2010 entregó sus insignias en el mausoleo donde descansan sus restos, en la Casa de la Libertad, en Sucre.  "¿Qué justicia proclamáis, si continuáis esclavizando y excluyendo a la mujer de todo ideal?", fue una de sus frases que la reconocen como símbolo de resistencia de la mujer y los pueblos oprimidos. 

 

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Un 25 de mayo de 1862, moría en Sucre, Bolivia, la patriota independentista Juana Azurduy. De espíritu idealista y revolucionario, Azurduy nació en la localidad de Toroca, al norte de Potosí, el 12 de julio de 1780. Honrada en toda Latinoamérica por sus campañas en las guerras de la Independencia, fue su padre, Francisco Díaz Valle, quien le inculcó los ideales de rebeldía y libertad. La muerte prematura de Valle y de su madre, Petrona Azurduy, la llevaron a vivir a un convento hasta los 17 años, donde las peleas con sus superioras eran constantes debido a su carácter confrontativo. 

En 1805, Juana se casó con Manuel Ascencio Padilla, un militar anticolonialista del Alto Perú. Juntos desarrollaron y divulgaron las nociones independentistas que los llevaron a pelear por la emancipación del Virreinato del Río de la Plata. De los cinco hijos que tuvieron, los primeros cuatro murieron de malaria, a muy corta edad, en un contexto de guerra y persecución permanente. Su valor en batalla la llevó a concretar una hazaña: el 3 de marzo de 1816, con un ejército de 200 mujeres indígenas a caballo, derrotó al ejército español en territorio boliviano. Esa gesta, en la que también liberó a su esposo, la llevó a conseguir el rango de teniente coronel, siendo la primera mujer en alcanzar ese rango en la historia. 

Juana lideró más de treinta batallas, organizando a unos 10 mil rebeldes en la guerra contra el Ejército Español. Colaboradora de figuras independentistas como Juan José Castelli y Martín Miguel de Güemes, fue respetada y reconocida por sus colegas como un símbolo de lucha. El general Manuel Belgrano le entregó su sable, en gratitud por el coraje demostrado y la convirtió en la primera mujer en formar parte del Ejército Argentino. A pesar de esta consideración, y de ser una de las figuras más relevantes de la independencia latinoamericana, Azurduy fue olvidada en sus últimos años de vida.

Murió prácticamente sola, al cuidado de un familiar discapacitado. Su trayectoria se reconoció luego de un siglo, con grandes homenajes póstumos: el 14 de julio de 2009, la presidenta Cristina Fernández la nombró generala y en marzo de 2010 entregó sus insignias en el mausoleo donde descansan sus restos, en la Casa de la Libertad, en Sucre.  "¿Qué justicia proclamáis, si continuáis esclavizando y excluyendo a la mujer de todo ideal?", fue una de sus frases que la reconocen como símbolo de resistencia de la mujer y los pueblos oprimidos. 

 

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A 80 años del nacimiento de Bob Dylan: el legado está vivo

Bob Dylan nació un 24 de mayo de 1941 para darle una patada al tablero del rock. Pero la etiqueta de “músico” le queda chica: es tan compositor como poeta; el talento para los versos le valió un Nobel de Literatura en 2016, que −entre idas y vueltas− finalmente aceptó. Nacido como Robert Allen Zimmerman, el cantautor estadounidense parió una prolífica obra de 39 álbumes de estudio, desde 1961 hasta 2020, que marcó a fuego la cultura popular del mundo.

A lo largo de su carrera, Dylan atravesó distintas etapas y experimentó diversos géneros. Entre sus hitos más destacados es obligatorio mencionar al festival de folk de Newport, en 1965. Allí, el famoso “Dylan electrificado” se paró frente a una multitud para recibir abucheos y reclamos. ¿La razón? Había abandonado al folk ortodoxo para enfrentar cualquier crítica con un sonido más eléctrico, liderado principalmente por la guitarra de Mike Bloomfield. Así se posicionó como referente de la contracultura y señaló el camino para los intérpretes de rock que vinieron después.

Otro concierto histórico, en San Diego, merece mención: la noche de su bautismo. El 17 de noviembre de 1978, un fanático arrojó una cruz de plata al escenario. Dylan la levantó, y según contó en varias ocasiones, sintió escalofríos y temblores por todo el cuerpo. Una señal, conforme a su interpretación, que lo volcó hacia su veta más religiosa y abrió la puerta a la trilogía discográfica cristiana: Slow Train Coming (1979), Saved (1980) y Shot of Love (1981). Una serie de estrenos que si bien no fueron de los más exitosos a nivel comercial, perfilaron un estilo y fundaron un acontecimiento.

Hits tiene muchos, anécdotas más. Su trayectoria viró entre curvas y contracurvas, aunque con definición: Bob Dylan siempre controló su camino, protagonista de un legado vivo que se insertó en generaciones pasadas y penetrará las venideras. Porque su fórmula es lo genuino y la convicción: “Lo único que puedo hacer es ser yo, sea lo que sea que eso signifique”.

Gente que nos hace bien es una sección de "Somos PM", conducido por Pía Slapka, Maxi Legnani y Ana Sicilia de lunes a viernes de 14 a 17 hs.

Bob Dylan nació un 24 de mayo de 1941 para darle una patada al tablero del rock. Pero la etiqueta de “músico” le queda chica: es tan compositor como poeta; el talento para los versos le valió un Nobel de Literatura en 2016, que −entre idas y vueltas− finalmente aceptó. Nacido como Robert Allen Zimmerman, el cantautor estadounidense parió una prolífica obra de 39 álbumes de estudio, desde 1961 hasta 2020, que marcó a fuego la cultura popular del mundo.

A lo largo de su carrera, Dylan atravesó distintas etapas y experimentó diversos géneros. Entre sus hitos más destacados es obligatorio mencionar al festival de folk de Newport, en 1965. Allí, el famoso “Dylan electrificado” se paró frente a una multitud para recibir abucheos y reclamos. ¿La razón? Había abandonado al folk ortodoxo para enfrentar cualquier crítica con un sonido más eléctrico, liderado principalmente por la guitarra de Mike Bloomfield. Así se posicionó como referente de la contracultura y señaló el camino para los intérpretes de rock que vinieron después.

Otro concierto histórico, en San Diego, merece mención: la noche de su bautismo. El 17 de noviembre de 1978, un fanático arrojó una cruz de plata al escenario. Dylan la levantó, y según contó en varias ocasiones, sintió escalofríos y temblores por todo el cuerpo. Una señal, conforme a su interpretación, que lo volcó hacia su veta más religiosa y abrió la puerta a la trilogía discográfica cristiana: Slow Train Coming (1979), Saved (1980) y Shot of Love (1981). Una serie de estrenos que si bien no fueron de los más exitosos a nivel comercial, perfilaron un estilo y fundaron un acontecimiento.

Hits tiene muchos, anécdotas más. Su trayectoria viró entre curvas y contracurvas, aunque con definición: Bob Dylan siempre controló su camino, protagonista de un legado vivo que se insertó en generaciones pasadas y penetrará las venideras. Porque su fórmula es lo genuino y la convicción: “Lo único que puedo hacer es ser yo, sea lo que sea que eso signifique”.

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Alejandro Dolina, creador de "La venganza será terrible", cumple 77 años

El 20 de mayo de 1944, hace 77 años, nació Alejandro Ricardo Dolina, más conocido como El Negro Dolina. Músico, escritor, conductor de radio y televisión, este artista multifacético dejó una marca imborrable en el imaginario cultural argentino. Oriundo de Morse, localidad del noroeste de la provincia de Buenos Aires, desde muy chico aprendió piano y se interesó por disciplinas como literatura, filosofía, historia y el tango.

A los 22 años comenzó a trabajar en una empresa publicitaria, lo que le permitió conocer su verdadera vocación por los medios de comunicación. A principios de los ´70, trabajó en Satiricón, una de las revistas de humor gráfico más reconocidas del momento. Más adelante lo haría para la mítica Humor, rodeado de compañeros como Carlos Trillo, Caloi y Carlos Abrevaya. 

En 1975 comenzó su romance interminable con la radio. Apareció en Mañanitas nocturnas, el programa de Mario Mactas y Carlos Ulanovsky transmitido por Radio Argentina. Allí armó el personaje del Sordo Gancé, un músico improvisado por Dolina que continúa presente en sus emisiones en la actualidad. El recorrido radial de Dolina se vio iluminado en 1993, con la llegada a FM Tango de La venganza será terrible, el mítico ciclo humorístico cultural que es considerado uno de los más importantes de la historia de la radiofonía argentina. El programa se instaló en la franja horaria de la medianoche, con espectadores en vivo y el intercambio de distintos co-conductores como Elizabeth Vernaci, Gillespi, Patricio Barton y Gabriel Rolón. 

Autor de las Crónicas del Ángel Gris (1987), Lo que me costó el amor de Laura (1998), El libro del Fantasma (1999), Bar del Infierno (2005) y Cartas marcadas (2012), estudió a fondo la temática costumbrista argentina, los laberintos de Jorge Luis Borges y las historias fantásticas. 

“El arte y el amor son las pocas posibilidades de encuentro que el universo presenta.”, es una de sus frases más célebres. Su legado cultural continúa hasta el día de hoy, con La venganza transmitido en vivo por AM 750. 

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El 20 de mayo de 1944, hace 77 años, nació Alejandro Ricardo Dolina, más conocido como El Negro Dolina. Músico, escritor, conductor de radio y televisión, este artista multifacético dejó una marca imborrable en el imaginario cultural argentino. Oriundo de Morse, localidad del noroeste de la provincia de Buenos Aires, desde muy chico aprendió piano y se interesó por disciplinas como literatura, filosofía, historia y el tango.

A los 22 años comenzó a trabajar en una empresa publicitaria, lo que le permitió conocer su verdadera vocación por los medios de comunicación. A principios de los ´70, trabajó en Satiricón, una de las revistas de humor gráfico más reconocidas del momento. Más adelante lo haría para la mítica Humor, rodeado de compañeros como Carlos Trillo, Caloi y Carlos Abrevaya. 

En 1975 comenzó su romance interminable con la radio. Apareció en Mañanitas nocturnas, el programa de Mario Mactas y Carlos Ulanovsky transmitido por Radio Argentina. Allí armó el personaje del Sordo Gancé, un músico improvisado por Dolina que continúa presente en sus emisiones en la actualidad. El recorrido radial de Dolina se vio iluminado en 1993, con la llegada a FM Tango de La venganza será terrible, el mítico ciclo humorístico cultural que es considerado uno de los más importantes de la historia de la radiofonía argentina. El programa se instaló en la franja horaria de la medianoche, con espectadores en vivo y el intercambio de distintos co-conductores como Elizabeth Vernaci, Gillespi, Patricio Barton y Gabriel Rolón. 

Autor de las Crónicas del Ángel Gris (1987), Lo que me costó el amor de Laura (1998), El libro del Fantasma (1999), Bar del Infierno (2005) y Cartas marcadas (2012), estudió a fondo la temática costumbrista argentina, los laberintos de Jorge Luis Borges y las historias fantásticas. 

“El arte y el amor son las pocas posibilidades de encuentro que el universo presenta.”, es una de sus frases más célebres. Su legado cultural continúa hasta el día de hoy, con La venganza transmitido en vivo por AM 750. 

Gente que nos hace bien es una sección presentada por Maximiliano Legnani en Somos PM, que se emite por la pantalla de IP de lunes a viernes de 14 a 17, junto a Pía Slapka y Ana Sicilia.

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49 años sin "Tanguito", la primera leyenda del rock argentino

El 19 de mayo de 1972, hace 49 años, murió el cantautor argentino José Alberto Iglesias, más conocido como Tanguito. Nacido en Caseros, Provincia de Buenos Aires, el 16 de septiembre de 1945, fue y es reconocido como uno de los pioneros del rock argentino. De espíritu rebelde e introvertido, decidió abandonar los estudios a los 15 años para dedicarse a la música. Empezó cantando en clubes porteños de Flores y Mataderos que pasaban tangos como música principal. De ahí surgió el apodo que lo acompañaría en adelante. 

En 1963 debutó como cantante del grupo Los Dukes, grabando los singles "Decí por qué no querés" y “Mi pancha”, su primera composición registrada. Ganó reconocimiento, compartiendo escenario con artistas como Billy Bond y Sandro y Los de Fuego. Formó parte de veladas bohemias en las que se compartía poesía, jazz, rock, junto a otros personajes inolvidables como Miguel Abuelo y Litto Nebbia. “Estoy tan solo y triste acá en este mundo abandonado”, fue una de las frases que escribió con Nebbia y lo eternizaron. 

Fue con este último que entabló una gran amistad que lo llevaría a crear el mito fundacional de la historia del rock argentino: la canción La Balsa. Tanguito escribió los primeros acordes de La Balsa en el baño del bar y pizzería La Perla del barrio porteño de Once, la madrugada del 2 de mayo de 1967. Fue publicada el 3 de julio de ese mismo año con un éxito rotundo que contrastaba con la creciente adicción de Tanguito a las anfetaminas. 

El cantante comenzó a perder el control hasta ser internado en 1971, en el Hospital Borda en el que fue abandonado a su suerte y sometido a terapias agresivas de electroshock. Tanguito logró fugarse el 19 de mayo de 1972, llegando a la Estación Palermo del tren San Martín. Cerca de las 10:50hs. cayó a las vías del tren en circunstancias poco claras y fue encontrado muerto. Sus canciones quedarán grabadas en el imaginario del rock latinoamericano para siempre. 

Gente que nos hace bien es una sección presentada por Maximiliano Legnani en Somos PM, que se emite por la pantalla de IP de lunes a viernes de 14 a 17, junto a Pía Slapka y Ana Sicilia.

El 19 de mayo de 1972, hace 49 años, murió el cantautor argentino José Alberto Iglesias, más conocido como Tanguito. Nacido en Caseros, Provincia de Buenos Aires, el 16 de septiembre de 1945, fue y es reconocido como uno de los pioneros del rock argentino. De espíritu rebelde e introvertido, decidió abandonar los estudios a los 15 años para dedicarse a la música. Empezó cantando en clubes porteños de Flores y Mataderos que pasaban tangos como música principal. De ahí surgió el apodo que lo acompañaría en adelante. 

En 1963 debutó como cantante del grupo Los Dukes, grabando los singles "Decí por qué no querés" y “Mi pancha”, su primera composición registrada. Ganó reconocimiento, compartiendo escenario con artistas como Billy Bond y Sandro y Los de Fuego. Formó parte de veladas bohemias en las que se compartía poesía, jazz, rock, junto a otros personajes inolvidables como Miguel Abuelo y Litto Nebbia. “Estoy tan solo y triste acá en este mundo abandonado”, fue una de las frases que escribió con Nebbia y lo eternizaron. 

Fue con este último que entabló una gran amistad que lo llevaría a crear el mito fundacional de la historia del rock argentino: la canción La Balsa. Tanguito escribió los primeros acordes de La Balsa en el baño del bar y pizzería La Perla del barrio porteño de Once, la madrugada del 2 de mayo de 1967. Fue publicada el 3 de julio de ese mismo año con un éxito rotundo que contrastaba con la creciente adicción de Tanguito a las anfetaminas. 

El cantante comenzó a perder el control hasta ser internado en 1971, en el Hospital Borda en el que fue abandonado a su suerte y sometido a terapias agresivas de electroshock. Tanguito logró fugarse el 19 de mayo de 1972, llegando a la Estación Palermo del tren San Martín. Cerca de las 10:50hs. cayó a las vías del tren en circunstancias poco claras y fue encontrado muerto. Sus canciones quedarán grabadas en el imaginario del rock latinoamericano para siempre. 

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A 23 años del adiós a Frank Sinatra, "La Voz"

El 14 de mayo de 1998 moría a los 82 años, Frank Sinatra, uno de los cantantes más populares y reconocidos del mundo. Considerado como uno de los artistas imprescindibles de la cultura del Siglo XX, Francis Albert Sinatra, también se destacó como actor. Nacido el 12 de diciembre de 1915 en Nueva Jersey, empezó a desarrollar sus dotes artísticas a los diez años, cantando en la taberna de su padre.

Destacado por su gran porte y tono de voz único, entre intimista y potente, se popularizó al interpretar clásicos de colegas que admiraba como Bing Crosby, Sammy Cahn y Cole Porter. Frank desarrolló de manera innata el oído absoluto, la capacidad de comprender las notas casi sin pensarlas, igual que Freddie Mercury, Michael Jackson y Wolfang Amadeus Mozart. 

Apodado La Voz, dentro de su vasta trayectoria se encuentran temas inmortales como Fly me to the moon, That´s life o My way También demostró su versatilidad artística en el plano de la actuación, al ganar un Oscar a Mejor actor de reparto en 1953, por su papel en el drama De aquí a la eternidad

"No escondas tus cicatrices; te hacen ser quién eres", es una de sus frases más recordadas en las que se refleja su necesidad de ser auténtico frente a las complejidades de la vida. Su legado musical es recordado por esa autenticidad tan única y brillante. 

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El 14 de mayo de 1998 moría a los 82 años, Frank Sinatra, uno de los cantantes más populares y reconocidos del mundo. Considerado como uno de los artistas imprescindibles de la cultura del Siglo XX, Francis Albert Sinatra, también se destacó como actor. Nacido el 12 de diciembre de 1915 en Nueva Jersey, empezó a desarrollar sus dotes artísticas a los diez años, cantando en la taberna de su padre.

Destacado por su gran porte y tono de voz único, entre intimista y potente, se popularizó al interpretar clásicos de colegas que admiraba como Bing Crosby, Sammy Cahn y Cole Porter. Frank desarrolló de manera innata el oído absoluto, la capacidad de comprender las notas casi sin pensarlas, igual que Freddie Mercury, Michael Jackson y Wolfang Amadeus Mozart. 

Apodado La Voz, dentro de su vasta trayectoria se encuentran temas inmortales como Fly me to the moon, That´s life o My way También demostró su versatilidad artística en el plano de la actuación, al ganar un Oscar a Mejor actor de reparto en 1953, por su papel en el drama De aquí a la eternidad

"No escondas tus cicatrices; te hacen ser quién eres", es una de sus frases más recordadas en las que se refleja su necesidad de ser auténtico frente a las complejidades de la vida. Su legado musical es recordado por esa autenticidad tan única y brillante. 

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Alicia Moreau de Justo: la mujer que creía en lo imposible

Alicia Moreau de Justo nació en Londres, Inglaterra, el 11 de octubre de 1885. Llegó a la Argentina a los cinco años de edad. Su familia emigró a la localidad bonaerense de Sansinena. Allí comenzó su historia de compromiso y militancia política que la convirtieron en una de las mujeres más importantes del Siglo XX. Figura ineludible de la política local y pionera del feminismo, Moreau de Justo se comprometió de muy joven con ambas causas. 

En 1902 fundó el Centro Socialista Feminista y la Unión Gremial Femenina. Desde estas organizaciones sociales convocó a mujeres para luchar en todo el país por la ampliación de sus derechos. Se recibió de médica en 1914 y logró combinar la profesión con sus actividades políticas. Afiliada al Partido Socialista, se casó con su fundador, el político Juan B. Justo, con quien tuvo tres hijos. 

Creadora de la Unión Feminista Nacional en 1918, afianzó su compromiso con los derechos de la mujer: el voto, derechos laborales, salud y educación pública. Fue la primera en presentar un proyecto de ley de sufragio femenino al Congreso Nacional, en 1932. De gran cultura y humanismo, fue directora del periódico Nuestra causa y secretaria de redacción del diario Humanidad nueva y del histórico La Vanguardia. “El destino no está cerrado. Tenemos que acompañarlo al ritmo de los más jóvenes. Nada es imposible”, fue una de sus frases más recordadas que define su espíritu de lucha.

Falleció el 12 de mayo de 1986 a los 100 años. Hasta sus últimos días estuvo activa en temas relacionados con los derechos civiles, participando de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, que reclamó por el genocidio de la última dictadura cívico militar. Su legado quedará como un ejemplo en las banderas de igualdad social. 

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Alicia Moreau de Justo nació en Londres, Inglaterra, el 11 de octubre de 1885. Llegó a la Argentina a los cinco años de edad. Su familia emigró a la localidad bonaerense de Sansinena. Allí comenzó su historia de compromiso y militancia política que la convirtieron en una de las mujeres más importantes del Siglo XX. Figura ineludible de la política local y pionera del feminismo, Moreau de Justo se comprometió de muy joven con ambas causas. 

En 1902 fundó el Centro Socialista Feminista y la Unión Gremial Femenina. Desde estas organizaciones sociales convocó a mujeres para luchar en todo el país por la ampliación de sus derechos. Se recibió de médica en 1914 y logró combinar la profesión con sus actividades políticas. Afiliada al Partido Socialista, se casó con su fundador, el político Juan B. Justo, con quien tuvo tres hijos. 

Creadora de la Unión Feminista Nacional en 1918, afianzó su compromiso con los derechos de la mujer: el voto, derechos laborales, salud y educación pública. Fue la primera en presentar un proyecto de ley de sufragio femenino al Congreso Nacional, en 1932. De gran cultura y humanismo, fue directora del periódico Nuestra causa y secretaria de redacción del diario Humanidad nueva y del histórico La Vanguardia. “El destino no está cerrado. Tenemos que acompañarlo al ritmo de los más jóvenes. Nada es imposible”, fue una de sus frases más recordadas que define su espíritu de lucha.

Falleció el 12 de mayo de 1986 a los 100 años. Hasta sus últimos días estuvo activa en temas relacionados con los derechos civiles, participando de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, que reclamó por el genocidio de la última dictadura cívico militar. Su legado quedará como un ejemplo en las banderas de igualdad social. 

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El legado del Padre Mugica, el primer Cura Villero

Alrededor de las 20 horas del 11 de mayo de 1974, el Padre Mugica se dirigía a su Renault 4 azul, después de dar una misa en la iglesia San Francisco Solano en Villa Luro, cuando un comando de la Triple A lo asesinó de 14 balazos. Su amigo, Ricardo Rubens Capelli, recibió 4 balazos, pero sobrevivió y años después identificó como autor del hecho al policía Rodolfo Eduardo Almirón.

Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe pertenecía al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y dedicó su vida a la labor comunitaria en el Barrio Comunicaciones, actual Villa 31, donde fundó el Movimiento Curas Villeros. La postura del sacerdote frente a la vida no solo era religiosa, también era política.

"Te alabamos,
porque luchamos para que nuestros niños
hambrientos coman.
Te glorificamos,
porque queremos destruir ya
los instrumentos de tortura.
Te damos gracias,
porque hay hombres que dan su vida
en la revolución". 
Fragmento de Misa para el Tercer Mundo.

Entre fines del 1973 y comienzos de 1974, Mugica escribió la Misa para el Tercer Mundo junto al Grupo Vocal Argentino. La obra, luego prohibida por la última dictadura cívico militar, contenía sueños de revolución en una Latinoamérica oprimida. En septiembre de 1974, meses después de su asesinato, un operativo en RCA Víctor destruyó las 50 mil copias del disco. El legado musical del Padre Mugica vio la luz 44 años después, cuando lo editaron el 2018.

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Alrededor de las 20 horas del 11 de mayo de 1974, el Padre Mugica se dirigía a su Renault 4 azul, después de dar una misa en la iglesia San Francisco Solano en Villa Luro, cuando un comando de la Triple A lo asesinó de 14 balazos. Su amigo, Ricardo Rubens Capelli, recibió 4 balazos, pero sobrevivió y años después identificó como autor del hecho al policía Rodolfo Eduardo Almirón.

Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe pertenecía al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y dedicó su vida a la labor comunitaria en el Barrio Comunicaciones, actual Villa 31, donde fundó el Movimiento Curas Villeros. La postura del sacerdote frente a la vida no solo era religiosa, también era política.

"Te alabamos,
porque luchamos para que nuestros niños
hambrientos coman.
Te glorificamos,
porque queremos destruir ya
los instrumentos de tortura.
Te damos gracias,
porque hay hombres que dan su vida
en la revolución". 
Fragmento de Misa para el Tercer Mundo.

Entre fines del 1973 y comienzos de 1974, Mugica escribió la Misa para el Tercer Mundo junto al Grupo Vocal Argentino. La obra, luego prohibida por la última dictadura cívico militar, contenía sueños de revolución en una Latinoamérica oprimida. En septiembre de 1974, meses después de su asesinato, un operativo en RCA Víctor destruyó las 50 mil copias del disco. El legado musical del Padre Mugica vio la luz 44 años después, cuando lo editaron el 2018.

Gente que nos hace bien es una sección presentada por Maximiliano Legnani en Somos PM, que se emite por la pantalla de IP de lunes a viernes de 14 a 17, junto a Pía Slapka y Ana Sicilia.

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Carmen Argibay, la mujer que le devolvió la esperanza a la Constitución Nacional

El 10 de marzo de 2014 los grandes medios anunciaron que Carmen Argibay, la primera miembro mujer de la Corte Suprema de Justicia Argentina, había fallecido a causa de un efisema pulmonar. "Es que Carmen fumaba mucho", dijeron muchos de sus conocidos más cercanos.

Se la conocía por estar sentada en su escritorio bajo filas de expedientes, con un cigarrillo en mano mientras pasaba hoja por hoja. Carmen estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y se recibió de abogada el 11 de junio de 1964. Trabajó en varios juzgados públicos y enseñó en facultades hasta que el 24 de marzo de 1976, el día del golpe militar, ordenaron que fuera arrestada y detenida.

La letrada reconoció que no le fue fácil superar ese período. Luego de meses en la cárcel, se exilió en Europa, aunque no por mucho tiempo. Cuando volvió a la Argentina, paso a paso, volvió a la práctica del derecho. A pesar de que ella se sentía flaquear ante el recuerdo de la dictadura, su voz se convirtió en una de las más fuertes de la época.

"A la sociedad le hace falta un examen de conciencia muy serio sobre lo que pasó, sobre cómo se permitió soportar esto. Nunca se ha puesto sobre la mesa. Yo creo que la sociedad tiene mucha culpa en esto, no solamente los políticos que golpeaban la puerta de los cuarteles. ¿Por qué nadie sabía nada, cuando todos sabíamos todo?", cuestionó en una entrevista que dio para la revista Mu.

Además de convertirse en integrante de la Asociación Internacional de Derecho Penal, Argibay era miembro fundadora de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces, organización que presidió desde 1998 hasta 2000. En 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas la convocó como jueza ad litem para el Tribunal Criminal Internacional que juzgó crímenes de guerra en la ex Yugoslavia.

Cuando terminó sus deberes en La Haya, el Senado nacional aprobó su designación para convertirse en la primera mujer miembro de la Corte Suprema seleccionada por un gobierno democrático.

Carmen era una mujer de principios que intentaba esquematizar soluciones a los problemas del derecho cotidiano que a veces parece perdido en la institución Judicial. "Carmen Argibay se resistió siempre a la tentación de decidir lo que era políticamente más fácil", la describió póstumamente Sebastián Elías, doctor en Ciencias jurídicas y su compañero en el Consejo Asesor del Departamento de Derecho de San Andrés.

"Nos devolvió la esperanza a todos los argentinos que aspiran a vivir en una república bajo los principios de la Constitución", ilustró el Dr. Elías.

Te lo cuenta Maxi Legnani en Gente que nos hace bien, una sección de "Somos PM", programa co-conducido con Pía Slapka y Ana Sicilia. Lunes a viernes de 14 a 17 hs.

El 10 de marzo de 2014 los grandes medios anunciaron que Carmen Argibay, la primera miembro mujer de la Corte Suprema de Justicia Argentina, había fallecido a causa de un efisema pulmonar. "Es que Carmen fumaba mucho", dijeron muchos de sus conocidos más cercanos.

Se la conocía por estar sentada en su escritorio bajo filas de expedientes, con un cigarrillo en mano mientras pasaba hoja por hoja. Carmen estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y se recibió de abogada el 11 de junio de 1964. Trabajó en varios juzgados públicos y enseñó en facultades hasta que el 24 de marzo de 1976, el día del golpe militar, ordenaron que fuera arrestada y detenida.

La letrada reconoció que no le fue fácil superar ese período. Luego de meses en la cárcel, se exilió en Europa, aunque no por mucho tiempo. Cuando volvió a la Argentina, paso a paso, volvió a la práctica del derecho. A pesar de que ella se sentía flaquear ante el recuerdo de la dictadura, su voz se convirtió en una de las más fuertes de la época.

"A la sociedad le hace falta un examen de conciencia muy serio sobre lo que pasó, sobre cómo se permitió soportar esto. Nunca se ha puesto sobre la mesa. Yo creo que la sociedad tiene mucha culpa en esto, no solamente los políticos que golpeaban la puerta de los cuarteles. ¿Por qué nadie sabía nada, cuando todos sabíamos todo?", cuestionó en una entrevista que dio para la revista Mu.

Además de convertirse en integrante de la Asociación Internacional de Derecho Penal, Argibay era miembro fundadora de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces, organización que presidió desde 1998 hasta 2000. En 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas la convocó como jueza ad litem para el Tribunal Criminal Internacional que juzgó crímenes de guerra en la ex Yugoslavia.

Cuando terminó sus deberes en La Haya, el Senado nacional aprobó su designación para convertirse en la primera mujer miembro de la Corte Suprema seleccionada por un gobierno democrático.

Carmen era una mujer de principios que intentaba esquematizar soluciones a los problemas del derecho cotidiano que a veces parece perdido en la institución Judicial. "Carmen Argibay se resistió siempre a la tentación de decidir lo que era políticamente más fácil", la describió póstumamente Sebastián Elías, doctor en Ciencias jurídicas y su compañero en el Consejo Asesor del Departamento de Derecho de San Andrés.

"Nos devolvió la esperanza a todos los argentinos que aspiran a vivir en una república bajo los principios de la Constitución", ilustró el Dr. Elías.

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Leopoldo Torre Nilsson: el maestro de la cámara

Leopoldo Torre Nilsson nació el 5 de mayo de 1924, en la Ciudad de Buenos Aires, entendió desde muy chico que el cine era su pasión. A los 14 años entró por primera vez a un estudio de filmación. Desde ese momento, nunca paró de filmar hasta llegar a trabajar con grandes figuras de la escena artística local como Alfredo Alcón, Graciela Borges y Leonardo Favio. 

Fue asistente en El crimen de Oribe (1953) y El hijo del crack (1953). Su película debut fue La tigra (1953). Luego Días de odio (1954), basada en el cuento Emma Zunz de Jorge Luis Borges. 

Su estilo innovador inspirado en la nouvelle vague francesa lo ubicó entre los directores más reconocidos de la época. Apodado “Babsy”, su cine catalogado como intelectual fue poco entendido por las masas que buscaban historias populares y alabado por sectores de la crítica que entendían su lenguaje como algo innovador .

La casa del ángel (1956), fue el inicio de una vasta colaboración con la escritora Beatriz Guido, con quien terminaría casándose. La pareja creativa generó varias obras como La caída, Fin de fiesta y La mano en la trampa.  Su película Los siete locos (1973), ganó el Oso de Plata en la 23 edición del Festival de Cine de Berlín, Alemania.

Falleció el 8 de septiembre de 1978, a los 54 años. En su tumba puede leerse una frase que define su espíritu inmortal:  "Ciudadano y cineasta genial, amó a sus amigos, a los suyos y a su país por encima de todas las cosas".

Gente que nos hace bien es una sección presentada por Maximiliano Legnani en Somos PM, que se emite por la pantalla de IP de lunes a viernes de 14 a 17, junto a Pía Slapka y Ana Sicilia.

Leopoldo Torre Nilsson nació el 5 de mayo de 1924, en la Ciudad de Buenos Aires, entendió desde muy chico que el cine era su pasión. A los 14 años entró por primera vez a un estudio de filmación. Desde ese momento, nunca paró de filmar hasta llegar a trabajar con grandes figuras de la escena artística local como Alfredo Alcón, Graciela Borges y Leonardo Favio. 

Fue asistente en El crimen de Oribe (1953) y El hijo del crack (1953). Su película debut fue La tigra (1953). Luego Días de odio (1954), basada en el cuento Emma Zunz de Jorge Luis Borges. 

Su estilo innovador inspirado en la nouvelle vague francesa lo ubicó entre los directores más reconocidos de la época. Apodado “Babsy”, su cine catalogado como intelectual fue poco entendido por las masas que buscaban historias populares y alabado por sectores de la crítica que entendían su lenguaje como algo innovador .

La casa del ángel (1956), fue el inicio de una vasta colaboración con la escritora Beatriz Guido, con quien terminaría casándose. La pareja creativa generó varias obras como La caída, Fin de fiesta y La mano en la trampa.  Su película Los siete locos (1973), ganó el Oso de Plata en la 23 edición del Festival de Cine de Berlín, Alemania.

Falleció el 8 de septiembre de 1978, a los 54 años. En su tumba puede leerse una frase que define su espíritu inmortal:  "Ciudadano y cineasta genial, amó a sus amigos, a los suyos y a su país por encima de todas las cosas".

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Audrey Hepburn: el ícono dorado del cine

Audrey Kathleen Ruston, más conocida como Audrey Hepburn, nació en Bélgica, un 4 de mayo de 1929. Considerada una de las actrices más versátiles y talentosas de la historia, fue un ícono de belleza que enamoró a todo el mundo. 

Nacionalizada británica, protagonizó varias obras icónicas del cine dorado de Hollywood. Su performance en la puesta de Broadway Gigi (1951), le valió un temprano reconocimiento que dos años más tarde se vería reafirmado cuando ganó el Oscar a mejor actriz por Roman Holiday (1953). Actriz, modelo y bailarina, su amplio espectro artístico la hizo brillar en clásicos del cine como Sabrina (1954), The Nun´s Story (1959), Breakfast at Tiffany´s (1961). Charada (1963), My Fair Lady (1964) y Wait Until Dark (1967).

Impulsora de una personalidad y estilo únicos frente a la cámara, Hepburn supo romper moldes con su flequillo corto y mirada intimidante. Su fama creció a la par del talento que demostraba cada vez que se prendía una cámara. Es una de las pocas actrices que en su trayectoria ganó casi todos los premios de la crítica especializada: un Oscar, un Grammy, un Emmy, un Tony, un Globo de Oro y un BAFTA. 

A finales de los años 60 empezó a dejar a un lado la actuación para dedicarse a ser activista por Unicef. Estados Unidos la reconoció con la Medalla Presidencial de la Libertad por sus campañas a favor de comunidades sin recursos en África, Asia y América del Sur. Falleció en Suiza, el 20 de enero de 1993, a los 63 años. Su legado en moda, estilo y conciencia social, la harán brillar por siempre. 

Maxi Legnani encabeza 'Gente que nos hace bien', una sección de "Somos PM", co-conducido con Pía Slapka y Ana Sicilia de lunes a viernes de 14 a 17 hs.

Audrey Kathleen Ruston, más conocida como Audrey Hepburn, nació en Bélgica, un 4 de mayo de 1929. Considerada una de las actrices más versátiles y talentosas de la historia, fue un ícono de belleza que enamoró a todo el mundo. 

Nacionalizada británica, protagonizó varias obras icónicas del cine dorado de Hollywood. Su performance en la puesta de Broadway Gigi (1951), le valió un temprano reconocimiento que dos años más tarde se vería reafirmado cuando ganó el Oscar a mejor actriz por Roman Holiday (1953). Actriz, modelo y bailarina, su amplio espectro artístico la hizo brillar en clásicos del cine como Sabrina (1954), The Nun´s Story (1959), Breakfast at Tiffany´s (1961). Charada (1963), My Fair Lady (1964) y Wait Until Dark (1967).

Impulsora de una personalidad y estilo únicos frente a la cámara, Hepburn supo romper moldes con su flequillo corto y mirada intimidante. Su fama creció a la par del talento que demostraba cada vez que se prendía una cámara. Es una de las pocas actrices que en su trayectoria ganó casi todos los premios de la crítica especializada: un Oscar, un Grammy, un Emmy, un Tony, un Globo de Oro y un BAFTA. 

A finales de los años 60 empezó a dejar a un lado la actuación para dedicarse a ser activista por Unicef. Estados Unidos la reconoció con la Medalla Presidencial de la Libertad por sus campañas a favor de comunidades sin recursos en África, Asia y América del Sur. Falleció en Suiza, el 20 de enero de 1993, a los 63 años. Su legado en moda, estilo y conciencia social, la harán brillar por siempre. 

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Homero Manzi: el encanto nostálgico del tango

Homero Nicolás Manzione murió el 3 de mayo de 1951. Dejó como legado una vida de brillante poeta urbano, un comprometido militante social y político. Dejó también las letras de los tangos "Malena" (música de Lucio Demare), “El último organito” (música firmada por su hijo Acho) y por supuesto clásicos del género como “Sur”, “Barrio de Tango”, “Discepolín” y "Ché Bandoneón" asociado con su gran amigo, el legendario bandoneonista Aníbal “Pichuco” Troilo

En todos ellos y otros tantos clásicos de la música porteña de mediados del siglo XX, marcó la huella de su poesía -aunque como tal, no publicó ningún libro de poesías. El vehículo de sus palabras escritas fue siempre la canción, desde los motivos camperos hasta la música urbana, en la que alcanzó su mayor realización. Así ganó inmensa popularidad, pero nunca renunció a su estilo: jugó con la metáfora y rozó el surrealismo pero no complejizó su lenguaje ni tampoco apeló al lunfardo. El compromiso popular de su obra estaba por encima.

En la nostalgia de sus imágenes, residía el principal encanto de su verba: a través de ese estilo, arrojó una mirada plena de ternura y compasión de su infancia, sus recuerdos de los amigos, las calles de su barrio. El tango “Sur” (1948), clásico de la música popular argentina de todos los tiempos, es su obra suprema.

Homero Nicolás Manzione había nacido el 1° de noviembre de 1907 en Añatuya, Santiago del Estero. Fue el sexto de los ocho hijos del agricultor Luis Manzione y su esposa uruguaya Angela Prestera. A los siete años, Homero fue enviado a Buenos Aires al cuidado de su hermano Luis. Realizó sus estudios primarios en el Colegio Luppi del barrio de Pompeya. Luego se recibió de profesor de Castellano y Literatura, y como tal, dio clases en los colegios nacionales Mariano Moreno y Domingo Faustino Sarmiento. Gran parte de su vida transcurrió entre Pompeya y Boedo, allí conoció lugares y personajes que luego brillantemente describió en sus inolvidables tangos

Maxi Legnani encabeza 'Gente que nos hace bien', una sección de "Somos PM", co-conducido con Pía Slapka y Ana Sicilia de lunes a viernes de 14 a 17 hs.

 

Homero Nicolás Manzione murió el 3 de mayo de 1951. Dejó como legado una vida de brillante poeta urbano, un comprometido militante social y político. Dejó también las letras de los tangos "Malena" (música de Lucio Demare), “El último organito” (música firmada por su hijo Acho) y por supuesto clásicos del género como “Sur”, “Barrio de Tango”, “Discepolín” y "Ché Bandoneón" asociado con su gran amigo, el legendario bandoneonista Aníbal “Pichuco” Troilo

En todos ellos y otros tantos clásicos de la música porteña de mediados del siglo XX, marcó la huella de su poesía -aunque como tal, no publicó ningún libro de poesías. El vehículo de sus palabras escritas fue siempre la canción, desde los motivos camperos hasta la música urbana, en la que alcanzó su mayor realización. Así ganó inmensa popularidad, pero nunca renunció a su estilo: jugó con la metáfora y rozó el surrealismo pero no complejizó su lenguaje ni tampoco apeló al lunfardo. El compromiso popular de su obra estaba por encima.

En la nostalgia de sus imágenes, residía el principal encanto de su verba: a través de ese estilo, arrojó una mirada plena de ternura y compasión de su infancia, sus recuerdos de los amigos, las calles de su barrio. El tango “Sur” (1948), clásico de la música popular argentina de todos los tiempos, es su obra suprema.

Homero Nicolás Manzione había nacido el 1° de noviembre de 1907 en Añatuya, Santiago del Estero. Fue el sexto de los ocho hijos del agricultor Luis Manzione y su esposa uruguaya Angela Prestera. A los siete años, Homero fue enviado a Buenos Aires al cuidado de su hermano Luis. Realizó sus estudios primarios en el Colegio Luppi del barrio de Pompeya. Luego se recibió de profesor de Castellano y Literatura, y como tal, dio clases en los colegios nacionales Mariano Moreno y Domingo Faustino Sarmiento. Gran parte de su vida transcurrió entre Pompeya y Boedo, allí conoció lugares y personajes que luego brillantemente describió en sus inolvidables tangos

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A diez años de la muerte de Ernesto Sábato, escritor, intelectual y relevante protagonista de la historia argentina

Hace diez años, el 30 de abril de 2011 moría el doctor en Física, pintor y escritor Ernesto Sabato, una de las figuras más importantes de la cultura argentina en el siglo XX. Le faltaban menos de dos meses para cumplir 100 años. Fue una mente prodigiosa que terminó con una prometedora carrera en el mundo de la ciencia y  acabó convirtiéndose en escritor bestseller pero también, en uno de los intelectuales más lúcidos de América latina. En la historia argentina le cupo también un rol social y político fundamental como presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) creada por el presidente Raúl Alfonsín, para encargarse de la investigación sobre los crímenes de la dictadura cívico-militar que gobernó el país entre 1976 y 1983. Su imagen en Casa Rosada, entregando al presidente el informe final de la Comisión es una postal inolvidable de la Argentina contemporánea.

Fue autor de grandes y oscuras novelas como “El túnel”, “Sobre héroes y tumbas” y “Abaddón el exterminador”, que lo consagraron a nivel internacional como para recibir elogios de colegas como Albert Camus, Graham Greene y Thomas Mann nada menos. Con sus particularidades, cada uno de esos títulos patentaron un estilo de escritura amarga y obsesiva hasta el límite mismo de la locura. Así supo amalgamar una rica tradición novelística relacionada con la estética kafkiana (sobre todo en su particular “Informe sobre ciegos”) y también propia de la novela histórica e incluso con ciertos rasgos de realismo mágico. Todo eso estaba presente en sus textos, siempre profundos hasta el límite mismo del abismo existencial.

Nació el 24 de junio de 1911 en Rojas, cerca de Junín, en la provincia de Buenos Aires. Fue el décimo de los once hermanos. En 1929 ingresó en la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Nacional de La Plata. Viajó a París en 1934 y allí permaneció hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. La gravedad del momento le generó cierta crisis emocional y acto seguido dejó la ciencia por la literatura. Allí comenzó su historia como relevante escritor que, además de la fama de sus cuentos y novelas, le valió en 1984 el Premio Cervantes, el galardón literario más importante de la lengua española.

 

Hace diez años, el 30 de abril de 2011 moría el doctor en Física, pintor y escritor Ernesto Sabato, una de las figuras más importantes de la cultura argentina en el siglo XX. Le faltaban menos de dos meses para cumplir 100 años. Fue una mente prodigiosa que terminó con una prometedora carrera en el mundo de la ciencia y  acabó convirtiéndose en escritor bestseller pero también, en uno de los intelectuales más lúcidos de América latina. En la historia argentina le cupo también un rol social y político fundamental como presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) creada por el presidente Raúl Alfonsín, para encargarse de la investigación sobre los crímenes de la dictadura cívico-militar que gobernó el país entre 1976 y 1983. Su imagen en Casa Rosada, entregando al presidente el informe final de la Comisión es una postal inolvidable de la Argentina contemporánea.

Fue autor de grandes y oscuras novelas como “El túnel”, “Sobre héroes y tumbas” y “Abaddón el exterminador”, que lo consagraron a nivel internacional como para recibir elogios de colegas como Albert Camus, Graham Greene y Thomas Mann nada menos. Con sus particularidades, cada uno de esos títulos patentaron un estilo de escritura amarga y obsesiva hasta el límite mismo de la locura. Así supo amalgamar una rica tradición novelística relacionada con la estética kafkiana (sobre todo en su particular “Informe sobre ciegos”) y también propia de la novela histórica e incluso con ciertos rasgos de realismo mágico. Todo eso estaba presente en sus textos, siempre profundos hasta el límite mismo del abismo existencial.

Nació el 24 de junio de 1911 en Rojas, cerca de Junín, en la provincia de Buenos Aires. Fue el décimo de los once hermanos. En 1929 ingresó en la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Nacional de La Plata. Viajó a París en 1934 y allí permaneció hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. La gravedad del momento le generó cierta crisis emocional y acto seguido dejó la ciencia por la literatura. Allí comenzó su historia como relevante escritor que, además de la fama de sus cuentos y novelas, le valió en 1984 el Premio Cervantes, el galardón literario más importante de la lengua española.

 

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Tato Bores nos recuerda que algunas cosas no cambian nunca

Mauricio Borensztein, más conocido como Tato Bores, nació el 27 de abril de 1927. Sin duda es uno de los íconos de la televisión argentina. Su humor e ironía aun hoy siguen vigentes. Y es que hay cosas que no cambian más y algunas de esas se ven reflejadas en los históricos monólogos de Tato.

Estuvo en televisión desde fines de los '50 hasta los primeros años de los '90. Hizo reír a más de una generación con sus delirantes personajes y su fuerte crítica a la realidad política y social del país. 

Sus programas fueron censurados. En 1974, durante el gobierno de Isabel Perón se quitó del aire el ciclo. Años más tarde durante la dictadura, Jorge Rafael Videla ordenó que no se emitieran sketches que aludían a su figura.

Tato falleció el 11 de enero de 1996 a los 70 años. Sin embargo, sus monólogos siguen viviendo en la memoria de todo un pueblo. No solo por su humor, sino también porque muchas de las cosas de las cuales se burlaba - el dólar, la justicia, la corrupción - aun hoy, siguen siendo un tema de agenda. 

Gente que nos hace bien es una sección presentada por Maximiliano Legnani en Somos PM, que se emite por la pantalla de IP de lunes a viernes de 14 a 17, junto a Pía Slapka y Ana Sicilia.

Mauricio Borensztein, más conocido como Tato Bores, nació el 27 de abril de 1927. Sin duda es uno de los íconos de la televisión argentina. Su humor e ironía aun hoy siguen vigentes. Y es que hay cosas que no cambian más y algunas de esas se ven reflejadas en los históricos monólogos de Tato.

Estuvo en televisión desde fines de los '50 hasta los primeros años de los '90. Hizo reír a más de una generación con sus delirantes personajes y su fuerte crítica a la realidad política y social del país. 

Sus programas fueron censurados. En 1974, durante el gobierno de Isabel Perón se quitó del aire el ciclo. Años más tarde durante la dictadura, Jorge Rafael Videla ordenó que no se emitieran sketches que aludían a su figura.

Tato falleció el 11 de enero de 1996 a los 70 años. Sin embargo, sus monólogos siguen viviendo en la memoria de todo un pueblo. No solo por su humor, sino también porque muchas de las cosas de las cuales se burlaba - el dólar, la justicia, la corrupción - aun hoy, siguen siendo un tema de agenda. 

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Oesterheld: cómo el Eternauta se convirtió en mucho más que una historieta

De padre alemán y madre con ascendencia española, Héctor Germán Oesterheld nació el 23 de julio de 1919 en Buenos Aires. De la fecha de su muerte, tristemente, no hay certeza. Solo se sabe que fue emboscado y secuestrado por un grupo de tareas de la dictadura cívico-militar el 27 de abril de 1977 en La Plata. Permanece desaparecido, igual que sus cuatro hijas —Estela (25), Diana (24), Beatriz (19) y Marina (18); dos de ellas, embarazadas— y tres de sus yernos. Trágico destino familiar, parte de una historia de violencia y persecución política que enluta a la nación.

Oesterheld uno de los grandes apellidos de la literatura argentina en el siglo XX. Su máxima creación, como escritor y guionista, es “El Eternauta”, obra maestra de la historieta mundial. Realizada junto al dibujante Francisco Solano López, cuenta la historia del viajero de la eternidad Juan Salvo, quien se materializa frente a un historietista para contarle sus vivencias de la resistencia ante una invasión extraterrestre a la ciudad de Buenos Aires.

Su aparición con “El Eternauta” marcó un antes y un después en la historia del cómic. Hasta ese momento, la historieta era vista y producida como un medio de comunicación de consumo masivo con algunos recursos narrativos estándares, propios del cine Hollywood, los folletines o las radionovelas. La figura del guionista no existía como tal y mucho menos, un desarrollo narrativo-literario que potenciaba el peso específico de la historia por contar. Esa fue su mayor contribución. Con el paso del tiempo, “El Eternauta” se convirtió en mucho más que una historieta. Es afiche, remera, graffiti, canción, bandera de militancia y hasta texto escolar de lectura recomendada en el nivel secundario. Es, sobre todo, emblema de una cultura nacional y popular.

Gente que nos hace bien es una sección presentada por Maximiliano Legnani en Somos PM, que se emite por la pantalla de IP de lunes a viernes de 14 a 17, junto a Pía Slapka y Ana Sicilia.

De padre alemán y madre con ascendencia española, Héctor Germán Oesterheld nació el 23 de julio de 1919 en Buenos Aires. De la fecha de su muerte, tristemente, no hay certeza. Solo se sabe que fue emboscado y secuestrado por un grupo de tareas de la dictadura cívico-militar el 27 de abril de 1977 en La Plata. Permanece desaparecido, igual que sus cuatro hijas —Estela (25), Diana (24), Beatriz (19) y Marina (18); dos de ellas, embarazadas— y tres de sus yernos. Trágico destino familiar, parte de una historia de violencia y persecución política que enluta a la nación.

Oesterheld uno de los grandes apellidos de la literatura argentina en el siglo XX. Su máxima creación, como escritor y guionista, es “El Eternauta”, obra maestra de la historieta mundial. Realizada junto al dibujante Francisco Solano López, cuenta la historia del viajero de la eternidad Juan Salvo, quien se materializa frente a un historietista para contarle sus vivencias de la resistencia ante una invasión extraterrestre a la ciudad de Buenos Aires.

Su aparición con “El Eternauta” marcó un antes y un después en la historia del cómic. Hasta ese momento, la historieta era vista y producida como un medio de comunicación de consumo masivo con algunos recursos narrativos estándares, propios del cine Hollywood, los folletines o las radionovelas. La figura del guionista no existía como tal y mucho menos, un desarrollo narrativo-literario que potenciaba el peso específico de la historia por contar. Esa fue su mayor contribución. Con el paso del tiempo, “El Eternauta” se convirtió en mucho más que una historieta. Es afiche, remera, graffiti, canción, bandera de militancia y hasta texto escolar de lectura recomendada en el nivel secundario. Es, sobre todo, emblema de una cultura nacional y popular.

Gente que nos hace bien es una sección presentada por Maximiliano Legnani en Somos PM, que se emite por la pantalla de IP de lunes a viernes de 14 a 17, junto a Pía Slapka y Ana Sicilia.

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Michael Moore: el irreverente detrás del gran cineasta

El cineasta Michael Francis Moore nació el 23 de abril de 1954. Oriundo del pueblo de Flint, Michigan, llegó a convertirse en una de las figuras más controvertidas del espectáculo. Sus documentales con una postura crítica frente al capitalismo salvaje norteamericano y el fin del American Dream, lo catapultaron a la fama mundial.

Señalamientos ácidos hacia corporaciones, grupos armados, invasiones imperialistas, guerras, y grandes negocios globales, forman parte del universo de sus guiones, artículos y reportajes. 

"El capitalismo es un mal, y el mal no se puede regular. Hay que erradicarlo y reemplazarlo por algo que sea bueno para todos. Ese algo se llama democracia", es una de sus frases de cabecera, que dejó plasmada en Capitalismo; una historia de amor, una investigación que critica a la sociedad estadounidense. 

Su primer éxito llegó en 1989 con Roger and Me. En este documental, Moore intenta entrevistarse con el dueño de General Motors para pedirle explicaciones sobre el cierre de una planta que dejó sin trabajo a más de 3 mil personas en su ciudad natal. La trama dejó a la vista la crueldad del sistema económico y se convirtió en el largometraje de investigación de mayor recaudación en la historia del cine. 

Ganador del Oscar en 2002 por Bowling for Columbine, la historia real de la masacre en un colegio secundario estadounidense, Moore continuó siempre fiel a su estilo crítico cargado de ironía y humor

Gente que nos hace bien es una sección presentada por Maximiliano Legnani en Somos PM, que se emite por la pantalla de IP de lunes a viernes de 14 a 17, junto a Pía Slapka y Ana Sicilia.

El cineasta Michael Francis Moore nació el 23 de abril de 1954. Oriundo del pueblo de Flint, Michigan, llegó a convertirse en una de las figuras más controvertidas del espectáculo. Sus documentales con una postura crítica frente al capitalismo salvaje norteamericano y el fin del American Dream, lo catapultaron a la fama mundial.

Señalamientos ácidos hacia corporaciones, grupos armados, invasiones imperialistas, guerras, y grandes negocios globales, forman parte del universo de sus guiones, artículos y reportajes. 

"El capitalismo es un mal, y el mal no se puede regular. Hay que erradicarlo y reemplazarlo por algo que sea bueno para todos. Ese algo se llama democracia", es una de sus frases de cabecera, que dejó plasmada en Capitalismo; una historia de amor, una investigación que critica a la sociedad estadounidense. 

Su primer éxito llegó en 1989 con Roger and Me. En este documental, Moore intenta entrevistarse con el dueño de General Motors para pedirle explicaciones sobre el cierre de una planta que dejó sin trabajo a más de 3 mil personas en su ciudad natal. La trama dejó a la vista la crueldad del sistema económico y se convirtió en el largometraje de investigación de mayor recaudación en la historia del cine. 

Ganador del Oscar en 2002 por Bowling for Columbine, la historia real de la masacre en un colegio secundario estadounidense, Moore continuó siempre fiel a su estilo crítico cargado de ironía y humor

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Miguel de Cervantes: la pluma sin tiempo

El 22 de abril de 1616, fallecía a los 68 años en Madrid, Miguel de Cervantes Saavedra, uno de los máximos exponentes de la literatura universal. 

Una diabetes avanzada ponía fin a la vida del genial escritor. Su herencia cultural es tan vasta como inabarcable: desde poesía, teatro y novela, supo plasmar con una pluma irónica y grandilocuente los grandes temas de la existencia humana . Su libro más recordado es El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Publicada en 1605, la novela es considerada de manera unánime como una de las obras más importantes de la literatura. 

Con un registro polifónico moderno y atemporal, El Quijote es el segundo libro más editado y traducido del mundo después de la Biblia. 

Nacido en Alcalá de Henares, una ciudad de la comunidad de Madrid, el 29 de septiembre de 1547, era hijo de un escritor: Rodrigo de Cervantes. Las crónicas de la época indican que fue su padre quien le infundió el amor por la literatura a niveles insospechados, desde muy pequeño. 

"El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho", fue una de sus frases de cabecera que intentó llevar a la práctica durante toda la vida. Su espíritu aventurero lo llevó de viaje por las grandes ciudades de la época como Milán, Venecia, Parma y Florencia. También enfrentó en batalla al Imperio Otomano el 7 de octubre de 1571 en la famosa Batalla de Lepanto, donde perdió la movilidad de su mano izquierda. Este hecho provocó que lo apodaran El Manco de Lepanto. 

Uno de los reconocimientos más importantes de la literatura, el Premio Miguel de Cervantes, lleva su nombre en honor a su legado inigualable. 

 

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El 22 de abril de 1616, fallecía a los 68 años en Madrid, Miguel de Cervantes Saavedra, uno de los máximos exponentes de la literatura universal. 

Una diabetes avanzada ponía fin a la vida del genial escritor. Su herencia cultural es tan vasta como inabarcable: desde poesía, teatro y novela, supo plasmar con una pluma irónica y grandilocuente los grandes temas de la existencia humana . Su libro más recordado es El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Publicada en 1605, la novela es considerada de manera unánime como una de las obras más importantes de la literatura. 

Con un registro polifónico moderno y atemporal, El Quijote es el segundo libro más editado y traducido del mundo después de la Biblia. 

Nacido en Alcalá de Henares, una ciudad de la comunidad de Madrid, el 29 de septiembre de 1547, era hijo de un escritor: Rodrigo de Cervantes. Las crónicas de la época indican que fue su padre quien le infundió el amor por la literatura a niveles insospechados, desde muy pequeño. 

"El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho", fue una de sus frases de cabecera que intentó llevar a la práctica durante toda la vida. Su espíritu aventurero lo llevó de viaje por las grandes ciudades de la época como Milán, Venecia, Parma y Florencia. También enfrentó en batalla al Imperio Otomano el 7 de octubre de 1571 en la famosa Batalla de Lepanto, donde perdió la movilidad de su mano izquierda. Este hecho provocó que lo apodaran El Manco de Lepanto. 

Uno de los reconocimientos más importantes de la literatura, el Premio Miguel de Cervantes, lleva su nombre en honor a su legado inigualable. 

 

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